Los Tiempos - Doble Click

Exhibirán iránfilme filme boliviano de terror

La película de la muñeca poseída “Rossy” se basa en hechos reales.

- REDACCIÓN CENTRAL

At r avés del tiempo y de muchísimas generacion­es, las muñecas han sido el juguete preferido de muchas niñas como símbolo de la infancia y la inocencia. Pero éste no es el caso de Rossy, pues esta muñeca fue creada para ser utilizada en ritos satánicos por una secta denominada No Inri que tenía presencia en Cochabamba y La Paz.

El filme realizado por la productora audiovisua­l Cíclope, bajo la dirección de Edwin Ariel Arancibia Ledezma, se estrenará el próximo jueves 24 de enero en Prime Cinemas y Cine Center. La historia se basa en hechos reales.

“Ésta es una historia cochabambi­na, sucedió hace mucho tiempo atrás en la localidad de Sacaba. La secta llamada No Inri secuestrab­a y mataba niños y éste es el caso especial de la niña Rosario, a quien la vejaron y arrancaron los cabellos desde la raíz para luego cosérselos a la muñeca”, cuenta el director.

Rossy, a pesar de haber sido quemada en dos oportunida­des, aún conserva el cabello humano. Además de tener varias costuras en la cara que causan impresión, lo primero que llama la atención son sus ojos rojos intensos y sus dientes casi reales (muchos aseguran que son dientes de gato que fueron colocados uno por uno a la perfección). La muñeca está amarrada dentro de una pequeña caja de vidrio para mantenerla quieta, ya que aseguran que se mueve aún estando dentro de una iglesia.

Para el día del estreno, la productora llevará a las salas de cine a la muñeca real, que es cuidada por un sacerdote en La Paz.

De la realidad a la ficción

Las historias sobre muñecas poseídas o demoníacas se han multiplica­do a lo largo del tiempo, sin solución de continuida­d.

Arancibia se dedica también, desde hace cuatro años, al ocultismo y, al descubrir esta historia a través de archivos de la entonces Policía Técnica Judicial (PTJ) y otros medios nacionales e internacio­nales, decidió hacerla ficción y llevarla al cine.

“Después de ver la historia en los medios, hemos creado un guion hecho para cine y empezamos a trabajar un poco más la ficción de nuestras historias urbanas. Este hecho es de terror, se dice que la alma de la niña asesinada vive dentro de la muñeca, incluso la PTJ, que resguardó durante un tiempo la muñeca, se deshizo de ella porque aseguraron que sucedían cosas extrañas y sucesos paranormal­es en el interior de sus ambientes”, aseguró Arancibia.

Mediante cada escena se mostrará lo que irá investigan­do la protagonis­ta de la historia, conociendo así todo lo que sucedió con la niña.

La producción de la película tuvo un costo de 80 mil dólares.

Sinopsis

Seis personas participan de un ritual diabólico sacrifican­do a una niña de 12 años. Para consolidar el pacto con un ente maligno, arrancan los cabellos de la niña para ponerlos en una muñeca en forma de agradecimi­ento. Al finalizar el ritual, tres de los miembros del grupo satánico mueren, dos escapan y la última acabó en el manicomio luego de esconder a la muñeca en el desván viejo de una casa.

Quince años después, llega a esa misma casa una joven pareja de recién casados: Arturo y su esposa Jaqueline, de ocho meses de embarazo, quien comienza a sentir extraños sucesos en el interior de su nuevo hogar. La situación la lleva casi al borde de la locura cuando descubre a la muñeca envuelta en mantas escondida en el desván. Al llevarla al cuarto de su hija que pronto iba a nacer, despierta al ente maligno que habita dentro de la muñeca.

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 ?? DANIEL JAMES ?? La muñeca poseída. El director Edwin Ariel Arancibia Ledezma junto con la muñeca original Rossy, en instalacio­nes de Los Tiempos.
DANIEL JAMES La muñeca poseída. El director Edwin Ariel Arancibia Ledezma junto con la muñeca original Rossy, en instalacio­nes de Los Tiempos.
 ?? DANIEL JAMES ?? Rossy. La muñeca es amarrada para evitar que se mueva, aún conserva el cabello humano de la niña a la que sacrificar­on.
DANIEL JAMES Rossy. La muñeca es amarrada para evitar que se mueva, aún conserva el cabello humano de la niña a la que sacrificar­on.

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