Clarín - Zonal Norte

Los muralistas que se unieron para embellecer Vicente López

El proyecto arrancó en 2012 y hoy ya alcanzó paredones de todo el distrito. Gualicho, Mabel Vicentef y Lucas Lasnier, algunos artistas referentes.

- Alex Leibovich aleibovich@clarin.com

Viví Arte es un proyecto colectivo de arte muralista que nació motivada por la Secretaría de Cultura de Vicente López en el año 2012. En propias palabras de Dolores Guzmán, la secretaria de cultura: “El proyecto empezó con el objetivo de embellecer el espacio público y poner en valor espacios que están descuidado­s”.

Desde entonces, el emprendimi­ento convocó a decenas de artistas reconocido­s, a quienes les dieron un espacio no sólo para exponer su trabajo, sino también para ofrecer un valioso servicio al otorgar vida a lugares que se hallaban marginaliz­ados. Pero fue mucho más lo que se terminó desatando a partir del proyecto.

El muralismo en Argentina se remonta a hace décadas pero muchos de los participan­tes de Viví Arte coinciden en que antes de sumergirse en él comenzaron dentro de la cultura del graffiti de fines de los años 90. “Lo que es el arte público y por ahí mi primer acercamien­to a la calle, a la hora de salir a pintar parte un poco de lo que es la génesis del graffiti”, relata Lucas Lasnier. Y en ellos coinciden otros artistas que forman parte del pro

El plan Viví Arte fue impulsado por la Secretaría de Cultura.

yecto como Panichelli y Harymbat.

Pablo Harymbat, también conocido como Gualicho, estuvo influencia­do en sus comienzos por El Bosco, Ernst Haeckel, Jim Woodring y todo el movimiento psicodélic­o de mediados a fines de los 60s de la costa oeste de USA. Sin embargo, ahora tiene un estilo de arte ligado a la experiment­ación digital.

Entre sus obras hechas para Viví Arte se destacan Tramasilve­stre, en el paso bajo nivel de Carlos F. Melo y Fuerzavita­l, ubicada en el paso bajo nivel de Gral. M. Miguel de Güemes en el barrio de Vicente López, a metros de la estación de tren. En ellas se puede ver su estilo actual, ligado al dibujo libre, la experiment­ación digital y el “data o digital bending”, “una forma de manipular archivos para producir ciertos resultados estéticos y morfológic­os”, en palabras de Harymbat.

Los diferentes gobiernos del mundo se fueron dando cuenta de que el arte urbano podía ser una manera de revivir espacios públicos: “No es solamente pintar una pared; es poner en valor espacios por los que la gente pasaba antes casi sin darse cuenta o demasiado rápido porque no era un espacio seguro”, cuenta Guzmán. En ese sentido, se produce un entramado en el que el arte es el hilo conductor para generar sentido de comunidad, seguridad y renovar espacios marginaliz­ados.

“A mi lo que más me gusta es agarrar lugares medio como grises, tristes, feos y ver cómo lo levantás con el mural”, dice la artista Mabel Vicentef. Hace ya 10 años que trabaja como muralista. Entre sus trabajos para Viví Arte se encuentra Cálidoy tropical, cerca de Puente Saavedra y Laespera, un mural hecho para la guardia del Hospital Hussay.

En ellos se puede observar el espíritu surrealist­a de Vicentef, en el que abundan mujeres, objetos y

animales. Sin embargo, cada uno de los murales está ligado de forma íntima al espacio al cual pertenece: “El mural realizado en el Hospital Houssay fue en el interior de una guardia, al cual vi como un espacio de espera. De ahí empecé a armarlo inspirándo­me en lo que puede significar esa espera”, dice Vicentef.

Esto tiene que ver con algo llamado “site specific”, concepto que implica que los artistas convocados trabajan teniendo en cuenta el entorno, al estudiar las caracterís­ticas y el uso de cada lugar para crear una obra acorde a dicho espacio. “Es como que le buscamos el novio a la pared. Cada lugar tiene su caracterís­tica y para cada uno pensamos y definimos en equipo cuál sería el artista ideal o cuál sería el lenguaje que a los vecinos les va a gustar porque después son ellos quienes los ven todos los días”, declara Guzmán.

En ese sentido, se termina creando un vínculo especial no sólo entre los vecinos y el mural, sino también entre los vecinos y los artistas. “La mejor recepción que había era la del vecino que no podía creer lo que estabas creando y te llevaba comida, bebida, agradecién­dote”, relata Lucas Lasnier acerca del proceso de la creación del mural.

Se destacan dos de sus murales hechos para Viví Arte: la plaza de ingreso de estación Aristóbulo Del Valle en Vicente Lopez, el cual hizo en colaboraci­ón con el artista holandés Daniel Stroomer y el bajo paso a nivel de la calle Acassuso en La Lucila. En ellos se puede apreciar un estilo abstracto, nutrido por la cultura del fanzine, el cómic y el pop surrealist­a americano.

El mural de la estación Aristóbulo Del Valle en Vicente López fue hecho por Lasnier y Stroomer en el 2015, pero volvieron en el 2019. “Ya a los dos años los pigmentos de esos murales perdieron mucha fuerza. Se produce un desgaste natural, el cual está bien que ocurra porque significa que dichos espacios se usan”, explica Lasnier.

Eso va en concordanc­ia con la marca puesta por Guzmán en Viví Arte, a diferencia de otros proyectos de murales municipale­s: “Es co

mo cuando vos tenés una obra en tu casa un cuadro en tu casa. Te gusta sólo ese, no querés otro. El vecino se acostumbró a ver ese mural en ese lugar. Entonces, aparte de hacer nuevos murales nos empezamos a concentrar en mantener impecables los murales que ya están pintados”, explica Guzmán.

Pedro Panichelli empezó hacien

do murales motivado por su hermano mayor, que comenzó haciendo graffitis en la calle. Fue aprendiend­o sobre la marcha, influencia­do por su padre, Carlos Panichelli, quien fue un extraordin­ario pintor y dibujante, pero también por contemporá­neos como Enzo Panzer, Liqen y Pablo Astrain, grandes pintores de principios del siglo XX, como Gustav Klimt y Félix Vallotton, y escultores como Auguste Rodín, Claude Monet.

“Me gusta que el trabajo tenga elementos fantástico­s y simbólicos y que sea por un lado esperanzad­or, pero sin dejar de lado aspectos oscuros de la vida, como la muerte”, comenta respecto a su estilo. Y eso se puede ver en obras propias hechas para Viví Arte como LamontañaI­I, hecha en colaboraci­ón con Enzo Panzeri y Sentimient­oprimario, pintada también junto a Panichelli y también Alejandro Torres.

“El proyecto colectivo lleva más de 10 años en funcionami­ento y ya van más de 50 murales hechos”, afirma Dolores Guzmán. Y así continuará, enlazando a artistas con los vecinos, y haciendo renacer lugares en desuso. En ese sentido, tanto Pablo Harymbat, Mabel Vicentef, Lucas Lasnier y Pedro Panichelli, así como los más de 60 artistas involucrad­os en Viví Arte, continúan embellecie­ndo el espacio público con murales marcados por un estilo propio.

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Influencia­s. El graffiti y hip-hop, reflejado en barrios de Olivos.

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