Dormir colgados.
Quienes viajan en solitario buscan llevar lo mínimo, indispensable, más liviano y que ocupe poco espacio. En ese terreno, los coys se van imponiendo. Pros, contras y cómo instalarlos para sentirse verdaderamente cómodo.
Quienes viajan en solitario buscan llevar lo mínimo, indispensable, más liviano y que ocupe poco espacio. En ese terreno, los coys se van imponiendo como una nueva tendencia en hamacas. Pros, contras y cómo instalarlos para sentirse verdaderamente cómodo.
Sin duda, la carpa es el símbolo universal del camping. Trekkers, aventureros y varias familias que viajan en auto las prefieren al momento de conectarse con la naturaleza. Una cabaña en el bosque o la montaña también representa ese contacto natural pero una tienda de campaña le aporta condimentos esenciales: vivencias, aromas y sensaciones que no se logran de otra manera. Quienes salen de campamento entenderán perfectamente el argumento, más aún si son de los que eligen esos lugares donde no hay nada (ni nadie).
También es cierto que en el mundo se está imponiendo entre los viajantes solitarios la filosofía del viajar liviano – go light, en inglés– y prueba de ello son los diferentes modelos de carpa que han salido al mercado en los últimos años para quienes se mueven a pie, bike o kayak. Sin embargo, la cosa no termina acá porque, en algunos países, está surgiendo otra tendencia: la de las hamacas de camping, cuyos precursores fueron los coys que utilizaba la tripulación en los navíos siglos ha y que, años más tarde, el colectivo popular transformó en hamacas paraguayas, una suerte de ícono del relax más pleno.
Ventajas
¿Qué características ofrecen las hamacas de camping sobre las carpas de uso individual? Menor tiempo de des/armado. Menor peso. Más facilidad de elección del lugar para instalarse: nunca importará cómo se vea el suelo debajo de uno (cuestión que sí es central en una carpa: raíces, piedras, agua, declives...).
Tampoco será relevante, a priori, si el cauce de un río puede crecer e inundarnos.
Es mayor el flujo de aire que corre (fundamental en verano).
Se aprecia mejor el paisaje que nos rodea.
Puede utilizarse como silla o reposera para cocinar, leer, escuchar música...
Desventajas
La mayoría de los puntos negativos –siempre comparando contra una carpa de uso individual– se presenta en caso de mal clima:
El viento y la lluvia penetran con mayor facilidad en la hamaca. Y, si bien existen cobertores que pueden colocarse por encima, no logran la estanqueidad que sí se obtiene con las carpas.
Incomodidad de movimientos (para cambiarse de ropa o comer si llueve o hace mucho frío).
Dificultad para socializar ante varias jornadas de tiempo adverso (juegos, música...).
Dolores por incorrecta po-
sición de la hamaca o de nuestro cuerpo sobre ella.
Si dejamos de lado el tema del clima, este último punto mencionado –la posición– es el determinante para estar verdaderamente cómodos –o no– a bordo de una hamaca. ¿Cómo se logra?
Evitando tensar demasiado las cuerdas como para que la ha maca quede l isa y pl a na. Su curvatura es fundamental para relajarse y descansar de manera saludable.
En caso de estirarla por de- más, al acostarnos se cerrarán sobre nosotros las paredes laterales, pudiendo causar claustrofobia y obligándonos a quedar ubicados en el medio, lo que dificultará el cambio de posición.
Si queda más bien suelta, con las cuerdas a 30º desde el punto de unión con los árboles, se puede aprovechar mejor el ancho de la tela para ubicarnos en diagonal (la cabeza sobre un lateral y los pies a 30º de lado opuesto; ver gráfico). ¡Esa es la posición correcta! Si se hizo bien, el
cuerpo estará casi plano.
En caso de frío, y para estar más cómodos aún, es conveniente colocar sobre la hamaca un aislante rígido (como los que se usan en el piso de la carpa) y una bolsa de dormir tipo momia (por la forma se adapta mejor que una rectangular). Es conveniente elegir un modelo para temperaturas más ex tremas que si se durmiera en una carpa, porque en la hamaca el aire pasa por arriba y por abajo.
Para colgarla, buscar árboles fuer tes sepa rados unos 3,6 / 4,6 m entre sí (verificar que no tengan ramas secas que puedan caernos encima ni panales de abejas /av ispas cerca nos). L a altura aproximada para anclarla al árbol es de 1,80 m. Y de la parte central al suelo debería haber entre 35 y 50 cm.
Un detalle importante
Por último, considera r un mosquitero y un cobertor impermeable para viento/lluvia. Cada uno será de 3 x 3 m, y se colocará sobre una cuerda auxiliar según la necesidad de uso. En el caso del cobertor, resulta f u nd a ment a l est aquea rlo a l suelo por sus ex tremos para que no flamee con el viento.
Aca mpa r en ha macas es una ex periencia que debería proba r se si se v i aja en sol itario o en grupo. Aunque no sustituye a la carpa en varios asp ec t os, en ot ros, su est i lo minimalista da muestra de sobrados resultados.