Leitartikel
Queridos lectores:
Desde que llegué a Alemania, hace ya 30 años, he vivido siempre en Múnich, en el mismo barrio, con su atmósfera muy urbana, frente al mismo río, frío y cristalino. Me siento tan cómoda en esta ciudad que ya hasta tengo un dirndl y he hecho tantos buenos amigos que se ha convertido en mi segunda patria.
Pero a veces, cuando menos lo espero, me asalta la nostalgia del mar Caribe, de las murallas de mi ciudad natal, Cartagena de Indias, y se apodera de mí un arrebato por beber un delicioso café colombiano, por bailar salsa o por tomar un buen ron Zacapa o El Dictador, mis favoritos. Entonces, llamo a un par de amigas y me voy a recorrer las calles de Múnich buscando los rincones latinos o españoles de esta bella ciudad. Comienzo por las actividades culturales del Instituto Cervantes, después voy a la Alte Pinakothek, a ver los cuadros de Murillo y también la escultura de Chillida enfrente de la Pinakothek der Moderne y termino siempre en los bares.
En el verano, el pabellón del Hofgarten se llena de amantes de la salsa o el tango, y en el río Isar los colombianos celebran el 20 de julio –día de la declaración de Independencia– con un asado comunitario. En primavera y otoño se celebra la Fiesta Española y comienzan las fiestas organizadas por Beto, el pinchadiscos más conocido de la ciudad.
No sé si podré este año saciar mis ganas de bailar en un club por las restricciones a causa del coronavirus, pero las ganas de comerme un buen ceviche, esas sí las puedo saciar en los excelentes restaurantes peruanos El Pez y Nazca, o degustar unas ricas empanadas en el bar restaurante Buena Vista, en pleno centro de la ciudad. Y si voy con mis amigas de tapas, me encanta ir al Centro Español, El Perro y el Griego o a la Tasca Nueva.
Por eso, me gustaría que miraras a tu alrededor y buscaras el mundo hispano dentro de tu pueblo o de tu ciudad. Verás cuán cerca estás de España o de Latinoamérica sin salir de tu país.