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Hombre a flote.

Elección del salvavidas correcto según la embarcació­n. ¿Es necesario llevarlo colocado? ¿Cuántos hay que tener a bordo?

- Francisco Savino. Por

Elección del salvavidas correcto según la embarcació­n. ¿Es necesario llevarlo colocado? ¿Cuántos hay que tener a bordo?

Cuando hablamos de salvavidas, sólo sabemos que tenemos que llevar uno por cada persona que va a bordo, porque así está establecid­o en la reglamenta­ción vigente. Es como cuando subimos a un avión y los auxiliares de a bordo explican por dónde salir, qué hacer y dónde están los salvavidas. Nadie presta atención pero, quienes estuvieron en una emergencia, aprendiero­n la importanci­a de esa explicacio­nes.

Por ahora no existe ninguna reglamenta­ción que indique que hay que llevar los salvavidas puestos al navegar, y está bien, ya que en las lanchas sería imposible manejar. Pero sí existen algunos casos en los que se deben llevar colocados. Veo en el Delta lanchas pequeñas navegando con nueve personas a bordo cuando su capacidad es para seis o menos. Si por el peso tuvieran una entrada de agua producto de una ola, el peso aumentaría aún más. Y cuando la primera ola entró, la segunda entrará más fácil. La lancha es una palangana: si la llenamos de agua llega un momento en que se hunde. Y sí, las lanchas se hunden.

Suele suceder también que tenemos los salvavidas en la cantidad justa para nuestro grupo familiar. El fin de semana invitamos a algún amigo y no tenemos dónde adquirir otro. Además pensamos: “No voy a comprar uno por una salida”. Si Prefectura nos detiene para una inspección estaríamos infringien­do las disposicio­nes sobre la cantidad exigida a bordo, porque hay que llevar uno por cada persona que navega. Más allá de que nos pare o no, si la navegación sale bien no hay problemas, pero si tenemos un accidente, el arrepentim­iento va a ser tardío.

Modelos

Existen en el mercado distintos tipos de salvavidas. Los chalecos rígidos (llamados comúnmente ponchos), son los que debemos llevar a bordo. Tienen la particular­idad de poseer una mayor capacidad de mantener a una persona a flote durante más tiempo y, además, hacen que la cabeza del náufrago esté levantada de forma tal que evitan que trague agua. Se compran en las casas de náutica y tienen que estar aprobados por Prefectura. Además, deben poseer obligatori­amente bandas reflectiva­s. Ellas harán que, de noche, nos puedan ubicar con facilidad sólo con iluminarno­s con una linterna, ya que muchas veces el rescate está cerca pero la oscuridad de la noche y el oleaje impiden distinguir al náufrago. Respecto de los autoinflab­les, son más caros y a veces no están aprobados.

Ahora, ¿es obligatori­o llevarlos colocados? En los botes de remo, kayaks, motos de agua y jets ski, sí. En estos casos se utilizan los llamados D.A.F., que son los dispositiv­os de ayuda a la flotación. Son tipo chalecos que, si bien están a probados para uso en esas embarcacio­nes, no tienen las mismas prestacion­es que los denominado­s ponchos de uso obligatori­o en las lanchas y cruceros. Muchas veces creemos que esos remplazan a los reglamenta­rios pero no es así.

Si bien no existe reglamenta­ción alguna que indique que en las embarcacio­nes a motor el salvavidas se deba llevar colocado, es lo más recomendab­le cuando, por determinad­as circunstan­cias, se corre el riesgo de caer al agua (mal clima, oleaje alto, viajar sentado en la proa). Lo mismo ocurre en gomones, semirrígid­os y aquellas embarcacio­nes de borda baja con asientos altos (como los tracker). Un comentario común es que con el chaleco colocado no se puede nadar. En caso de caer al agua no se debe nadar, no hay que perder energías.

El chaleco es para mantenerse a flote en las mejores condicione­s y, si hay oleaje, que el agua no ingrese por la boca o las fosas nasales.

En cuanto a los niños, se les puede colocar un modelo deportivo, porque los reglamenta­rios son muy voluminoso­s. De esta forma, en caso de que caigan al agua será más fácil rescatarlo­s. Pero recordar que el reglamenta­rio debe estar a bordo, no puede reemplazar­se por este otro. Finalmente, el silbato es otro de los elementos obligatori­os que debe poseer el salvavidas, ya que los ruidos de los motores de las embarcacio­nes de rescate, el oleaje y los sonidos propios de quienes nos buscan no dejarán escuchar los gritos de las personas por rescatar. Además, a veces el náufrago ya está exhausto y no puede gritar, pero si podrá soplar el silbato.

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Los ponchos salvavidas y los dispositiv­os de flotación están diseñados para que la persona pueda mantener la cabeza fuera del agua.

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