La caja sorpresa

Roberto kommt von der Arbeit nach Hause und findet vor der Wohnungstür eine Kiste. Was haben Marta oder Pepín wieder bestellt?

AVANZADO

Roberto vuelve a casa del trabajo y se encuentra una caja en el felpudo de la puerta. Como piensa que se trata de algún paquete para Pepín o Marta, lo recoge y lo deja en la mesa del recibidor. Roberto: Martaaa..., ya estoy en casa. ¡Holaaa! Aquí brillan todos por su ausencia... ¡Qué raro!, no me habían dicho que iban a salir. ¡Uf!, ¡qué hambre tengo! Ahora mismo me voy a preparar un bocata de chorizaco... De repente, Roberto se encuentra por el pasillo a Marta, que lleva la caja misteriosa.

Marta: ¡Hola, cariño! No sabía que habías llegado ya a casa... Últimamente andas muy silencioso, ¿no será que me estás espiando? Estate tranquilo, que aún no me he bajado en mi móvil ninguna aplicación de citas y encuentros. Aún no...

Roberto: ¿Yo? ¿Espiar? Pero si he pegado un grito al entrar y nadie me ha contestado... Por cierto, Martita, ese AÚN me suena a amenaza subliminal... O sea, que tienes en mente bajarte una aplicación de “ligoteo salvaje”. Avísame para que yo también pruebe... A lo mejor, nos encontramos y se produce un match entre nosotros...

Marta: Roberto, ¡lo dudo! No me bajaría una aplicación para ligar con mi propio marido... Aunque podría caer en tu señuelo, si pones una foto de perfil falsa. Por cierto, ¿qué hay en esta caja con agujeros?

Roberto: Tú sabrás, que eres la que compra continuamente cosas por internet. ¿O es para nuestro hijo, “el desaparecido”?

Marta: Yo no he pedido nada, Roberto. Quizás lo

, haya pedido nuestro retoño, que pasa más tiempo con sus colegas que con nosotros. Es lo que tiene ser

, hijo único en tiempos de pandemia..., que te aburres como una ostra en casa con “los viejos”, como dice

, Pepín... (risas). ¡Oye!, que esto se mueve. Me está entrando mieditis... Toma, ábrelo tú, Roberto.

Roberto: ¡Qué cosas tienes! ¿Cómo se va a mover? , Déjalo encima de la mesa mientras me hago el bocata. Luego lo abro. ¡Umm!, esto huele que alimenta... , Roberto está cortando el chorizo en lonchas... De

, repente, la caja se vuelca y acaba estrellada en el suelo. Se oyen gemidos.

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Marta: ¡Uy!, ¡aquí hay algo vivo y coleando! La curiosidad me puede, voy a abrirlo... ¡Ohhh! ¡Mira,

, Roberto!, un perro cachorrito. Pobrete, se está relamiendo. Me parece que el olor a chorizo le ha

, abierto el apetito y, por eso, quería abrir la caja.

Roberto: ¿Un perro? Pero a quién se le ocurre pedir

, una mascota por correo. Y ahora, ¿qué hacemos?, ¿qué come un perro recién nacido?, ¿le doy un poco , de chorizo?

Marta: ¡Por Dios, Roberto...! Ni se te ocurra, que te lo , cargas. Hay que darle leche..., pero no leche de vaca. Lo sé porque mi hermana, amante de los perros, me , contó que son intolerantes a la lactosa, como yo. ¡Ajá!, entonces…, ¿podrá tomar leche de almendras?

, Seguro que no le hará ningún daño.

Roberto: No para de gimotear y mirarme cuando voy a dar un bocado a mi bocata de chorizo... ¡Uf!,

, se me han quitado las ganas de comer. Dale ya la leche de almendras para que se tranquilice. Luego , bajo al supermercado 24 horas, seguro que también hay comida para perros de todos los tamaños

, y edades. Mientras Marta le da al cachorro leche con una cucharita, llaman a la puerta. Roberto abre...

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Roberto: ¡Hola, Clara...! ¡Ahh!, claro, sí, sí..., aquí está. Pues ya se ha resuelto el misterio. Es que estaba en el felpudo de nuestra puerta... Seguro que el repartidor , se ha confundido de puerta. Martaaa..., trae al perrete, que es de Clara, la vecina. ,

Marta: ¡Hola, Clara! Le estaba dando la cena. ¡Es una

, monada...! Cuando quieras, te hacemos de canguro, ¿verdad, Roberto? ¡Adiós, cachorrito!

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Roberto: ¡Uf! ¡Qué alivio...! Ya se me ha abierto otra vez el apetito. Pero... ¿dónde está mi bocata de

, chorizo? Grrrr...

Marta: ¡Me lo he comido yo mientras daba al perrete

, la leche! Como has dicho que se te habían pasado las ganas de comer... ¡Hmm!, ¡estaba buenísimo, cari!

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