Ortografía y ortología de las palabras
Von der Rechtschreibung und “der Kunst der richtigen Aussprache”.
CContinuando el tema del mes pasado sobre el modo de construir –y en consecuencia expresar– ciertas formulaciones en parte aceptadas o en parte rechazadas por la RAE, un ejemplo clásico es el ya conocido verbo acostumbrar, que en el sentido de ‘soler’, como éste no lleva preposición: Después de cenar acostumbra dar una vuelta. Actualmente, incluso entre escritores reconocidos se ha extendido el uso de añadir la innecesaria preposición a, académicamente tolerada: En España se acostumbra a cenar caliente. Naturalmente, como transitivo o reflexivo, acostumbrar(se) siempre se ha construido con la preposición a: Acostumbró al niño a acostarse temprano, y él se ha acostumbrado a madrugar.
POR – A POR
Un caso que ya toca la ortología, es decir, la manera de hablar lo escrito, es, por ejemplo, la confusión entre por y a por.
Yo siempre he usado la doble preposición a por, ignoro si debido a mi origen leonés o a mi larga estancia en Valladolid. Según la Gramática de la RAE: “El uso de la secuencia de preposiciones a por tras verbos que indican movimiento, como ir, venir, volver, salir, etc., con el sentido de ‘en busca de’, es hoy normal en el español de España, donde es corriente decir Ve a por agua, Salgo a por el pan, Volvió a por el paraguas. En el español de América, en cambio, este uso se percibe como anómalo y sigue siendo general allí el empleo exclusivo, en estos casos, de la preposición por: Ve por agua, Salgo por el pan, Volvió por el paraguas”.
En España es frecuentemente usada por “autoridades” indiscutibles, como Galdós, Baroja, Unamuno, Azorín, Delibes, etc., y contemporáneos como Javier Marías, Rosa Montero, Javier Cercas y tantos otros. Sin lugar a dudas, en muchos casos se puede ver la clara diferencia de por y a por: no es lo mismo fui por ella (‘en su lugar o representación’), que fui a por ella (‘a buscarla o recogerla’); otro ejemplo: Entonces, ¿venís vosotros a por mí, o tomo un taxi? – Quédate, en una hora pasamos a por ti. De todas formas, hay que tener en cuenta que se trata sobre todo del lenguaje escrito; en el habla popular, el empleo de por y a por no está muy bien diferenciado, para muchos hablantes las dos formas son equivalentes.
Azúcar ¿e o y? hielo picado
Así como la ortografía enseña a escribir correctamente, la menos conocida ortología es, en definición de Julio Casares, el arte de pronunciar bien; las reglas generales de ambas suelen aparecer al comienzo de la Gramática, y a estas alturas se dan por conocidas. Pero un par de casos últimamente leídos aconsejan volver sobre el tema.
El primero se refiere a casos en los que la conjunción y pasa a e delante de palabras que empiezan por hi- o por i-, en los que generalmente no hay dificultad, como hijos e hijas; arriar e izar la bandera. Pero las complicaciones se presentan en casos del diptongo hie-, en el que la h es una semiconsonante: Azúcar y hielo; Una escultura de piedra y hierro, etc.
Y por fin, otra cuestión realmente elemental. En un conocido periódico, y además en artículo algo oficial, aparece hasta tres veces (o sea, no el clásico “error de imprenta”) el verbo honrrar... Como se sabe, la r puede ser simple o doble, y de ahí la diferencia entre caro y carro; pero este sonido fuerte lo tiene la r cuando va al comienzo de palabra, como Roma, y después de consonante, como honrar, etc.