ROPA PARA CONTENIDO
INFORME
La ropa digital es una tendencia familiar desde hace mucho tiempo para los gamers, y algunos han gastado mucho dinero en equipar avatares con extravagantes “pieles”. Marcas de lujo como Louis Vuitton (League of Legends) y Marc Jacobs (Animal Crossing) ya se han subido al carro de la piel, mientras que otras (por ejemplo, Gucci y Burberry) han creado sus propios juegos o han ofrecido prendas en Drest, una plataforma digital de estilo. Hasta ahora, estas actividades digitales se han centrado en vender looks físicos. Pero todo eso podría cambiar.
En 2019, el primer vestido de alta costura virtual – diseñado por los pioneros holandeses de la moda digital, The Fabricant – se vendió en una subasta por unos 9.500 dólares. La empresa, fundada por Kerry Murphy y la diseñadora de moda Amber Jae Slooten, tiene como objetivo “mostrar al mundo que la ropa no necesita ser física para existir”. Sus habilidades tienen una gran demanda: marcas y minoristas como Tommy Hilfiger, Puma e I.T. están trabajando junto con The Fabricant para investigar las posibilidades de la moda digital. Su proyecto actual – un sneaker “candente” de Buffalo London, se puede comprar en la plataforma Dressx, la primera tienda online internacional de moda exclusivamente digital. Al vender “ropa por contenido”, las fundadoras de Dressx, Natalia Modenova y Daria Shapovalova, creen firmemente que “la cantidad de ropa producida hoy es mucho mayor de lo que la humanidad necesita”.
De hecho, desde el punto de vista de la sostenibilidad, si se compara la moda digital con la mentalidad de “comprar-instagram-devolver”, las miradas virtuales ofrecen numerosas ventajas sostenibles, evitando el exceso de producción, el desperdicio y la explotación de los trabajadores. Pero, ¿qué hay para el consumidor?
Tomemos como ejemplo la marca británica Auroboros, la primera marca en vender moda exclusivamente digital en Drest. Aquí, la compañía impone “cyber-costura celestial” en los selfies enviados por el usuario, lo que lo convierte en el “alimento” perfecto para Instagram por el que su audiencia pagará más de 550 EUR. Aunque en comparación con la vida real, el momento cuesta solo una fracción del precio.
Desde el punto de vista del diseño, lo digital tiene un potencial ilimitado; la imaginación digital puede trascender las leyes de las prendas físicas, creando looks de otro mundo que pueden incluir todos los cuerpos humanos.
Para los minoristas, marcas como Hot:second son pioneras en cómo la moda digital puede funcionar en espacios físicos; en 2019, abrieron su primera tienda emergente física para la moda digital, mediante la cual “espejos mágicos” permitían a los clientes probarse la ropa virtualmente. La iniciativa tuvo un gran éxito: “Estaban mucho más entusiasmados de lo que esperaba”, dijo la organizadora Karinna Hobbs. Después de todo, hay mucho escepticismo sobre cómo convertir la moda digital en ingresos minoristas. Sin embargo, como se evidencia, la tecnología se está desarrollando rápidamente; ¿Quizás pronto, podremos pedir atuendos para las llamadas de Zoom o probarnos un vestido a través de una videollamada con un asistente de tienda?
En una época en la que el ámbito digital es prácticamente uno de los únicos lugares en los que podemos estar junto con otros, el diseño digital es una tendencia que vale la pena vigilar en todos los ámbitos.