“Cuando entreno y juego soy uno más”
“Sí, me reta cuando me equivoco. Por ahí no pienso en función de la jugada o del equipo porque soy su papá, pero sé que en los entrenamientos y partidos dejo de serlo por un rato y soy uno más ", cuenta Marcelo sobre ese ida y vuelta muy particular que se da con su hija.
El deporte afienzó la relación: hoy reconocen que son más compinches, hablan mucho sobre handball y Marcelo, entusiasmado, le muestra la tabla y con quién van a jugar cada domingo. “Estoy feliz por el crecimiento de mi hija, y obviamente pido un babero para el papi”, cuenta entre risas.