Las terapias intensivas están ocupadas al 80% y hay clínicas casi sin camas
“La ocupación es del 120%”, describen en una. Y en otra avisaron que solo atienden en caso de riesgo de vida.
Con recursos escasos y personal médico que ya no da abasto, son cada vez más las clínicas bonaerenses cuyas unidades de Terapia Intensiva están colapsando por llegar al límite de su capacidad y la imposibilidad de atender pacientes nuevos.
A pesar de las largas filas fuera de los centros médicos del Sur del Conurbano, son varias las instituciones que informan que los recursos ya no son suficientes, para atender tanto a los infectados por coronavirus como a los que llegan por otras patologías.
La ocupación de camas de Terapia Intensiva en todo el Sur del Conurbano -una región en la que viven más de 4 millones de habitantes- es cercana al 80% sumando sector público y privado. Según datos del Ministerio de Salud bonaerense, el viernes pasado era del 91% en Berazategui, 80% en Lomas, arriba del 70% en Quilmes, Esteban Echeverría, Ezeiza y Florencio Varela, y del 60% en Avellaneda,
Lanús y Almirante Brown.
Dentro de este espectro, varios sanatorios privados se declararon en emergencia con una demanda que supera su capacidad.
La clínica Espora, en Adrogué, es una de las que declararon haber llegado al 100% de su capacidad para atender casos graves de Covid-19. Con la circulación de nuevas variantes y el pronunciado aumento en los contagios, las hospitalizaciones son cada vez más y los centros privados se ven obligados a hacer derivaciones.
El personal del Sanatorio Juncal de Temperley, por su parte, informó a través de un cartel instalado en la puerta de la clínica que se encuentran excedidos en su capacidad de atención. En el mismo anuncio aclararon que sólo atenderían "emergencias con riesgo de vida".
Con diferencias de matices, la situación se repite en todos los municipios. "Están explotadas", grafica directamente un funcionario de un distrito del Sur, al margen de que que no manejan números del sector privado.
Más allá de los casos graves, pacientes en ocasiones pueden llegar a esperar seis horas por consultas que, en muchos casos no se llegan a concretar. La necesidad de atender casos graves de otras patologías influye en la ocupación total de camas, no sólo de terapia intensiva sino también, a falta de recursos, de otros sectores del hospital.
El director de la clínica Santa Clara de Florencio Varela, Mario Kanashiro, informó que en los primeros días de abril, el porcentaje de internación en piso y terapia intensiva ya había llegado a un 97% de su capacidad.
"Estamos hace más de un mes con las camas a tope, en la clínica ya se había indicado solamente internar emergencias, y realizar el cierre de cirugías programadas que no presentaran riesgo vital y se puedan postergar", reveló Kanashiro.
En octubre del año pasado, cuando se había alcanzado el pico máximo de contagios, en Santa Clara agregaron algunas camas para internación temporal en los consultorios externos. Con el tiempo dejaron de ser necesarias, pero este mes retomaron los acondicionamientos para volver a sumarlas. "Tenemos que prever el peor escenario", agregó el director de la clínica. Con aproximadamente el 70% del personal vacunado y las guardias cubiertas, Kanashiro advirtió que el panorama a corto plazo es igualmente muy inestable. "Venimos conteniendo la situación, pero si llega a aparecer un caso positivo dentro del plantel profesional, vamos a estar en problemas", cerró.
Este es el caso de la Clínica Monte Grande, donde esta semana se reveló que la terapia intensiva está trabajando "al 120%", es decir que además de tener la UTI llena, debieron acondicionar otras salas de menor complejidad para atender pacientes graves. "Es como estar en una guerra", declaró Carlos Santoro, gerente de la clínica. Y contó que reciben permanentemente pedidos de derivación que les llegan de otros centros de salud con menor capacidad: "En cuanto hay un lugar libre, inmediatamente se vuelve a ocupar". ■