Qué son los “tacos”
El español, gracias a su gran extensión geográfica, a la numerosa población hispanohablante, y al enorme abanico de culturas y tradiciones que conforman el mundo hispanoamericano, es un idioma que goza de una gran riqueza léxica en sus registros formal e informal. En nuestra lengua coloquial, en la conversación cotidiana, una parte de ese capital léxico está integrado por un repertorio de palabras o expresiones denominadas en España “tacos”.
El vocablo “taco” tiene muchas y variadas acepciones: palabrota, palabra o expresión malsonante, insulto, injuria, blasfemia, juramento, voto, maldición, picardía, palabro, etc. Sin embargo, no siempre estos términos son literalmente equivalentes o sinónimos. Hay tacos que pueden ser insultos y tacos que no. Lo mismo se podría afirmar de las palabras “blasfemia”, “voto” o “juramento”. Por lo general, los tacos, dependiendo siempre del contexto, asumen un significado o el contrario del mismo. Así, un mismo término se intercala en la conversación unas veces con connotaciones positivas, otras con connotaciones negativas.
Es necesario señalar que el uso de tacos o palabrotas varía de país a país e incluso de región a región. Por ejemplo, dentro de las variedades del español peninsular, se suele decir que son los andaluces los más proclives a utilizar gran cantidad de tacos en sus conversaciones cotidianas.
Además, es importante tener en cuenta que estas palabras pueden tener significados diferentes según el país o el área lingüística, que muchas de ellas son también de uso exclusivo de un país o de una región, incluso de un determinado grupo social. Es cierto que todos hablamos la misma lengua, pero no siempre usamos el mismo vocabulario, de ahí que tengamos que tener cuidado con lo que decimos, porque lo que para unos es normal para otros puede ser una grosería.
Vamos a ilustrar lo dicho con algunos ejemplos:
Cuando en España hablamos de una “concha”, nos estamos refiriendo al caparazón que envuelve el cuerpo de los moluscos; en cambio, en algunos países latinoamericanos con este término se designa al órgano genital femenino; pero este, a su vez, tiene otras denominaciones: por ejemplo, en Cuba, a la vagina se la denomina “papaya”, y la fruta que identificamos con ese nombre, se la conoce como “fruta bomba”.
Y por mucha extrañeza que pueda causar a un hablante no español, en España hay muchas mujeres que se llaman Concha, que es el diminutivo del nombre Concepción.
Otro ejemplo es el verbo “coger”: para un español es una palabra de uso corriente sin ningún tipo de connotaciones negativas, que tiene, entre otras, las acepciones de “tomar” o “agarrar”, mientras que para un argentino significa “tener relaciones sexuales“.