Moreno da un paso clave para reciclar residuos y combatir los basurales
Pondrán centros donde llevar los reutilizables, habrá separación en origen y crearán una guardia para controlar.
En la sesión que fue noticia a principios de mes por la presencia de una persona que luego dio positivo de Coronavirus, por lo que debieron aislar preventivamente a todos los concejales y trabajadores del cuerpo legislativo, en Moreno se trató un tema clave: aprobaron la ampliación de la ordenanza para la gestión integral de residuos sólidos urbanos (GIRSU).
Esa norma define la estrategia relacionada con la recolección, tratamiento y división en origen de la basura en el Partido, con la intención resolver de manera eficiente un viejo problema: los basurales del distrito.
“Nosotros necesitamos que Moreno esté limpio”, destaca Lucas Franco, concejal del Frente de Todos. Y asegura que, tras la aprobación, ya se comenzó con la primera etapa del proyecto centrada en la concientización respecto a la separación de los residuos en casa que permitiría reducir su volumen.
El siguiente paso incluirá la incorporación de puntos verdes para que los vecinos puedan acercar los reciclables y que funcionará como el primer proceso de separación. En este mismo eje se pondrá en marcha la planta de clasificación municipal que ya se encuentra emplazada en el barrio La Porteña, pero que nunca funcionó.
Si bien la ordenanza había sido aprobada en diciembre de 2019, aún restaba definir los pormenores de la implementación y ampliarla en algunos aspectos.
Uno de los cambios incorporados fue la categorización detallada de los grandes generadores, como countries, comercios e industrias, que tienen la obligación de tratar los residuos en origen. “Cuando los grandes generadores no hacen tratamiento de manera adecuada, la basura termina yendo al sistema informal que vuelca los desechos en cualquier lado”, explica el concejal.
Respecto a los recolectores informales, como cartoneros o carreros, el proyecto prevé la creación de un registro público de recuperadores para poder darles a estos trabajadores protección sanitaria e incorporarlos dentro del circuito.
Previo a su tratamiento en el Concejo, la polémica se centró en la recolección de la basura dado que los camioneros temían ser reemplazados por trabajadores de la economía popular teniendo en cuenta que en noviembre vence el contrato del Municipio con El Trébol, la empresa privada que recolecta residuos en dos de las tres zonas en las que está dividido el distrito. Sin embargo, desde la Comuna aseguraron que los puestos de trabajo están asegurados.
Para controlar que se respeten los puntos establecidos en la ordenanza, se creará una guardia que hará el trabajo de campo para evitar que se arroje basura en la vía pública, así como una mesa ambiental integrada por representantes de todos los actores que participan del proceso.
Los plazos del proyecto apuntan a que haya un 30% menos de basura en el primer periodo de dos años y los detalles sobre el proceso podrán seguirse en informes públicos bimestrales.w