Weekend

Máximo confort en trekking.

Cómo elegir el diseño correcto y estibar la carga. Comparativ­o de cinco modelos inspirados en “La casa de papel”.

- Por Marcelo Ferro.

Cómo elegir el diseño correcto y estibar la carga. Comparativ­o de cinco modelos de mochilas Bamboo, inspirados en "La casa de papel".

Por qué para largas travesías a pie elegimos llevar todo nuestro equipo en mochilas y no en grandes bolsos de mano? Simplement­e por una cuestión física: para transporta­r cargas pesadas durante largos períodos de tiempo, los hombros soportan mejor el peso que las manos. Y, además, las mochilas de más tamaño descargan la mayor parte del peso en cinturones que rodean las caderas, dejando así las bandas que pasan por los hombros sólo para estabiliza­r la carga. De esta forma se libera a la columna olumna vertebral de potenciale­s tensiones, ensiones, y se mejoran la agilidad y el equilibrio.

Si nos remontamos siglos atrás, la mochila surge como una necesidad prehistóri­ca del hombre nómade de transporta­r los enseres sobre la espalda para mantener sus manos libres. Con el tiempo y las guerras (grandes impulsoras de varios aspectos del desarrollo) los modelos y materiales han ido evoluciona­ndo, al punto de existir mochilas para cada necesidad puntual: trekking, montañismo, carreras de aventura, mountain bike, hidratació­n y un largo etcétera entre los que se incluye, por supuesto, el combate.

La clave, sin duda, está en la correcta elección del modelo según la actividad a realizar: volumen de carga, correajes, cantidad y ubicación de bolsillos; materiales de construcci­ón, estructura y ventilació­n del espaldar... Sin olvidar dos premisas fundamenta­les: el peso óptimo de carga y su distribuci­ón correcta. A modo de síntesis, una persona sin entrenamie­nto previo no debería transporta­r sobre sus espaldas más del 15 al 20 % del peso corporal propio (entre 12 y 16 kg para alguien que pesa 80). Y, a modo de referencia, en e una mochila de 60 a 90 litros se pueden estibar entre 20 y 30 kilos de carga, según el contenido. ¡Pero nunca es necesario llegar al extremo! extrem Siempre, cuanto más livianos via viajemos, mejor, por eso hay que ad adquirir equipos de última tecnología tecnologí que ocupan poco espacio. Y replan replantear­se lo que realmente es fundam fundamenta­l llevar: todo el placard no cab cabe y no es necesario. La estrategia es e lavar y secar (no acumular) la ro ropa sucia, comprar a medida que hace h falta mientras se avanza en la r ruta (alimentos, bebidas e indumen indumentar­ia), prescindir

de elementos triviales y distribuir entre varios el equipo de uso común (carpa, marmitas, comestible­s). No existe la fórmula perfecta, pero el sentido común es un buen comienzo y la experienci­a, el resto.

En cuanto a los volúmenes, en general, las de hasta 40 litros se llaman de ataque y resultan ideales para las actividade­s de una jornada, sin pernocte. En la escala siguen las de 40 a 65 litros, diseñadas para llevar carpa, bolsa de dormir, aislante, calentador y otros elementos. Y el tercer escalón se compone de los modelos de 65 litros en adelante, ya pensados para travesías de varios días o para efectuar porteos.

Qué detalles observar

Las mochilas de 45 litros en adelante es recomendab­le que cumplan con ciertos aspectos técnicos.

Acceso directo independie­nte a la parte inferior mediante un cierre. De esta forma, si precisamos algo de abajo no tendremos que vaciar todo. Correaje acolchado en hombros, espalda y cintura (ideal de espuma de poliuretan­o de celda cerrada y de diferentes densidades). Correaje externo: necesario para llevar crampones, piolets, aislantes, bastones de trekking, abrigo. Bolsillos exteriores: allí se estibará el equipo adicional de rápido acceso: GPS, cámara de fotos, celular, barritas energética­s, botiquín, mapas. Bolsillos del tipo riñonera en el cinturón (posibilita­n llevar algo de comida para

picar mientras caminamos). Portabotel­las y/o compartimi­ento para bolsa de hidratació­n. Costuras de correas dobles o triples realizadas con hilo de alta resistenci­a y sistema de refuerzo eficaz.

Adaptar la mochila a nuestra espalda es fundamenta­l, y en eso no sólo influye la correcta distribuci­ón del peso (los elementos más livianos, como la ropa, deben ocupar las partes inferiores, laterales y superiores; y los más pesados ir en la parte del medio más cercana a nuestro cuerpo), sino en la elección y ajuste del espaldar a nuestra talla. En los buenos modelos para largas travesías esta parte es regulable, anatómica, reforzada con materiales sintéticos de alta densidad y, en algunos casos, hasta con canales de ventilació­n que evitan el contacto contra la piel para evaporar rápidament­e la humedad. También hay modelos que poseen flejes metálicos que ayudan a mantenerla­s armadas.

Modelos Bamboo

Las mochilas de este Review están construida­s con materiales antidesgar­ro, y son resistente­s al agua y la abrasión. Todas tienen cubremochi­la oculto en un bolsillo inferior, para protegerla­s de la lluvia y evitar que se manchen al ser despachada­s en micro o avión. En el mismo sentido, los cinco modelos cuentan con bolsillo frontal superior, son aptos para bolsas de hidratació­n, y en los cuatro de mayor capacidad se puede regular el espaldar para adaptarlo a la contextura física de quien la transporta­rá. Helsinki, Nairobi, Berlín, Oslo y Moscú –cinco de los integrante­s de la la popular serie de Netflix “La casa de papel”– inspiraron estos modelos que ya se encuentran en la Argentina integrando el catálogo 2019 de la marca Bamboo.

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Alberto Baraldo, socio gerente de Bowie S.R.L., durante la filmación de los videos de esta nota en el showroom de su empresa, donde se exhiben todos los modelos de Bamboo.

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