Ezequiel Di Fulvio Un vecino del GBA deslumbra con sus réplicas en madera de grandes estadios
Desde William Morris, donde tiene su taller, recrea con detalles la Bombonera y el Monumental.
La idea es que el fanático vea la mejor réplica del estadio que habitualmente usa para alentar a su equipo” Ezequiel Di Fulvio Vecino de Hurlingham
Una idea que surgió en plena pandemia es hoy su emprendimiento y trabajo fijo. Ezequiel Di Fulvio (37) se dedica a crear maquetas de madera de estadios y lugares icónicos de la ciudad con un alto nivel de detalles.
Hinchas de Rivery Boca siempre soñaron con llevarse el Monumental y la Bombonera a su habitación, aunque ese deseo lo veían como algo imposible. Sin embargo, el vecino de William Morrispuede hacerlo realidad.
En la etapa más dura de la pandemia el "Duende" -como lo conocen sus amigos- comenzó a realizar maquetas de madera en su taller ubicado en Dante al 3400, en pleno barrio de San Damián.
Una idea que surgió de la demanda de sus primeros clientes. “Volvía de un recital con un hincha de Racing y ahí se me prendió la lamparita y le dije 'voy a hacer un estadio en madera'. Ahí no más me pidieron que probara. Arranqué hasta lograr lo que necesitaba con el nivel de detalle que quería manejar”, recuerda.
Gracias a lo bien que hace su trabajo, Ezequiel ya pudo enviar una réplica del estadio Alberto J. Armando al consulado Xeneize en Costa Rica y otra del Antonio Vespucio Liberti a la escuela oficial del Millonario en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
Además, tiene una maqueta del * viejo puente "Nicolás Avellaneda" en un museo dedicado a La Boca y la pasión Xeneize en Salta, "Los bosteros de Salta". Está a cargo de Federico Suarez, que se define como un “enfermo por Boca”.
Di Fulvio también fabricó maquetas del Cilindro de Avellaneda, el Tomás Adolfo Ducó y el Nuevo Gasómetro. “La idea es que el fanático vea la mejor réplica del estadio que habitualmente usa para alentar a su equipo”, dice.
“Comencé vendiendo pequeñas guitarras de madera similares a las Gibson a la salida de recitales de La Renga y del palo del rock. Cuando se cortaron los recitales comencé con los estadios”, recuerda. Y agrega: “Las primeras veces no era nada fácil. La
Policía te corre de los lugares pese a tener vigente un respaldo legal como artesano. Pero jamás bajé los brazos”.
Sus trabajos son tan minuciosos que su tiempo es lo más valioso que invierte, además de una mano de obra detallista y particular.
“En el precio de mis maquetas está el tiempo invertido en cada detalle. No dejo nada librado al azar. Armo las bases, algunas maquetas grandes llevan 150 bases de madera para sostener una gran estructura de 1,50x 0.50. A todas les hago butaca por butaca”, resalta.
Y recomienda: “A la gente que quiere que esto sea regalado para sus parientes o para alguna fecha especial, les pido que cuenten con anticipación. Por lo menos, tres meses. Aunque también he hecho trabajos en menos de 13 horas. Un récord”.w