Wilde: en 10 días robaron 11 medidores de agua y gas
Las metaleras compran el kilo de cobre a $ 7.500 y el de bronce a $ 3.800. Los vecinos después tienen que gastar casi $ 12.000 para la reconexión de agua.
En épocas de crisis económica recrudecen algunos delitos que son menos comunes en otros momentos. El robo de elementos de metal es uno de ellos. De este modo, picaportes, porteros eléctricos y algunos adornos de bronce se transforman en el blanco de delincuentes. Hay que tener en cuenta que el kilo de cobre se puede vender a 7.500 pesos y el de bronce a 3.800. El aluminio es más barato: sale 600 pesos el kilo.
Al buscar estos metales es que los delincuentes se concentran en presas que están a la vista de todo el mundo o bien detrás de puertas o tapas de muy fácil acceso: los medidores de gas y las conexiones de agua.
Eso fue lo que hicieron algunos delincuentes en una manzana del barrio Gráfico de Wilde: hurtaron los caños de cobre de los medidores de gas y los de bronce del agua de 11 viviendas.
Claudio es el yerno de Margarita de Candia y cuenta que a su suegra le llevaron los caños de ambos artefactos. Los robos ocurren en la madrugada y, según relata Claudio, hay cámaras de vecinos, pero hasta el momento no han podido ubicar a los ladrones. En la cuadra hay una alarma vecinal que no fue efectiva para los hurtos de metales.
El problema adicional es que la casa que es víctima del delito se queda sin agua, sin gas o sin ambos servicios al mismo tiempo. “En la manzana incluida entre Las Flores, Oroño, Lartigau y Guaminí hemos contado ya el robo de caños en seis medidores de agua y cinco medidores de gas”, enumera Claudio.
Entre las complicaciones adicionales al hurto está el de realizar una denuncia policial y también hacerla ante la empresa que presta el servicio. En el caso del agua es AySA y los vecinos cuentan que si bien responden rápido para reponer lo robado, hacen un arreglo provisorio y lo que esté roto desde el medidor hacia el domicilio le corresponde arreglarlo al propietario. Entonces sucede que “aunque se trate de una mujer de casi 90 años, como es mi suegra, AySa no quiso conectarle el caño para que tenga agua y tuvimos que llamar a un plomero. Nos salió 12.000 pesos esa conexión”, detalla Claudio.
Otros vecinos aseguran que a unas cuadras del barrio hay una casa de compraventa de metales, pero no pueden afirmar que lo robado en el barrio se venda allí.
Además del mal momento del robo y del costo de reponer los elementos algunos vecinos se enfrentan a la disyuntiva de cómo prote
ger los medidores. En el caso del gas, la solución encontrada es rústica, robusta y cara. Se trata de una puerta de hierro distinta a la que coloca la empresa de gas. Se hacen a medida y lleva un candado como medida de seguridad extra. Por estas puertas, que tiene una medida de 48 por 64 centímetros, algunos herreros pasan presupuestos de hasta 65.000 pesos. Para muchos resulta impagable.
Desde la Comuna aseguran que están al tanto de los robos y que “se hicieron muchas detenciones gracias al aporte de las cámaras municipales de monitoreo. Es un tema que viene de hace meses”, explican. Y afirman que tienen, sólo en los últimos meses, más de una decena de reportes policiales sobre estos hurtos y que la mayoría son de la zona de Wilde y Sarandí.
Uno de esos informes da cuenta de la detención de una persona en Bragado y Pirán que “al momento de la identificación se le incauta una bolsa de nylon la cual contenía en su interior un alicate, un cuchillo tipo tramontina y cañería de cobre”. Esto ocurrió a unas 11 cuadras de los hechos denunciados en el barrio Gráfico.