Los milagros de las calaveras
Totenköpfe lassen Wünsche wahr werden
No hay problema que estas calaveras no resuelvan. Si su pareja no lo quiere lo suficiente, enciéndales una velita. Si no anda muy bien de la salud, lléveles unas flores. Si tiene problemas legales, póngales unos dulcecitos. Y si quiere conseguir un puesto de trabajo, sírvales un vasito de cerveza. Así de fácil. Sólo que tiene que viajar hasta La Paz. Allí se encuentra, en un suburbio de las faldas de los Andes, la Casa de los Pobres, con sus 73 calaveras milagrosas. Elisabeth Portugal es la encargada del templo. Las ‘ñañitas’ (llamadas así porque no tienen nariz) llegaron a sus manos con el nombre, sexo y edad que tuvieron en vida. Esto es importante, ya que si Eufrasia fue, por ejemplo, una niña que murió bebé, su calavera ayudará al necesitado a que tenga una bebé. Al templo acuden todo tipo de personas: campesinos, amas de casa, policías, políticos y militares. Las ñañitas solo salen del templo cada 8 de noviembre, en que viajan a los cementerios para celebrar el Día de las Ñañitas.
la calavera
Totenkopf
la falda
(hier) Abhang
ser el/la encargado/a de
sich kümmern um
el/la necesitado/a
Bedürftige/r; (hier) Wünschende/r
acudir a
hingehen zu