Vaivén a bordo
barco mantenía movimientos sin escoras estridentes. El reflejo evidente era ver el contenido de un vaso de gaseosa a medio llenar. Previo al encendido del sistema, el líquido desbordó del vaso un par de veces y, una vez activado el gyro, se mantuvo en reposo. Apenas se siente un mínimo sonido si es que uno quiere buscarlo. La ubicación del equipo estaba en popa, sobre crujía. En charla franca con el propietario comentó que, en las jornadas de pesca, si bien la embarcación en general siempre está en movimiento a pocas RPM, el estabilizador hizo que se pudiera extender la jornada. Es que, con mar picado, el día se tornaba insoportable. De hecho, una gran flota de sport fisherman de alquiler o para excursiones de pesca embarcado, optan por instalar estos equipos para que sus eventuales pescadores disfruten más de la actvidad y no se descompongan por el mal de mar apenas inician la actividad.
En los yates y megayates, este sistema –como el de las aletas estabilizadoras– es obligatorio. Quien dispone de un buen barco para disfrutar a pleno de la belleza de los mares y playas más impactantes del planeta, no dudan un instante en ganarle al oleaje y vivir a bordo como si fuera en tierra. Bienvenidos los sistemas anti rolido al mundo actual.