Clarín - Zonal Sur

Perdió su moto en un trágico naufragio, volvió a Lomas y le regalaron un vehículo

Emilio Mendoza recorría el continente con su RVM Tekken 250. En Panamá se hundió el barco que lo transporta­ba y su historia se volvió viral. Ahora la empresa decidió auspiciarl­o.

- Ramiro Fernández rfernandez@clarin.com

Tengo muchas ganas de volver a salir de viaje, lo antes posible. Lo que pasa que la moto es una parte muy importante, pero hay otras cosas, también”.

Ojalá que después de completar Sudamérica, pueda llevar ester proyecto a otro continente. Al menos esa era la idea antes de que me sucediera esto tan traumático”.

Emilio Mendoza había partido de Lomas a bordo de su moto RVM Tekken 250 con el objetivo de poder conocer y acercarse a las diferentes culturas de las comunidade­s nativas e indígenas de América Latina. En su recorrido, ya había pasado por Belice, Guatemala, El Salvador y Costa Rica, entre otros países, y ahora, le tocabá hacer el tándem Panamá- Colombia. Por lo que, para trasladars­e de un país a otro, tenía tres opciones.

En primer lugar, cruzar con la moto en un avión. En segundo lugar, enviar la moto en un contenedor a bordo de un barco, o bien, la tercera opción, y la elegida por él: pasar en las embarcacio­nes de carga que van recorriend­o todo el territorio costero cerca de las comunidade­s indígenas. Ahora bien, el problema surgió, cuando, debido a las inclemenci­as climáticas a bordo de la embarcació­n, fueron protagonis­tas de un naufragio de más de una hora en mar abierto, a una distancia de 1 kilómetro de la costa de Panamá, donde, como en una escena de una película de ficción, fueron rescatados por habitantes originario­s a bordo de una barcaza.

En lo que respecta a sus pertenenci­as, Emilio no pudo recuperar nada, aunque, para su sorpresa, una vez que regresó a la Argentina, el presidente de la empresa de la moto en la que el estaba viajando, decidió ponerse en contacto con el profesor de Lomas, citarlo a una reunión y regalarle personalme­nte otra moto completame­nte nueva, 0 km, similar a la que tenía antes. Ahora, Emilio Mendoza sueña con volver a retomar su viaje por Latinoamér­ica, e inclusive Europa, África y Medio Oriente.

"Tengo muchas ganas de volver a salir lo antes posible", declara Emilio Mendoza, en conversaci­ón con Clarín, y agrega: "Lo que pasa es que hay otras cosas también. Uno necesita recuperars­e económicam­ente después de todo lo que pasó. Más allá de la moto, digo, aunque sin dudas que es una parte muy importante e imprescind­ible".

Y a continuaci­ón, remarca: "También se trata de cubrir otros gastos, como por ejemplo los costos del resto de los productos que uno necesita para el camping, o accesorios, indumentar­ia y demás, que es muy, pero muy costoso"

En aquella oportunida­d, recuerda, en los dias previos a encontrars­e súbitament­e a la deriva a mar abierto durante más de una hora, Emilio Mendoza junto a la tripulació­n de seis integrante­s que lo acompañaba, tenían como objetivo llegar de un pais a otro en un tiempo estipulado de seis dias.

Y claro está, que no solamente el viaje no salió según lo planeado, sino que fue mucho peor: promediand­o las seis de la tarde, a una distancia de un kilómetro y medio de la costa, se produjo un cambió en la corriente del mar, que hasta ese momento se encontraba relativame­nte calmo, y el oleaje empezó a subir cada vez más y más.

A las horas, las olas habían pasado de tener dos a seis metros relativame­nte: "Nunca me había pasado de estar en una situación tan límite", recuerda el vecino de Lomas, y completa:

"A medida que pasaba el tiempo la cosa iba poniendose cada vez peor. En un momento cuando pasa la primera turbulenci­a, el responsabl­e de la embarcació­n le aclara al capitán que había una posibilida­d de entrar a una ensenada y quedarnos ahí. Y el capitán le pregunta ‘¿Pero vos conocés bien el camino?'.

Después de la improvisac­ión, y de la negligenci­a del capitán a cargo del timón, quien, entre otras cosas, desoyó la alerta emitida por el centro metereológ­ico costera, que recomendab­an fervientem­ente no viajar, llegó lo peor: hundimient­o y posterior naufragio durante una hora. "Estuvimos varios minutos agarrándon­os a un cajón que había quedado flotando, hasta que en un momento no pudimos más y lo tuvimos que soltar", recuerda.

A pesar de todo, y gracias a que el ayudante de tripulació­n de la embarcació­n había emitido una alerta vía WhatsApp diciendo que se estaban hundiendo, una barcaza pertenecie­nte a la comunidad de la comarca nativa de Guna Yala llegó al rescate, logrando de esta manera, salvarse.

Al tiempo, la sorpresa: una vez que Emilio pudo regresar a la Argentina y reencontra­rse con sus seres queridos, el dueño de la empresa de la moto en la que el había emprendido su viaje por todo Latinoamér­ica, al enterarse de la noticia, decide contactars­e y citarlo personalme­nte a su oficina para entregarle algo.

"Cuando estábamos reunidos, me dice que el junto a su equipo, habían evaluado mi situación, para ver cua

les eran mis planes. Hasta que me entregaron una moto completame­nte nueva", recuerda el profesor de historia de Lomas, y continua: "Es una moto nueva, 0 km. La verdad que tuve muchísima suerte". Su ilusión

"La idea principal está en poder hacer el viaje. Ahora como yo ya me reincorpor­é como docente ya no voy a poder salir ahora, pero en las vacaciones de invierno voy a poder recorrer, en primer lugar Santiago del Estero, de donde es oriunda mi familia, comenzar por ahí y después hacer Formosa y el Impenetrab­le, Chaco", detalla Emilio, acerca del recorrido, que, debido al naufragio, quedó trunco.

Luego retoma: "Y después, después de Sudamérica, ojalá que pueda llevar el proyecto a otro lado, a otro continente. Hay una realidad y es que los costos son grandes. Pero en un principio esa era la idea antes de que me sucediera esto que fue tan traumático", y completa:

Entendiend­o que hay muchas complicaci­ones.El centro de África, por ejemplo, está muy conflictiv­o. Es muy dificil para atravesar lo que es el centro, entonces las partes mas tranquilas son el sur y el norte. Y después para hacer el circuito Medio oriente- norte de áfrica y Europa, también tiene su compllejid­ad, porque bueno, medio oriente ya sabemos lo que es con su inestabili­dad".

Por último, expresa: "Así que todo eso está en el plano de los sueños, de los deseos, pero está, digamos, no se si muy lejos, pero si que es algo que hay que trabajarlo bastante. En sudamérica es simplement­e echarle combustibl­e a la moto y salir. Estoy ahí, con esas expectativ­as".

"También estoy esperando dia a dia un llamado de Panamá para que me digan que los indígenas pudieron rescatar mi moto y puedo ir a scar, aunque ya no sirva nada, sacar las cosas que tienen un valor sentimenta­l, y traérmelas, traerme los regalos que tenía, los juguetes que tenía de los chicos, algun reconocimi­ento y papeles que traía, que aunque lleguen destruidas, estaría bueno tenerlas".

 ?? ?? Fanático de la historia. Mendoza conoció países como Panamá y aprendió sus costumbres y orígenes.
Fanático de la historia. Mendoza conoció países como Panamá y aprendió sus costumbres y orígenes.
 ?? ?? El Salvador. Con su mensaje de unión latinoamer­icana en la espalda.
El Salvador. Con su mensaje de unión latinoamer­icana en la espalda.
 ?? ?? Mecánico. Emilio se las arregló para poner a punto su propia moto.
Mecánico. Emilio se las arregló para poner a punto su propia moto.
 ?? ?? Belice. Otra de las joyas del continente americano que lo enamoró.
Belice. Otra de las joyas del continente americano que lo enamoró.
 ?? ?? Caribe. En Costa Rica fue al casco histórico de cada ciudad.
Caribe. En Costa Rica fue al casco histórico de cada ciudad.

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