Pocos elaboran lo que comercian
El mercado para la fiesta de Todos Santos brilla con los colores intensos de los dulces, panales y suspiros y los tonos mate de las tantawas, maicillos y otras masitas, que contrastan con el morado, blanco, “verde agüita” y rosado de las guirnaldas, cadenas, cruces y otros adornos.
Todo lo necesario para preparar los mast’akus —la mesa servida con la que se espera a las almas de los muertos, especialmente los recientes—. ¿Todo lo necesario? En principio sí, aunque “depende del gusto de las personas, de los deudos”, asegura Carolina Alcocer Arispe, dentistadeprofesiónyartesana de herencia.
“Yo hago estos adornos desde que tengo uso de razón. Tengo 47 años, yo hacía esto con mi mamá, que ha fallecido hace más años”, cuenta, sentada en unbanquitodelantedesupuesto de adornos de plástico: guirnaldas, cadenas, cruces y otros objetos que “antes se hacía de papel seda”, hasta hace unos 40 años.
Ellalosmanufacturaylosvende cada año, porque “no puedo dejar lo que me ha enseñado y hacía mi mamá. Ella me decía: ‘Waway hazte, se gana, no dejes de hacer, por lo menos para que te sirva para algo’. Sólo en esta fecha, una semana no voy a mi consultorio, para vender estas cosas. Y luego retomo mis funciones de dentista”, dice la artesana/dentista que tiene dos hermanas y tenía también un hermano. Tenía, porque falleció hace un año. Ella y su familia preparan la mesa para el difunto.
¿Qué se pone en la mesa?
“Depende del gusto de las personas, de los deudos. Ellos vienen y piden lo que quieren poner, lo que les gusta. Otros no
Quedan pocas artesanas que fabrican los productos puestos a las venta para la celebración del Día de Difuntos y de Todos los Santos. Encontramos dos que manufacturan adornos en material plástico y una que fabrica objetos en azúcar.
Producen en cantidades y venden al por mayor a comerciantes de la ciudad y de las provincias.
saben y nos preguntan, y les indicamos”, explica la artesana.
“Generalmente se pone dos adornos, dalias, morado y negro o morado y blanco, grandes, para el fondo de la mesa. Despuéstienequetenerunacruz,sí o sí tiene que haber la cruz”.
“También tiene que tener una cadena,colocadaalrededordela mesa. Dicen que es para que el alma baje y vuelva a subir, otros que es para que arrastre a la almita, desde el otro mundo hasta aquí”.
Entonces,lahermanadoliente toma el lugar de la fabricante de guirnaldas y otros adornos para Todos Santos.
“Este año tengo que atender la mesa de mi hermano, que ha muerto hace un año exacto. A mi hermano le gustaba el pollo, después le gustaba pique, lapping, sillpancho. Yo voy a hacer esos tres platos; mi otra hermana, tres, y la tercera, también tres. Van a entrar nueve platos a la mesa de mi hermano. Sólo para él”, cuenta.
“Y después, dos gallinas, así, enteras. Con cabeza, patas y todo, paradas así. Y al medio se pone un conejo con un locoto ensuboca,lasgallinasigual,con sus locotos en sus picos. Es una creencia que siempre se hace. La gallina se la mata, la desplumamos y la hacemos cocer, y el conejo cuy, igual. Algunos los cuelgan en una palma”.
“La mesa también tiene fruta, toda la fruta que le gustaba a él.