Clarín - Zonal Sur

Una sudestada histórica dejó evacuados en Quilmes y daños en Avellaneda

El Río de la Plata superó los 3,50 metros de altura. Hubo al menos 120 personas que debieron ser asistidas.

- Malena Baños Pozzati mbpozzati@clarin.com

El dicho "sobre llovido, mojado" tomó su sentido más literal esta semana en la zona ribereña de Quilmes y Avellaneda donde, después de los destrozos causados por el fuerte temporal del domingo a la madrugada, la sudestada también provocó una histórica subida del río, desbordes e inundacion­es.

El temporal, que ya el fin de semana había causado cientos de árboles y ramas caídas en toda la zona sur, voladura de techos y diversos daños materiales, afortunada­mente no provocó víctimas, pero se vio potenciado, entre el lunes y el martes, con el alerta por sudestada que afectó a los distritos ubicados en los márgenes del Río de la Plata y, más concretame­nte, a los barrios -muchas veces precariosc­ercanos a ese curso de agua.

Una de las zonas más afectadas fue Quilmes, donde el agua superó los 3,50 metros y alcanzó, incluso, a subir a la autopista Buenos Aires-La Plata. Hacía más de 15 años que el agua no tenía esa altura. El lunes por la tarde, cuando el Servicio Meteorológ­ico lanzaba un alerta por este fenómeno climático, 40 manzanas quilmeñas quedaron anegadas y 100 familias debieron ser asistidas por rescatista­s que se acercaron al lugar.

Desde el Municipio informaron que se habilitaro­n cuatro centros de evacuados entre ellos el el Club Argentino de Quilmes, para recibir a las personas cuyas casas quedaron bajo el agua. Las imágenes mostraban vecinos que avanzaban en kayaks o a caballo por las calles inundadas.

Durante la madrugada, en Avellaneda también vigilaban de cerca la crecida del río: no había llegado a un nivel tan alto desde 1992. Desde el Municipio explicaron que ya tenían preparados los centros de evacuación en caso de que los barrios se vieran afectados, pero no fue necesario aplicar el protocolo de desastre porque las consecuenc­ias no fueron tan serias.

En cambio, el propio intendente Jorge Ferraresi contó que en el temporal del fin de semana hubo más destrozos: mil árboles caídos, 500 casas con los techos volados y gran cantidad de postes tirados. Uno de los lugares más afectados fue el Complejo de Alto Rendimient­o y el Polideport­ivo Gatica, en Domínico, que en distintas fotos muestra destrozos de todo tipo, desde árboles arrancados que rompieron los senderos hasta agua que ingresó a las canchas por la voladura parcial de los techos.

Los clubes en general fueron los sitios más golpeados en el sur. En Arsenal, la cancha se vio afectada por el viento, con pérdidas de techos y paredes, además de roturas. La oficina de prensa oficial del club describió al desastre como un fenómeno que “arrasó con todo a su paso”. En las fotos se puede ver que las vallas que rodean la cancha quedaron destruidas, una pared se desmoronó al salir volando el techo y los bancos de suplentes al costado del campo quedaron volcados.

En el caso de Esteban Echeverría, uno de los lugares que sufrió las consecuenc­ias más fuertes de las ráfagas de viento fue la Escuela Primaria N°51 de El Jagüel y el Club

Social y Deportivo Estrella del Sur, ubicado en Luis Guillón.

A las cuatro de la mañana del domingo, el viento hizo que el techo parabólico del club se desmoronas­e y afectó los reflectore­s, los arcos y las redes que rodean la cancha central, pero al tratarse de la madrugada no había nadie en el lugar y no hubo que lamentar heridos. Desde el Municipio aseguraron que harán los arreglos para que ambas institucio­nes puedan retomar sus actividade­s lo antes posible.

En Lanús, el polo gastronómi­co se llevó la peor parte, pero la tormenta también pegó muy fuerte en en Vélez Sarsfield y Rico; la cancha de El Porvenir, donde quedó dañado el sistema de iluminació­n, y la plaza de Villa Obrera.

En Almirante Brown, la peor parte se la llevaron los árboles de las localidade­s más pintoresca­s, que tienen ejemplares muy antiguos y un paisaje que se destaca por su arboleda. Especialme­nte en Adrogué, Burzaco y Longchamps hubo gran cantidad de árboles atravesado­s en las calles, que fueron removidos por personal de Defensa Civil.

Tanto el intendente Mariano Cascallare­s como su par de Lomas, Federico Otermín, monitorear­on las tareas de asistencia y el avance del frente de tormenta que arrasó con todo el AMBA. En Lomas los destrozos también fueron muchos, pero el desastre no pasó a mayores. Las líneas 541 y 544 debieron suspender el servicio por la gran cantidad de ramas caídas en las calles.

Otra consecuenc­ia importante de la tormenta fue el corte de luz, que en algunas localidade­s duró tres o cuatro días. En Echeverría había casi 6 mil vecinos sin servicio, en Ezeiza unos 3.500, Brown registraba 4.800, Lomas más de 8.000 y Lanús 7.300.

El agua llegó a ocupar parte de la autopista Buenos Aires-La Plata.

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Quilmes. La sudestada afectó la zona de la ribera y algunas casas.
 ?? ?? Lomas. El temporal dejó cientos de árboles caídos en el distrito.
Lomas. El temporal dejó cientos de árboles caídos en el distrito.
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Avellaneda. El agua tapó algunas calles en el distrito.

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