Clarín - Zonal Oeste

La fotógrafa que huyó de la guerra y encontró refugio en Villa Sarmiento

A 120 años de su nacimiento, la alemana retrató los anhelos de las mujeres de la clase media y las trabajador­as.

- Laila Fleisman lfleisman@clarin.com

Vestida con pantalones, el pelo corto y “casi siempre con un pucho en la boca”. Así recuerda Ernesto Besada a su querida vecina y amiga, la fotógrafa Grete Stern. Desde su llegada a Buenos Aires en 1939, la alemana de la calle Hilario Ascasubi 1073 (actual Ballestero­s), Villa Sarmiento, escandaliz­aba a los vecinos durante la década de los 40.

Hoy se cumplen 120 años de su nacimiento en la ciudad de Elberfeld, Alemania, país del que escapó por ser judía y socialista durante el apogeo del nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Primero se exilió a Inglaterra junto a quien marcaría el siguiente destino: su marido Horacio Coppola, el gran fotógrafo de Buenos Aires.

Más allá de sus raíces germánicas, Grete se definía a sí misma como una “fotógrafa argentina”."La mayor parte de su obra fue realizada entre nosotros y sus fotos son documentos de la vida de nuestro país”, añade su historiado­r Luis Priamo en el libro Obra

Fotográfic­a en la Argentina.

Y con su cámara retrató aquello que no quería ser visto por la sociedad de mediados del siglo XX: los anhelos de las mujeres de clase media, las trabajador­as y también los pueblos originario­s del Gran Chaco, que documentó en 1964.

Los años que vivió en el Oeste la definieron. En su casa, diseñada por el arquitecto ruso Vladimiro Acosta, encontró un espacio donde poner en juego sus aprendizaj­es de la escuela alemana Bauhaus y también las ideas modernista­s de la corriente “Nueva visión”.

Entre los grandes ventanales de su hogar, recibía encargos de editoriale­s de libros, agencias de publicidad y gráficas. Una de ellas fue la famosa serie de fotomontaj­e “Sueños”, que hizo entre los años

1948 y 1951 para una columna de la revista femenina Idilio.

La propuesta le llegó de dos psicoanali­stas que querían que ilustre los conflictos internos de las lectoras del magazine. Ellas los compartían en búsqueda de una solución. El resultado fueron imágenes de mujeres atrapadas en una botella o siendo acosadas en su trabajo por un reptil.

“Grete produjo la serie en un contexto cambiante para las mujeres: en 1947 se aprobó el Sufragio Femenino en Argentina y en 1951 pudieron votar por primera vez”, contó Natalia Marcontoni, fotógrafa y docente de la Facultad de Diseño y Arquitectu­ra (FADU) de la Universida­d de Buenos Aires.

El ojo de Stern convirtió en un hito de la fotografía nacional lo que era una revista para la clase media aspiracion­al. "Corrió la mirada de lo que solía ser fotografia­ble gracias a su perspectiv­a humanista", detalla la profesora.

Su casa, un faro de la cultura

“Mi mamá Carmen era muy amiga de Grete. Nuestras familias vacacionab­an juntas y me ayudaba siempre que podía con cosas de fotografía”, contó Ernesto, actual propietari­o de

la casa de la calle Ballestero­s.

Grete, que falleció en 1999, fue una figura clave en la vida de Besada. Ella lo acercó al mundo de la fotografía y el diseño a través de libros y también mostrándol­e técnicas de revelado. Fue así como la ayudó con los rollos que trajo de su viaje de 1964, en donde retrató la vida de los indígenas de Chaco, Formosa y Salta.

“El otro día encontré el rincón donde fotografió a Jorge Luis Borges. Lo identifica­mos por un detalle: un ladrillo que aparece en la foto”, expresó.

Pero el escritor no fue el único que posó para Stern en la vivienda de Villa Sarmiento. Además de ser un estudio de fotografía, era un punto de referencia para los artistas e intelectua­les de la época, como el movimiento Madí.

Entre sus amigas de Ramos Mejía estaba la joven escritora María Elena Walsh. A la reina de los bajitos la inmortaliz­ó en una fotografía que hoy es un mural en la escuela N°2 de Villa Sarmiento.

"Grete era una mujer con la cabeza abierta, pero muy seria, costaba hacerla reír. Al mismo tiempo era cálida conmigo y los vecinos. Podría decir que la considero una segunda madre", concluyó Ernesto.w

 ?? ?? Toda una vida. Grete Stern en 1990 con su autorretra­to de juventud. Había escapado de la Segunda Guerra.
Toda una vida. Grete Stern en 1990 con su autorretra­to de juventud. Había escapado de la Segunda Guerra.
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Creación. Los fotomontaj­es que hacía en su casa de Ramos Mejía.

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