Frailes Paz en la Sierra Sur de Jaén
Frailes es un pueblo español tradicional de casas blancas, rodeado de monte mediterráneo. En la época del dominio árabe era conocido como Alfralyas. Dependió jurídicamente de Alcalá la Real hasta 1835. Durante la Guerra civil española, sus vecinos tuvieron que hacer frente a las acometidas de Franco. Tras la muerte del dictador, eligieron a una mujer como alcaldesa, la única, por aquel entonces, en toda la provincia. Los fraileros siempre han enamorado a los forasteros con buenas historias, como la del Cinema España, que, en 2001, tras haber permanecido varios años cerrado, invitó a Sara Montiel, una actriz veterana que logró triunfar en Hollywood, para reabrir sus puertas. Los barrios y lugares en los que se cuentan este tipo de relatos, perfectos para el anecdotario, son casi un resumen del espíritu de sus gentes, y a menudo tienen nombres que son un homenaje a la naturaleza que les rodea, como Los Picachos, Hondillo o Las Eras del Mecedero.
Una bloguera, tras su visita al pueblo hace un par de años, escribía: “En Frailes reside la magia de no ser molestado”. Y es cierto: se trata de un paraje
alegre donde los citadinos se olvidan rápidamente de los problemas; donde lo que apetece es tomar un vino y comenzar un libro; donde, cuando hace calor, muchos se escapan para echar una buena siesta. Mientras dormitan, el sonido del agua es un eco apacible que los arrulla, que los acompaña desde la parte alta del pueblo hasta la baja. En los años 50, se canalizó el principal chorro de agua –el del Nacimiento– y las fuentes colonizaron Frailes en muy poco tiempo. Desde entonces, han servido para lavar la ropa y saciar la sed de los trabajadores al finalizar el día. Desde entonces, la vida fluye gracias a ellas.
No es para menos. Desde hace años, el agua no ha hecho más que traer buenas noticias. En el siglo XIX fue muy famoso un balneario ya desaparecido que, según cuentan, calmaba a los hipocondríacos y aliviaba los padecimientos de los que tenían enfermedades de la piel, de los que estaban mal de los nervios y hasta de los anémicos. Y hoy hay un proyecto que ya cuenta con financiamiento para poner en marcha un balneario moderno: con piscinas para hacer tratamientos, restaurantes y habitaciones para huéspedes; además de una residencia para personas mayores. “El agua de Frailes es paisaje y hace al paisanaje”, se lee en un mosaico hecho con azulejos en una calle del pueblo, y se dice que el agua es lo primero que uno extraña cuando se marcha y que muchos terminan volviendo al pueblo para sentir de nuevo su influjo.