La Vanguardia (Català)

DE LA CLOTAL BARRIO

- Pilar Maurell

Hay muchos coworkings en Barcelona, pero casi ninguno como la Clota Cotreball, en el distrito de Horta-Guinardó. Aquí el alquiler no se paga con dinero, sino con horas dedicadas a la comunidad. Abrieron el pasado mes de mayo, tienen ya unos cincuenta profesiona­les compartien­do espacio y todavía les queda hueco para otros treinta. La Clota es una instalació­n municipal impulsada por el distrito y Barcelona Activa, ubicada en el barrio del mismo nombre. Son más de 360 m2, donde además de oficinas hay un taller de manufactur­a, otro de imagen y diseño y un espacio de cocina para proyectos relacionad­os con la gastronomí­a y la nutrición. La iniciativa responde a la estrategia de los Planes de desarrollo económico del Ayuntamien­to de Barcelona que realiza Barcelona Activa con los distritos. Una nueva herramient­a creada para seis distritos de la ciudad en situación de vulnerabil­idad que define los objetivos económicos para el futuro inmediato. Mar Vallecillo­s es la responsabl­e de Proximitat de Barcelona Activa y valora “muy positivame­nte la experienci­a” de La Clota. “Es un proyecto muy innovador y que tiene cierta complejida­d”, añade, “tenemos unas 50 personas, con 35 proyectos, y hay capacidad para crecer”. Existe una iniciativa similar en Baró de Viver, el coworking Sinèrgics, “pero en La Clota hemos querido dar un paso más en lo que es el retorno social, para que sea replicable el día de mañana en otros espacios de la ciudad”, explica Vallecillo­s. Y para eso, desde Barcelona Activa y el distrito de Horta-Guinardó se ha trabajado mucho en poner en valor el espacio y en fijar cómo los coworkers pagan el alquiler, porque “nos interesaba empezar a prototipar y sistematiz­ar este tipo de retorno social, la contrapres­tación en horas, unas cuatro al mes de media, fijar los criterios y dignificar­lo”, según Vallecillo­s.

Ámbitos prioritari­os

En La Clota hay proyectos de todo tipo, desde coaching y terapia Gestalt, a otros de experiment­ación y creativida­d en artes plásticas, de diseño de webs o de reciclaje de juguetes. Los profesiona­les que acceden a un espacio en este coworking pueden estar allí un año, con una renovación de hasta un máximo de tres años. “La condición es que los promotores de la iniciativa residan en Barcelona y que el proyecto tenga que ver con uno de los ámbitos prioritari­os del plan de desarrollo económico que el distrito quiere promover”, apunta Vallecillo­s. Estos son el sector sociosanit­ario y economía de cuidados y atención a las personas, deportes y ocio, el sector agroalimen­tario y de sostenibil­idad ambiental, comercio de proximidad, economía social y solidaria, arte y cultura, y el clúster sociotecno­lógico. La iniciativa está en la línea de otras intervenci­ones “que quieren hacer aflorar espacios municipale­s, que no podemos permitirno­s tener cerrados, para ponerlos a disposició­n de la economía. Ahora es poco lo que podemos hacer ante la problemáti­ca enorme de los precios en la ciudad tanto de viviendas como de locales, pero se visibiliza un modelo. Se pueden poner en el mercado a precio cero propiedade­s de todos y todas porque son públicos”, concluye Vallecillo­s.

Los ‘coworkers’ pagan el alquiler de los espacios realizando proyectos que repercuten en los habitantes del distrito

 ??  ?? El espacio de ‘coworking’ de La Clota está en los bajos de este edificio de la avenida del Estatut
El espacio de ‘coworking’ de La Clota está en los bajos de este edificio de la avenida del Estatut

Newspapers in Catalan

Newspapers from Spain