Conmoción en Benavídez tras la detención del hijo de Pappo
Luciano Napolitano fue detenido por violencia de género. En el barrio dicen que escuchaban peleas y gritos.
A una semana de la detención del hijo de Pappo, Luciano Napolitano, por haber amenazado de muerte, atacado a golpes y encerrado a su pareja, en el barrio de Benavídez, donde ambos compartían vivienda desde hacía 4 años, la gente quedó shockeada y conmocionada.
Muchos vecinos que conocían al hijo del histórico músico de rock Norberto Napolitano, o algunos que no sabían que vivía en la cuadra, dicen que tienen miedo de hablar de lo que pasó. Otros reconocen que no es la primera vez que notan situaciones violentas en la pareja.
"Hace un tiempo, antes de que ocurriera la detención y este hecho de violencia, Luciano le había pedido a la mujer que se fuera de la casa pero ella no quiso. Él le pedía las llaves pero ella no se las daba, se escuchó en todo el barrio esa discusión", relata una vecina a Clarín.
"Hace mucho vivo acá. Es un barrio tranquilo por eso el día que detuvieron al hijo de Pappo nos llamó la atención ver tantos coches y camionetas de policía y medios de comunicación, no es muy común", dice un vecino que vive hace más de 30 años en Benavídez.
En su declaración a la Justicia, Mariel Oleiro, pareja del detenido, también denunció que Napolitano una vez salió a disparar a la calle. "Los vecinos tienen mucho más miedo porque una vez salió a los tiros", dijo, y aseguró que lo cambió y traumó "la muerte de su abuela".
El 24 de mayo, Oleiro denunció por violencia de género a su pareja. La denuncia incluía hostigamiento, amenazas de muertes y violencia física. Contó ante la Policía y también a periodistas que su pareja la tomó del cuello, le pegó y la roció con alcohol. Napolitano fue detenido, le secuestraron un arma y le negaron un pedido de excarcelación.
La zona donde transcurrieron los hechos es muy tranquila. En la calle Jujuy empleados de negocios conocían al acusado. "A mi local venía a comprar siempre, tanto él como la mujer. Me sorprendió porque parecía un tipo normal, pero resultó ser un loco", dice un ferretero.
En la vivienda del hijo de Pappo el abandono es notorio, y antecede a los hechos de violencia denunciados. Hoy la construcción está completamente cubierta con un nylon negro, sin rastros de habitantes. Los pastizales de la vereda impiden acercarse a la propiedad, pero de lejos, se observan tres colectivos abandonados y deteriorados. "Un colectivo pertenecía a Pappo y el hijo lo heredó. Ahora está ahí y lo tiene en el jardín de la entrada", comentó otro vecino. ■