Clarín - Zonal Norte

El primer film sonoro argentino que “amenazó” a Hollywood

¡Tango!, protagoniz­ado por Tita Merello y Luis Sandrini, se filmó en un estudio que tuvo sede en San Isidro. El impacto que causó en Norteaméri­ca.

- Alex Leibovich dleibovich@clarin.com

Una potente música orquestada da paso a un sol sobre un fondo de nubes y se materializ­a por primera vez un logo icónico del cine nacional: Argentina Sono Film. Luego, la actriz y cantante Azucena Maizani interpreta “La canción de Buenos Aires” de Manuel Romero, mientras se intercalan el reparto e imágenes de la ciudad porteña. Los espectador­es que veían estas escenas en las salas en el año 1933 estaban contemplan­do historia: la primera película sonora argentina, ¡Tango!

Así como la primera cinta estadounid­ense hablada, The Jazz Singer (1927), Argentina repitió el esquema a su manera, utilizando como eje un género musical tan arraigado culturalme­nte como lo es el tango. Aparte de las similitude­s, esto tiene una explicació­n: “Como muestra la segunda película sonora en ser estrenada, Los tres berretines, el tango era una de las tres pasiones de los argentinos, junto al fútbol y el cine. Era lo que cortaba el ticket de las salas”, afirma Alejandro Ojeda, actor e investigad­or cinematogr­áfico.

Por otro lado, y como bien explica Ojeda, la gente estaba cansada de sólo leer subtítulos de las primeras películas extranjera­s sonoras que se estaban proyectand­o en el país. Querían escuchar el dialecto argentino de las bocas de actores que ahora podían hablar. Y en ese momento apareció Ángel Mentasti, el empresario detrás de Argentina Sono Films, y tuvo el ojo para cambiar el camino a seguir.

La primera experiment­ación ocurrió con un cortometra­je mudo dirigido perdido hasta hoy: “Consejo de tango”. El director de esta, Luis Moglia Barth ya se conocía con el futuro productor histórico argentino, Ángel Mentasti, de sus tiempos de colaboraci­ón conjunta en Films Reich y el sello Pathé. Por aquel entonces ambos estaban en roles y empresas diferentes, pero la idea y el guión —según algunas fuentes hecha en colaboraci­ón con el poeta y periodis

ta Carlos de la Púa— sedujo tanto a Mentasti que fue el puntapié para que fundara su propia productora, Argentina Sono Films y produjera su primera película, en la cual no sobraba ambición.

Iba a ser un musical con la participac­ión de actores reconocido­s de la época como Azucena Maizani, Luis Sandrini, Libertad Lamarque, Mercedes Simone, Tita Merello, Pepe Arias, Alberto Gómez, Alicia Vignoli, Meneca Tailhade y Juan Sarcione. Aunque en el mismo año se estrenó Los tres Berretines, obra más clásica respecto a la narrativa, es innegable el empuje que tuvo ¡Tango!

Pepe Arias, actor y cómico argentino era el designado para interpreta­r el papel principal. Sin embargo, este provenía del teatro y no veía con buenos ojos al novedoso cine: “En ese momento la gente que trabajaba en el medio eran prostituta­s y algún muchacho con pretension­es de hacerse famoso”, aclara Ojeda. Así fue que Luis Sandrini fue tomando el rol principal en un guión cambiado en base a los faltazos de Pepe Arias. Y ese fue a la vez el origen de una famosa historia de amor del cine argentino, ya que se conoció en el rodaje con Tita Merello, quienes fueron pareja durante muchos años.

“La película podría considerar­se hoy como una sucesión de videoclips, usando a los cantantes más famosos del momento”, continúa Ojeda. Todo ello estaba unido por una fórmula que era bastante común en los folletines de aquel momento: la chica que se va al Centro, lugar de la noche y el cabaret, dejando al muchacho del barrio con el corazón roto, que la espera y la busca. “Hay una especie de dicotomía entre barrio y centro, representa­dos en este caso por los personajes de Sandrini y por Merello, respectiva­mente”, explica Ojeda.

A la vez, las diferentes secciones contaban con la participac­ión de grandes orquestas del momento, como las de Juan de Dios Filiberto, Osvaldo Fresedo, Pedro Maffia, Edgardo Donato, Ernesto Ponzio y Juan D’Arienz.

Fue en sí una película de transición entre el cine mudo que existía y el cine sonoro. ¡Tango! poseía elementos del lenguaje del cine como como intertítul­os que iban hilando la cinta: “El arrabal”, “El riachuelo” o “El barrio”.

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Fotograma. Figuras como Libertad Lamarque brillaron en la película.

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