Le salvaron la vida a un gavilán y tras nueve meses de recuperación lo soltaron
Lo encontraron en una casa, malherido y acosado por perros. Tuvieron que curarlo y enseñarle a cazar.
Con el valioso aporte de una vecina y un especialistas del Club de Observadores de Aves de Pecho Colorado, el área de Medio Ambiente de Ituzaingó logró liberar a un pichón de gavilán mixto que había sido hallado en muy mal estado en el jardín de una casa de ese distrito.
El operativo se realizó en el predio de 27 hectáreas de bosque en el que se creará una reserva natural municipal, luego de los más de ocho meses que demandó un complejo proceso para, primero, salvarle la vida al ejemplar de Parabuteo Unicinctus, el nombre científico de la especie, y luego para que pudiera reincorporarse a un hábitat natural y no tuviera que vivir en cautiverio.
El pichón había sido encontrado el 28 de abril de 2022 por Rosa Paladino, vecina de Villa Ariza, quien dio rápido aviso al Municipio. La principal preocupación de la señora era que los perros que tiene en su casa lastimaran aún más al gavilán. Y pidió que fueran a buscarlo.
“Estaba en el patio de mi casa muy malherido en una de sus patas y en las alas, algo que le complicaba llegar a su alimento diario”, cuenta la mujer. Ese aviso permitió evitar la muerte del ejemplar.
La gravedad que presentaba el ave habilitó a la subsecretaría de Ambiente local a activar los trámites necesarios para que se autorizara la manipulación del ejemplar, y al mismo tiempo solicitar su tránsito urgente a alguna asociación protectora, bioparque o dipráctica ferentes direcciones de conservación de flora y fauna del Estado.
Tras las primeras tareas de asistencia, el pichón quedó al cuidado de Corino Griffini, educador ambiental e integrante del Club de Observadores de Aves Pecho Colorado, una organización sin fines de lucro de Lujan. La ONG se hizo cargo del ave justo en el Día del Animal.
“El proceso de rehabilitación fue muy extenso. Duró nueve meses y fue dividido en tres etapas: recuperación sanitaria, entrenamiento de vuelo y cacería. Todo fue avanzando de acuerdo a la evolución que iba presentando el ave”, explica el proteccionista que lleva más de 20 años trabajando con aves de rapiña.
En la primera etapa, según explica, “se priorizó la recuperación de las alas y las patas para que pudiera moverse por sí solo”.
Y añade: “Una vez que el ave está con fuerza y un buen peso, se puede pasar a la siguiente y comenzar con la
de vuelo. Y por último el entrenamiento de cacería, que consiste en enseñarle que vuelvan a cazar para sobrevivir”.
Hace unos años, cuenta Corino, las aves rapaces volvieron a tener un buen número de ejemplares conviviendo en las ciudades y cumpliendo su principal función de ser grandes reguladores de especies como palomas, roedores y culebras.
“Liberar este tipo de especies en este estado no se da habitualmente. Tres de cada 10 que sufren esta situación logran estar en óptimas condiciones”, explica.
Los gavilanes son frecuentemente avistados en las ciudades, al igual que otras especies similares como los caranchos y chimangos. Son aves grandes y robustas, de la familia de las águilas,
y se alimentan capturando a su presa en pleno vuelo.
Según aclaran los especialistas, la presencia de estas aves rapaces no representan un peligro para la fauna doméstica como perros o gatos. Y está prohibida su captura, venta o domesticación.
“Desde el Municipio buscamos educar a la gente para que podamos todos juntos conservar, preservar y aumentar la biodiversidad en las zonas urbanas”, asegura Débora Guerra, subsecretaria de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Ituzaingó.
“En casos como éste, se trabaja con clubes de observadores de aves para informar y concientizar a los vecinos la importancia de estar conviviendo con aves que están comúnmente en la ciudad”, señala.w