Conmoción tras el crimen del diácono
Investigan si Guillermo Luquín y uno de los detenidos forcejearon antes de la muerte. La trama oculta del abuso.
Investigan si antes de morir, Guillermo Luquin forcejeó con uno de los detenidos. que denunció por abuso al clérigo del Nuestra Señora del Carmen.
Los vecinos de Villa Galicia no salen de la conmoción tras el asesinato del diácono Guillermo Luquin. A la sorpresa por el crimen se suman las preguntas que circulan en el barrio a raíz de la confesión en video de uno de los dos detenidos. El móvil del robo está casi descartado y el asesinato del diácono podría develar una historia más oscura de abuso.
En redes sociales, quienes lo conocían por dar misa en la parroquia y en el colegio Nuestra Señora del Carmen de Temperley, no pueden creer aún que el cura que bautizó a los hijos de muchos y que el mismo sábado de su muerte había dado misa como de costumbre, fue degollado en su casa.
Fueron los propios vecinos quienes se percataron de que algo no andaba bien cuando el domingo a la mañana Luquin no se presentó en la parroquia para dar misa. Un sobrino del sacerdote fue a buscarlo y encontró el cuerpo, tendido en la cama y cubierto de sangre.
“No podemos creerlo. Tengo vecinos que lo veían todas las semanas, yo misma lo conocía de la zona y esta noticia nos tomó por sorpresa y nos golpeó mucho como comunidad”, cuenta Laura, una vecina de Temperley que, como muchos otros, aún no quiere dar su opinión respecto al video que circula desde el martes.
Son imágenes grabadas con un celular por uno de los detenidos: “Quiso obligarme a tener relaciones con él”, sostuvo Roberto Javier Céspedes, de 18 años, y que luego de grabar este testimonio se entregó a la Justicia junto a su novio, Leonel Iván Martínez. Al cierre de esta edición, ayer al mediodía, los acusados debían prestar declaración, en la que podrían ratificar lo que Céspedes dice en el video: que Luquin los invitó a comer una pizza y hablar de religión pero que en un momento se masturbó e intentó abusar sexualmente de Céspedes. Según dijo el joven en su relato, comenzaron a forcejear con el diácono. “Estas son mordeduras, signos de lucha... Me quiso clavar con el cuchillo y no pudo. Él me lo quería clavar a mí, entonces yo lo tomé por la muñeca y con la misma mano de él, y mi mano sobre su puño, se lo llevé hacia el lado de la carótida”.
El acusado además afirmó que conocía al sacerdote desde los 14 años y había sido acosado cuando era todavía menor. Todo esto es materia de investigación, en un caso que parece complicarse cada día más desde que ocurrió el crimen.
En la parroquia Nuestra Señora del Carmen se mantiene el hermetismo, nadie habla. Luquin, además, trabajaba en el Banco Provincia desde hacía 30 años, ya que su condición de diácono le permitía tener un trabajo y una casa.
“Estamos escuchando muchas cosas y la verdad queremos ser cautos, esperar a que la Justicia avance y se sepa bien todo. No quiero adelantarme porque era un hombre muy cercano a los jóvenes. Espero que se esclarezca todo de una vez por todas”, sostuvo la madre de un estudiante del colegio donde daba misa Luquin.
“Era un referente de nuestro barrio, un hombre muy querido. Esta noticia me sorprendió y entristeció mucho. No salimos del asombro”, afirmó José Fernández, otro vecino, cuya impresión se replica en toda la comunidad. ▪