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España ha activado medidas de ahorro energético ante la crisis: los escaparates se apagan a las diez, las puertas de los comercios se cierran, la calefacción está a 19 grados, y veremos qué pasa con las luces navideñas. Hay ayudas para el transporte de mercancías y trenes gratuitos para trabajadores y estudiantes. Mientras, se facilita la instalación de renovables y de focos LED.

¿Cuánto nos afecta Rusia?

Aunque España vive un invierno difícil, la situación no es la misma que en el resto de Europa: EE. UU. es el primer suministrador de gas de España, seguido de Argelia (vía gaseoducto). El gas ruso que recibe España llega en barco y supone un 10 % del consumo total en el país.

¿Cuál es la situación energética española?

España tiene una gran red de gaseoductos y bastante energía, pues apostó por las renovables (fuente del 46,6 % del consumo en 2021), un esfuerzo económico también pagado por el consumidor. En septiembre se aprobó la llamada “excepción ibérica” que fija un tope máximo para el precio del gas, 40 euros por MWh, para que la población –no la industria– no dependa de los precios que fija el mercado. Se mantendrá hasta el 31 de mayo.

¿Qué piensa la EU?

Es el momento de la solidaridad: Bruselas ha pedido a España un ahorro de gas de un 15 %, España está dispuesta a ahorrar un 7 %. La propuesta de Alemania a España para solucionar la emergencia es la construcción de un gaseoducto (Midcat) a través de Francia. España podría tenerlo listo en nueve meses, pero Francia lo rechaza. España mira al futuro: la idea es crear un flujo energético sur-norte. Ya existe un plan (RepowerEU) que incluye conexiones con Francia, Portugal e Italia para transportar gas e hidrógeno. La pregunta es ¿quién lo pagará?