Weekend

Taruchas y truchas al acecho.

Con equipos livianos disfrutamo­s de grandes sensacione­s en las cristalina­s aguas de Alpa Corral y Río Cuarto, donde las carpas también se hicieron presentes.

- Por Rodrigo Cobas.

Con equipos livianos disfrutamo­s de grandes sensacione­s en las cristalina­s aguas de Alpa Corral y Río Cuarto, sierras de Córdoba, donde las carpas también se hicieron presentes.

Taruchas o truchas fue la tent adora propuest a de Córdoba que me motivó a viajar hasta la ciudad de Almafuerte. Arribé por la tarde a unas cabañas de Alpa Corral, con el tiempo suficiente para hacer una entrada en calor pesca ndo ta ra r iras. A sí que, mientras conducíamo­s por la Ruta 23 junto a Nicolás y Gonzalo, guías de Aventura Serrana, paramos en una zona denominada Los Pozones que se encuentra a orillas del río Santa Rosa, justo antes de que desemboque en el embalse. Un ambiente ideal para taruchear con muchos metros de costas limpias de vegetación, que invitaban a utilizar cualquier tipo de equipo sin necesidad de vadear con un wader.

Encaramos la pesca en distintas modalidade­s. En bait, con poppers y cañas de 6-12 lb (1 lb = 453,592 gramos), y en fly cast con equipos Nº 8 de 2,7 m, línea de flote y coloridos streamers.

En busca de piques

En el primer pozón, el más cercano al camino, no tuvimos resultados. Por lo tanto fuimos bordeando el agua, siguiendo los senderos ya caminados por otros pescadores y por el ganado suelto que andaba pastando. Así llegamos hasta un nuevo estanque donde había mucha vegetación sumergida, por lo que se imponía arrojar un señuelo antienganc­he. El pique fue inmediato, sobre todo en subsuperfi­cie, donde se destacó el Turbo Shalow de Hoplias Lures que no paraba de recibir mordidas. Pudimos concretar un par de capturas cada uno y antes de que se haga muy tarde, volvimos a la ruta para seguir viaje, felices por un buen comienzo y saboreando el asado que comeríamos por la noche.

A la mañana siguiente nos dirigimos al río Talita para hacer la pesca de truchas. Las condicione­s climáticas eran desfavorab­les: molestas lloviznas acechaban de manera intermiten­te y, para peor, el nivel del río había

cambiado: estaba demasiado bajo. Entre grandes rocas de fluorita, mica, feldespato y cuarzo sendereamo­s río arriba inmersos en las sierras. Tras varios minutos llegamos a una pequeña olla detrás de una cascada, donde pudimos ver la primera trucha. Nicolás se acercó de manera sigilosa y presentó delicadame­nte una ninfa Pheasant Tail con su equipo #3 de 2,28 m y línea de f lote. Expectante­s contemplam­os cómo se sumergía el engaño en el agua cristalina, y cómo la pequeña trucha se abalanzó sobre él para engullirlo de manera perfecta. La ninfa desapareci­ó en su boca, lo vimos nítidament­e. Embravecid­a, apuntó corriente a favor y con el equipito liviano fue muy emocionant­e la lucha. Luego de la pertinente devolución, seguimos remontando el río sin desaprovec­har oportunida­des de obtener similares capturas.

El tercer día continuamo­s hacia Río Cuarto. Reacomodam­os los equipos y recuperamo­s energías, ya que por la mañana teníamos una cita con Daniel Pippino, presidente del club de pesca Alas Coloradas, en Ucacha.

Premio consuelo

La propuesta era relevar la lag una sobre un tr ucker en búsqueda de tarariras. Si bien la recor r imos por completo, nuevamente el clima nos castigó con fuertes lluvias y un frío descomunal para esta época del año. Sin más remedio, tuvimos que volver al club para disfrutar de un cordero recién asado. Con sentimient­os encontrado­s –por un lado falta de pesca y, por otro, una propuesta gastronómi­ca excepciona­l–, nos sentamos en una mesa larga a compartir anécdotas. Allí conocimos a Germán Agüero, un reconocido pescador local, que llegaba de relevar un arroyo cercano. El buscaba carpas en fly, pero nos anticipó que había muchas tarariras en el arroyo. Intercambi­amos ideas, points e inclusive nos obsequió algunas moscas para carpas. Si bien su compromiso laboral no le permitió acompañarn­os, por la tarde visitamos el arroyo que nos mencionó.

Por suerte, las lluvias se convirtier­on en lloviznas y, con las energías a tope, comenzamos a caminar por las altas laderas. El arroyo Chucul se alimenta de agua que desborda de la laguna Ucacha por una cascada, por lo tanto el primer tramo tiene corrientes muy fuertes. A medida que nos alejábamos apareciero­n los remansos. El agua estaba muy cristalina y lo primero que vimos fue una cantidad de carpas impresiona­nte. Nuestro objetivo eran las tarariras pero la tentación fue mayor y Nicolás no se resistió. Con una de las moscas que nos obsequió Germán –estilo Hybrid Worm tuneada por él– y mucha paciencia, logró capturar la primera carpa en su equipo de fly.

Detrás de él, Gonzalo Ponce nos llamó con señas. Había tenido un ataque de tararira pero lo perdió. Nos acercamos para verlo en acción. Lanzó el streamer al

medio del arroyo y lo dejó descender hasta el fondo. Luego de dos estripeada­s largas, clavó enérgicame­nte la primera tarucha del día, que enseguida saltó fuera del agua intentando quitarse la mosca, pero estaba bien asegurada, así que pudo sacarla para tomarse una foto y devolverla. Acto seguido, Martín, en spinning, también tuvo otro pique. La situación me tentó, por lo que enseguida dejé la cámara y me uní. Entre la diversión y las ansias de pescar le habíamos abordado el point a Gonzalo. Pero el arroyito estaba bien poblado de tarariras y carpas. ¡Una locura! Ciertament­e volveremos pronto con mejor clima, las tarariras están esperando al acecho entre las sierras.

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 ??  ?? Los ríos cordobeses son tan cristalino­s que permiten disfrutar de capturas a pez vista. Esa misma transparen­cia obliga a moverse con sumo cuidado para no ser detectado. Arriba: una de las primeras tarariras que pescó Gonzalo con su equipo de fly en el arroyo de Ucacha.
Los ríos cordobeses son tan cristalino­s que permiten disfrutar de capturas a pez vista. Esa misma transparen­cia obliga a moverse con sumo cuidado para no ser detectado. Arriba: una de las primeras tarariras que pescó Gonzalo con su equipo de fly en el arroyo de Ucacha.
 ??  ?? El autor con una tararira pescada en Los Pozones. Y pequeña trucha de Alpa Corral, capturada por Gonzalo Ponce.
El autor con una tararira pescada en Los Pozones. Y pequeña trucha de Alpa Corral, capturada por Gonzalo Ponce.
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 ??  ?? Tarariras, truchas y carpas: a pesar del mal clima, la variedad que obtuvimos superó nuestros objetivos. Con la llegada del calor iremos por mayores tamaños.
Tarariras, truchas y carpas: a pesar del mal clima, la variedad que obtuvimos superó nuestros objetivos. Con la llegada del calor iremos por mayores tamaños.
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