BIENVENIDOS
Leitartikel
Queridos lectores:
Primero estaba el mar. En sus aguas se fue formando la vida. Diminuta, transparente, aparentemente insignificante. La mar, como la llaman los poetas y quienes viven y trabajan en sus aguas, es el vientre materno de todos los seres vivos. Tal vez por eso nos llenamos de una inmensa alegría y nos sentimos protegidos, abrigados, cuando la vemos y perdemos la vista en el horizonte.
Puedo estar horas mirando el mar. No necesito nada más para sentirme libre. La vista del horizonte infinito llena de paz mi espíritu y le regala alas a mis sueños. Su sabor salado en la boca, el arrullo de sus olas y la calidez de sus aguas me devuelven siempre a la niñez, y me recuerdan también que somos un granito de arena en su inmensidad.
El mar es todo lo que somos y lo que pensamos; en él se dan los intercambios de cultura, bienes o personas; a través de él nos comunicamos con los otros y por él los otros llegan a nuestra orilla. Su superficie azul cobalto, azul marino, verde aguamarina, resplandece y nos muestra su belleza sobrecogedora, pero también sus insondables peligros. Creo que ese enorme despliegue del poder de la naturaleza que vemos cuando estamos frente al mar nos ayuda a ser mejores seres humanos.
Este mes ECOS dedica sus páginas al mar Mediterráneo, fuente de amor y desamor entre los pueblos que lo habitan, generador de prosperidad y muerte, forjador de Europa y motivo también de discordia. Mercedes Abad, escritora; Chema Monreal, técnico de salvamento; Gustavo Santos, pescador; José María Domínguez, historiador; y Joan Manuel Serrat, cantautor, nos hablan de sus experiencias en el mar. Cinco historias sobre el Mediterráneo. Cinco miradas íntimas a un mar que lo ha visto todo, que lo ha sufrido todo, que lo ha marcado todo. Un mar que es más que sus aguas o sus orillas, un mar que lleva en sí mismo ansias de la libertad.