Clarín - Zonal Norte

Ciclista atropellad­a en Palermo: “Reclamamos cárcel para los cómplices"

La familia de Marcela Bimonte habló con Clarín a un año del caso. Hay un detenido y dos denunciado­s libres.

- Geraldine Mitelman gmitelman@clarin.com

El 2 de enero del 2022 cayó domingo. Todavía no había comenzado el primer día hábil del año cuando la noticia descolocó a todo un país: En Palermo, un conductor había atropellad­o a un grupo de ciclistas y runners. Entre ellos, a Marcela Bimonte, la única

Vital, alegre, madre de dos hijas, Marcela -de 62 años- había salido con Bicicletea­da Zen, su grupo de San Martín, su barrio, cuando alrededor de las 9 de la mañana, por la bicisenda de la avenida Figueroa Alcorta, a pocos metros de la avenida Dorrego, fue atropellad­a por un Ford Focus rojo, conducido por José Carlos Olaya González. Su cuerpo golpeó contra el parabrisas del vehículo, salió despedido y terminó sobre el pasto.

Olaya, de 32 años,manejaba a más de 70 kilómetros. Durante la madrugada, había consumido alcohol y estupefaci­entes. Las cámaras del lugar lo mostraron irse sin mirar a sus víctimas. Y apenas minutos después,

víctima fatal.

escapó con la ayuda de una camioneta Jeep Grand Cherokee que lo pasó a buscar

por la zona.

Unos 40 minutos más tarde, en el partido bonaerense de Avellaneda, en un operativo coordinado por las policías de la Ciudad y de la Provincia, Olaya González fue detenido. También los tres hombres que los ayudaron a huir. A poco más de un año del hecho,

su familia habla por primera vez y redobla el pedido de Justicia

a la espera del juicio oral. "Esto fue un homicidio, si leés to

da la causa te das cuenta que es una persona con desprecio total por el prójimo, por haberse bajado del auto y haber huido después de haber atropellad­o, por más que esté borracho o

drogado. Encima con cómplices que lo ayudaron a escapar".

El que habla es Alejandro Reparaz, el padre de las hijas de Bimonte: Eleonora (29) que vive en España, y Cata

lina (32) que vivía con su mamá en San Andrés, partido de San Martín. Se conocieron en 1979 y aunque estaban divorciado­s, mantenían una excelente relación.

"Este fue un año difícil para todos nosotros, con una de mis hijas viviendo lejos, fue muy duro cuando se cumplió el aniversari­o fue muy duro. El conductor borracho que la mató sigue preso en la cárcel de Ezeiza, a la espera del juicio oral que dicte por fin una condena firme. Los cómplices, que son tan culpables como él, están todos libres. Por eso renovamos el pedido de Justicia y reclamamos -al igual que sus compañeros de Bicicletea­da Zen- la sanción de la ley de alcohol cero", agregó.

A un año de lo sucedido, José Carlos Olaya González permanece detenido en el penal de Ezeiza. El abogado de la familia de Marcela, Gabriel Becker, confirmó que tanto la querella como la fiscalía solicitaro­n el requerimie­nto de elevación a juicio. "Esto se presentó en octubre de 2022. Ahí se formula una acusación principal que es por el delito de homicidio simple con dolo eventual y subsidiari­amente se hizo una imputación subsidiari­a por el delito de homicidio culposo agravado, por haberse fugado del lugar del hecho".

Ese escrito se incorporó a la causa - radicada en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 25- y Olaya González podría recibir una pena de 8 a ocho a 25 años por el delito de homicidio simple con dolo eventual, mientras que por homicidio culposo agravado entre 3 y 6 años. "No queremos que quede impune", subrayó Becker.

Los tres hombres que lo ayudaron a escapar a bordo de la camioneta Jeep fueron acusados por el delito de encubrimie­nto: son los hermanos Daniel (31) y Lucio (21) Valiente y Fernando Ezequiel Escobar (30). Este último logró, después de 7 meses, que le otorgaran arresto domiciliar­io, aduciendo problemas de salud. "Vive en Sarandí, con una abuela que lo crió, y se la pasa pidiendo visitas médicas al Británico", agregó el abogado.

La situación del principal imputado es diferente. Olaya González pidió que lo incorporen a un régimen de ejecución anticipada voluntaria, que no prosperó, y que le permitiría entre otras cosas poder trabajar, pedir una libertad transitori­a llegada la mitad de la condena y que lo dejen salir a ver a la madre, que está con metástasis producto de un carcinoma.

"A Marcela la recordamos a cada momento pero tratamos de no hablar mucho de lo que pasó porque nos ponemos mal. Ojalá el juicio oral llegue pronto, este año, porque es una tortura la espera y necesitamo­s cerrar, aunque por más que se llegue a una instancia final, es algo que nunca se va a terminar. Sobre Olaya González sólo te puedo decir que no tengo odio, sí le deseo lo peor a nivel condena",

Antes de la pandemia por coronaviru­s, Bimonte se desempeñab­a como voluntaria en Instituto de Oncología Roffo. “Asistía enfermos terminales conteniend­o y usando todas las técnicas que pudo aprender a lo largo de su vida. Ad honorem, por supuesto, como las bicicletea­das que hacemos nosotros“, comentó Luis Ceccato, última pareja y compañero del grupo de ciclismo de Marcela, en la puerta de la comisaría luego de declarar.

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Recuerdo. Alejandro Reparaz, padre de las hijas de Marcela Bimonte (en la foto, a la izquierda).
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Pedido de Justicia. El conductor que la atropelló estaba alcoholiza­do.

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