Montevideo + Colonia, una dupla ganadora.
La activa vida de la capital uruguaya se complementa perfectamente con la paz y el preciocismo de su vecina detenida en el tiempo.
La activa vida de la capital uruguaya se complementa perfectamente con la paz y el preciocismo de su vecina detenida en el tiempo.
Montevideo tiene un nuevo paseo, el Mercado Agrícola, recuperado y convertido en lugar de resturantes, bares y aprovisionamiento de primer nivel.
Las ciudades de Uruguay suelen ser un destino accesible para los argentinos. Los que viven en las cercanías de los ríos De la Plata y Uruguay casi siempre cruzan el charco por un día o, como mucho, dos, pero es tanto el atractivo que ofrece este país para toda la familia, que conviene aprovechar para recorrerlo visitando al menos un par de localidades y disfrutar mejor de la tan mentada paz oriental.
Aquí ofrecemos la inspiración para hacer la dupla Montevideo-Colonia, destinos a los que se puede acceder por vía fluvial. Desde Buenos Aires, el barco rápido a la capital uruguaya demora dos placenteras horas. Es tan cerca que a veces se la ve desde la costa porteña. El plan es desembarcar allí, tomar un city tour para conocer su historia y peculiaridades, y alojarse en la zona que se prefiera: puede ser en las inmediaciones de la Plaza de la Independencia, rodeada por la Casa de Gobierno, el Museo de los Presidentes y la Puerta de la Ciudadela, uno de los pocos restos que quedan a la vista del antiguo fuerte colonial. Desde esta área se puede ir caminando al casco histórico y al puerto, mientras los edificios art decó van marcando el sendero.
Pero, si lo que se prefiere es estar cerca del río, entonces se recomienda elegir Punta Carretas, zona de hermosas casas de dos plantas presidida por el shopping homónimo, nuevas tiendas de delicatessen y ropa de primer nivel junto a dos hoteles de cadenas internacionales. También está la opulenta Carrasco, donde se encuentra el restaurado hotel casino, rodeado de mansiones y edificios plenos de balcones mirando a la otra orilla.
Durante la recorrida turística avistaremos el estadio Centenario, el Palacio Salvo (gemelo del porteño Barolo) y el Mercado del Puerto (aquí hay que ir a comer una buena picaña a alguna de sus parrillas, por la noche está cerrado). Desde hace unos meses hay una nueva atracción: el Mercado Agrícola de Montevideo, ubicado en José L. Terra
2220, flamante lugar para ir a comer, tomar algo o comprar en sus locales de delicatessen varias. Allí venden leche en botella, helados cremosísimos y vinos de bodegas del Cono Sur. Un paseo más que entretenido y especial para observar el movimiento de los locales, quienes diariamente van a hacer sus compras o a merendar.
Donde se detuvo el tiempo
A tan sólo dos horas por autopista está la bella Colonia del Sacramento, cuyo casco histó- rico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que ref leja las idas y vueltas entre portugueses y españoles, principalmente en la forma en que cada uno tenía para hacer las calles y sus casas. Su placidez y oferta náutica la convirtieron en un nuevo destino para las vacaciones veraniegas. Luego de empaparse de la movida de la capital, llegar a la paz de esta ciudad es muy gratificante.
Se imponen las caminatas, aunque sólo unos pocos se animan a recorrer a pie los seis kilómetros
En Colonia se pueden encontrar atelieres de artistas como Fernando Fraga y sus características mujeres, bodegas del siglo pasado y autos eléctricos tuneados.