Clarín - Zonal Oeste

La muerte del cadete del Colegio Militar: "Entregó su vida por lo que amaba"

Lautaro Pilloud tenía 21 años y llevaba dos meses en el Ejército. Su padre lo recordó con dolor y orgullo.

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A través de un breve comunicado, el Ejército Argentino confirmó la muerte de un cadete de primer año durante una actividad realizada en el Colegio Militar de la Nación, en El Palomar, zona Oeste del Gran Buenos Aires.

Días más tarde, el padre de Lautaro Pilloud, que tenía 21 años y era de la localidad bonaerense de Baradero, lo despidió con dolor y orgullo: "Entregó su corazón, su alma y su vida por lo que amaba", escribió en el mensaje que publicó en su perfil de Facebook.

La muerte del joven cadete, según lo informado oficialmen­te "con hondo pesar", ocurrió el lunes 6 de marzo "durante una actividad del servicio en el Colegio Militar de la Nación". Ese día, en la zona había un alerta naranja por la ola de calor, pero el comunicado no hizo referencia a los motivos de lo sucedido.

En la mañana del jueves siguiente a la muerte de su hijo, Javier, el padre del joven y -según el mismo revelainte­grante de la Prefectura- publicó en Facebook un mensaje.

"Quiero escribir esto, lo necesito por mi hijo", arranca el texto. Y enseguida explica algo más sobre las circunstan­cias del fallecimie­nto, sin reclamos y con orgullo por el compro

miso de Lautaro con lo que amaba.

"Yo sé que mi hijo en el Colegio Militar de la Nacion tuvo exigencias físicas propias de la fuerza como lo debe ser para formar personas que van a dar su vida por todos nosotros", aseguró.

Fundamenta­lmente, Javier se preocupó por dejar claro que en la situación que desencaden­ó la muerte no hubo más que autoexigen­cia de su hijo.

"Esas exigencias son voluntaria­s porque uno si no resiste o se da cuenta que no es para uno, puede pedir la baja cuando lo desee, nadie es obligado a hacer nada que uno no quiera hacer", aclaró.

Javier también reveló que él tuvo mucho que ver en la vocación del joven cadete. "Mi hijo siguió mis pasos por contarles tantas cosas vividas en mi amada Prefectura, y él siempre me decía que su vida era pertenecer a

la hermosa Institució­n a la cual perteneció".

El hombre también contó que se mantenía muy cerca de las primeras experienci­as de su hijo en el Ejército. "Yo, cada vez que él volvía de franco, le preguntaba cómo le iba, si le gustaba, y él me decía que amaba lo que hacía".

También reveló que Lautaro tenía los talones muy lastimados "por los zapatos baratos que le habíamos comprado" y que en más de una oportunida­d, un superior a cargo le preguntó cómo se sentía al respecto, y "con su orgullo de comando" el joven cadete se rehusaba a interrumpi­r su preparació­n. "Le decía que estaba bien aunque así no fuera", revela la carta pública.

"Yo le decía que si se sentía mal, pidiera ir a sanidad, porque apenas ellos pedían los mandaban. Y eso contado por mi hijo, o que dejara porque nunca lo obligamos a hacer nada que no quisiera. Pero el decía: 'A mí me van a tener que sacar muerto, pa". Porque no aflojó ni abajo del agua".

Y añade: "Así fue como entregó su corazón, su alma y su vida por lo que amaba y por más doloroso que sea, tengo que aceptar que mi hijo quiso resistir hasta el final sin darse cuenta de que me arrancó la vida. Pero de

Tuvo exigencias físicas propias de la fuerza, como lo debe ser para formar a personas que van a dar su vida por todos nosotros”.

bo ser fuerte por mi amada esposa y mi hermosa hija".

Javier agradece "toda la atención y predisposi­ción" al Colegio Militar de la Nacion, "desde el director hasta los cadetes de primer año".

Y concluye: "Mi hijo les entrego el tesoro más preciado, su vida, para formarse cómo un gran soldado que este país iba a tener, y hoy a ese gran soldado lo tiene Dios. Yo como mortal me queda resignació­n y sufrimient­o de haber perdido a un ser tan hermoso, cariñoso y compañero, amigo del alma era y SOS todo en mi vida pa. Te Super Amo por siempre mi hermoso". La firma, en mayúsculas, es muy corta:; "PA".

La noticia de la muerte de Lautaro a tan corta edad y en la forma en que se dio fue un golpe duro para muichos habitantes de Baradero, donde vivía. el joven cadete "Era un chico muy conocido y querido", repiten quienes lo trataban con asiduidad.

Hacía apenas dos meses que había ingresado al Ejército como cadete, siguiendo el legado de su papá, que se desempaña como oficial de Prefectura Naval Argentina y era un ejemplo a seguir como luchador en la vida, trabajador y persona.

La mamá de Lautaro, Karina, también es conocida porque lleva años como portera de una escuela de la ciudad. Su hijo jugó al rugby en el Tiro Federal y también era habitual que hiciera trabajos de musculació­n en un gimnasio. "Era un chico disciplina­do, respetuoso, sano y fuerte. Se mantenía siempre en forma. A pesar de su corta edad, nunca faltaba a su entrenamie­nto. Completaba la rutina porque le gustaba el deporte", señaló a Clarín Nino Dipascuale, ex profesor de musculació­n y acondicion­amiento general de Lautaro.

"Su muerte fue una fatalidad, un caso fortuito. Cuando me enteré quedé sorprendid­o", cerró.w

 ?? ?? Juntos. Javier Pilloud, que es oficial de Prefectura, con su hijo Lautaro, quien seguía su ejemplo en el Ejército.
Juntos. Javier Pilloud, que es oficial de Prefectura, con su hijo Lautaro, quien seguía su ejemplo en el Ejército.

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