De cartoneros a recicladores que ayudan en un comedor de Tigre
Integrantes de la cooperativa Creando Conciencia abrieron una huerta donde darán talleres a chicos.
La cooperativa Creando Conciencia, ubicada en el partido de Tigre, construyó una huerta de madera plástica reciclada con la que podrán empezar a brindar capacitaciones sobre el ambiente en el merendero Tino, al cual asisten diariamente 200 personas de la zona.
La reconocida organización se creó en 2006 frente a la preocupación de mucha gente de zona Norte por la disposición final de la basura y las condiciones de trabajo de los cartoneros. En la actualidad está integrada por recuperadores urbanos, anteriormente dedicados a la recolección de cartón y sus derivados, que se encargan de juntar , separar, clasificar y reciclar residuos.
Desde la cooperativa persiguen dos objetivos: el cuidado ambiental y la reinserción laboral. Cuenta con 51 socios y contratos para llevar a cabo estas actividades en los barrios de Benavídez, Tigre y en diferentes empresas.
Desde la asociación presentaron un proyecto que se inscribe dentro de la línea de Promoción de la valorización de residuos orgánicos e inorgánicos del programa Casa Común, dependiente del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. Por su parte, Casa Común se trata de un plan integral que brinda asistencia técnica y financiera a gobiernos locales y organizaciones comunitarias para la realización de proyectos ambientales con impacto social, atiende las demandas de los sectores más postergados y alienta nuevas formas de producción y consumo a partir del desarrollo de iniciativas socioambientales.
Este proyecto implica la provisión de materiales, armado de la huerta y la presencia de cinco promotores ambientales de la cooperativa en el lugar para capacitar a los vecinos en la generación de alimentos saludables y orgánicos.
Desde 2017, Creando Conciencia colabora a través de la provisión de comida y mercadería con el comedor Tino, situado en una de las zonas más vulneradas del partido. Originalmente era un merendero para niños, pero en la actualidad entre 150 a 200 personas de diferentes edades asisten, algunos van a comer mientras otros reciben viandas.
“En el caso del comedor Tino, se da una confluencia entre Estado, cooperativismo y sector privado, que resulta alentadora, ya que allí el Estado brinda el Programa Casa Común, nosotros el trabajo y el soporte, y Banco Credicoop aportó plantines para la huerta”, señaló Ramiro Martínez, uno de los fundadores de la cooperativa. ■