El kiosquero que se volvió parte de la rutina de los alumnos de Florida
Pablo Kiszka le puso a su local “Frente al colegio” porque desde hace 10 años atiende entre 2 escuelas. Les fía a los chicos y la gente se junta en su negocio.
Pablo Kiszka no es como el resto de los kiosqueros: él conoce el nombre de sus más de 500 clientes frecuentes, sus fechas de cumpleaños, cuadros de fútbol y hasta en qué materias les va mejor que en otras. Es que los habitués de su kiosco, ubicado en Gral. José María Paz 1264 partido de Vicente López, Provincia de Buenos Aires, son alumnos de los colegios Santa Teresita y Florida Day School, al frente y a la vuelta respectivamente del local de Pablo.
Hace 10 años atiende “Frente al colegio”, el kiosco que se volvió parte de la rutina de la comunidad escolar del barrio. Desde las 7 de la mañana hasta casi las 20 horas, Pablo está firme detrás del mostrador y en cada detalle. Las mesitas en la vereda de “lo de Pablo” son el sitio ideal para un desayuno antes de entrar al colegio, el almuerzo de los chicos cuando salen y en donde muchos esperan a ser retirados: “Mis hijas ya saben se cruzan a lo de Pablo y me esperan ahí. Ellas están seguras y yo me quedo tranquila", dice Marina, mamá de Victoria y Emilia.
Los alumnos de ambos colegios lo adoran y se ganó la confianza de las madres y los padres, quienes destacan su bondad a la hora de atender y de ayudar: “Resuelve todo. Se acuerda de cuáles son los libros usados que necesitan los chicos y se contacta con los padres para que nos los pasemos a un precio menor que si fuesen nuevos”, coinciden los padres.
Los posters de Marcelo Gallardo, Leonardo Ponzio y Jonatan Maidana resaltan su fanatismo por River Plate. Pablo, orgulloso, asegura no haber perdido “ni un cliente hincha de Boca” por ese motivo. El fútbol siempre es tema de conversación con los chicos y con los padres. Las bromas también pero “siempre con respeto”, detalla.
Un recuerdo relacionado a la redonda que Pablo Kiszka protagoniza y cuenta con una sonrisa, es que el Chacho Coudet, actual DT del Inter de Brasil, era suplente suyo cuando de chicos jugaban juntos en Platense.
Pablo se dedicó al comercio toda su vida. Vendió ropa, tuvo un solarium y una carnicería, entre otros emprendimientos más. Hace 16 años tomó la decisión de anotar a su primera hija en el colegio Santa Teresita, lo mismo hizo con la segunda. Un día y como era costumbre, cuando llevaba a sus hijas al establecimiento una idea lo sacudió con fuerza: un kiosco en la cuadra de enfrente.
“Cuando lo abrí sabía que la gente iba a venir”, recuerda el comerciante. La confianza que le tienen sus clientes es mutua: Pablo les fía. “Entiendo la situación económica y hay que acompañarlos”, dice. Además prefiere vender más barato para que todos puedan comprarle.
"Acá es el hombre orquesta, es un anfitrión súper estelar con chicos y grandes al punto que gracias a él en estas mesas se han formado verdaderos grupos de amigos en estos años", dice Fabián Polito, papá de un ex alumno del colegio Santa Teresita, pero que sigue yendo cada mañana a desayunar a Frente al colegio.
“Acá lo importante es que todos estén contentos, atender con una sonrisa y buena onda hace que empiece y termine bien el día. Me sirve a mi a nivel personal, y creo que les sirve a ellos, que saben que pueden contar conmigo”, cierra Pablo.
“Es el hombre orquesta, anfitrión de raza”, dice un papá.