Ana Rozzi Pintó un cuadro de Villa Cañás y quiere que Mirtha lo tenga, pero que se lo compre
Es de Lomas . En 1973 fue invitada a los almuerzos. Ahora espera que su obra le llegue a la diva de la TV.
Ana Rozzi es de Lomas de Zamora y quiere cumplir el sueño de llevar una obra de arte suya a la pantalla televisiva. Y tiene una idea de cuál de sus cuadros podría llegar a un estudio de TV. Se trata de un paisaje, una pintura que retrata la estación de ferrocarril de Villa Cañás -hoy inactiva-, el pueblo de la provincia de Santa Fe donde nació la gran diva de la televisión argentina, Mirtha Legrand.
Cuenta que su enamoramiento con el lugar se produjo en 2008. “Fui y recorrí junto con mi marido. Hicimos un especie de rally ferroviario. Y saqué muchas fotos. Es hermoso, un pueblo muy grande y con muchas rincones para retratar”, recuerda la artista, quien pinta desde su adolescencia, estudió en Bellas Artes y actualmente tiene su propio blogspot (www.pinturaferro.blogspot.com) donde comparte sus pinturas y otras obras de famosos artistas argentinos.
Aunque suele abordar múltiples temáticas y paisajes en sus pintura, en esta oportunidad decidió hacer hincapié en la inspiración visual que le generó Villa Cañás, a tal punto de retratar con sus pinceles “el abandono y desidia de las estaciones del interior” que recorrió en el tour que hizo junto a su marido hace ya más de diez años.
"El año pasado me encargaron ese cuadro -relata- y cuando lo terminé se me ocurrió que podía hacer otro para la señora Legrand, que está a muy poco de volver a la televisión".
Eso sí, la idea no es obsequiar livianamente el fruto de su esfuerzo. "Hoy en día nadie regala nada", dice y explica que su deseo es que la producción -o Mirtha- se lo compre.
El paisaje de Villa Cañás es todo un "hit" de Ana. En 2020 vendió uno y dudó en hacer uno más, que también vendió, a principios de este año. Ahora está a la espera del pedido del
“equipo de Mirtha” o más bien, la propia conductora, quien en el año 1973 la invitó a su programa como “transportista de vehículos urbanos”, señala la pintora que por ese entonces era una joven colectivera de una línea de Capital Federal.
La invitación fue debido a la novedad que significaba su trabajo, que al día de hoy es raro para una mujer y mueble que estuviera arriba de un esperanzas de ver esa estación de tren pintada con acrílicos sobre un bastidor de tela, en uno de los programas más vistos de la Argentina.
"Yo creo que efectivamente es posible, si alguien lee las notas donde menciono que estuve en su mesa, pueda que sí. Frente al llamado telefónico de la producción me sentiría muy feliz", concluye.