Tráfico de aves: había más cardenales amarillos en jaulas de los que están libres
Desmantelaron una red que tenía más de 600 animales exóticos en El Jagüel y Lanús. Son especies en extinción.
En agosto de 2021, un equipo de biólogos, investigadores, conservacionistas recorrieron 6.000 kilómetros para determinar cuántos cardenales amarillos pueden observarse en libertad. El resultado fue alarmando: sólo registraron 83 ejemplares de esta especie.
Por eso resulta aún más indignante que en los últimos allanamientos realizados por la Brigada de Control Ambiental en varias casas del sur del conurbano hayan encontrado 89 pájaros de esta especie. Enjaulados y listos para ser vendidos en un mercado ilegal en el que cotizan alrededor de $10.000 por ave, dependiendo el color de sus plumas y su voz al can. La Dirección de Fauna Silvestre del Ministerio de Ambiente lo incluye entre las siete especies más amenazadas de la Argentina.
No fueron los únicos animales encontrados en casas de El Jagüel y Lanús. También había lagartos overos, tortugas terrestres y más de 20 especies de aves entre cardenales de copete rojo, pepitero, corbatita, reina mora, piquito de oro, brasita de fuego, loro de frente roja, loro hablador, rey del bosque y sietevestidos. Casi todos son pájaros autóctonos de argentina, pero cuya población se ve seriamente amenazada por el tráfico de fauna y la pérdida de su hábitat natural a menos de los seres humanos.
Los ejemplares suelen ser capturados en aquellas zonas donde aún viven libres, a través de jaulas-trampa, transportados por miles de kilómetros en condiciones de hacinamiento y distribuidos comercialmente a través del tráfico ilegal. Se estima que un 40% muere en esos traslados.
En los allanamientos realizados en los últimos días llegaron a contabilizarse más de 600 animales que permanecían encerrados en fondos de casas y galpones. Dos de ellos estaban ubicados en una vivienda de El Jagüel, en el partido de Esteban Echeverría, y en Lanús. También hubo operativos en Merlo, Mariano Acosta, Isidro Casanova y CABA. La punta del ovillo llegó hasta Entre Ríos, Tucumán y Santiago del Estero, donde comienza el tráfico de estos animales a través de su captura. Algunos de ellos luego son reproducidos en cautiverio, pero la mayoría, por las condiciones de estrés en que viven, no tienen crías. Entonces, el proceso de capturarlos en los bosques y montes vuelve a comenzar.
Estos procedimientos, a partir de denuncias por el comercio de estas especies exóticas (muchas veces en ferias barriales pero también en veterinarias), estuvieron a cargo del De
partamento de Delitos Ambientales de la Policía Federal. La investigación se remonta a 2020, cuando en plena pandemia comenzaron a seguir la pista de una red de tráfico de animales que se extiende por varias regiones del país.
Para allanar las viviendas indicadas, intervino el Juzgado Federal y Correccional N°2 de Lomas de Zamora, encabezado por Ernesto Kreplak.
En Argentina, capturar y vender un pájaro autóctono es un delito federal penado por la Ley de Fauna, la número 22.421, que tiene un máximo de dos años de cárcel. Es un delito difícil de frenar por su alta demanda. Sin ir más lejos, en la misma ciudad de El Jagüel,
hace exactamente un año, se descubrió a una pareja que, con la fachada de llevar adelante un local de forrajería, vendía centenares de aves exóticas también en su casa de Ezeiza.
Luego del rescate de los ejemplares viene un complejo trabajo para poder liberarlas. A eso se dedica, entre otras acciones de preservación, la Alianza Cardenal Amarillo, un grupo especialmente dedicado a recuperar estas aves: "Tiene la misión de lograr la reinserción de los ejemplares de cardenal amarillo decomisados en sus hábitats naturales a través de un delicado proceso de identificación, rescate, recuperación, rehabilitación".