La primera mujer en manejar una ambulancia del SAME
Andrea Galdi tiene 46 años y vive en Morón Sur con su marido y sus tres hijos. Entró al servicio de emergencias en 2017. “Estar al volante no es fácil y hay que enfrentar cosas fuertes, pero no depende del género: es cuestión de estar formado”, asegura.
Las sirenas, el acelerador casi a fondo, el zigzagueo y la adrenalina son cosas de todos los días para Andrea Galdi, una señora de 46 años que acaba de recibir una distinción del Ministerio de Salud por ser la primera mujer chofer de emergencias del SAME en Provincia de Buenos Aires.
“Manejar una ambulancia no es nada fácil; no se trata solo de la conducción o de la adrenalina por la emergencia, sino también de estar preparado para vivenciar casos muy fuertes”, define Andrea sobre su compleja labor, que la obliga a vivir acelerada para llegar siempre a las urgencias.
Esta no es la primera vez que Galdi trabaja en tránsito: en 1998 comenzó como infante a pie aunque tiempo después se transformó en la primera mujer en integrar el Cuerpo de Motociclistas de la Policía de Tránsito de Morón, un hecho que en ese entonces parecía poco menos que imposible.
Luego de un largo camino recorrido, en noviembre de 2017 ingresó al SAME de Provincia de Buenos Aires para dedicarse a la conducción de las ambulancias, una tarea que suele estar asignada a hombres, aunque ella fue la excepción.
Andrea afirma convencida que es un trabajo que puede realizar cualquier persona capacitada, sin importar el género. Y agrega: “Es cuestión de animarse y estar formado para poder cumplir con lo necesario, pero es algo que puede hacer cualquiera”.
Actualmente vive en Morón Sur, junto con su marido Fabián, con quien está casada desde hace 28 años. Tienen tres hijos: Natalia, de 26, Ángela, de 17, y Jeremías, de 15. "Me siento muy apoyada por mi familia, ellos saben que adoro manejar porque es algo que hago desde siempre", comenta Andrea. Además, dice entre risas: "Mis hijos dicen que manejo mejor que el padre".
“Lo que más me gusta de mi trabajo es el contacto con los vecinos, definitivamente no hay nada como po
Me siento muy apoyada por mi familia, ellos saben que adoro conducir porque es algo que hago desde siempre”.
Manejar una ambulancia no es nada fácil; no se trata sólo de la conducción o la adrenalina “.
der ayudar” dice Galdi, que tiene la oportunidad de estar cerca de la gente de su barrio. También cuenta que consigue sentirse muy próxima a ellos al poder contenerlos y tranquilizarlos frente a las situaciones adversas que debe atender.
Mientras realizaba una capacitación en el hospital El Dique, de La Plata, Andrea fue sorprendida con un reconocimiento que no esperaba: el ministro de Salud bonaerense, Andrés Scarsi, le entregó una plaqueta por ser la primera mujer en manejar una ambulancia del SAME. “Me sentí sorprendida, pero sobre todo muy agradecida por esta distinción”.
A partir de esto, Andrea asegura que se abrió una puerta que ya no se podrá cerrar, y que con estos pequeños pasos todas las mujeres se sentirán inspiradas para romper con los roles que les fueron asignados históricamente. ■