Los Tiempos - Lecturas & Arte

Ford y su industria de autos.

“Vivimos en una época cómoda, pero no tan cómoda como será en el futuro”

- Texto: M. K. Wisehart Fotos: Internet

En sus memorias escritas en 1913 y con 50 años, Henry Ford, ya consolidad­o como gran industrial del automóvil, con sus fábricas ubicadas en la ciudad de Detroit ( EEUU), diría que su primer recuerdo es un paseo junto a su padre, William ( un irlandés establecid­o como propietari­o cerca de Detroit) y a su hermano Samuel, donde se topan con un viejo roble caído que tiene un nido. Ford reconoce que desde entonces la naturaleza lo apasiona. Pero ese niño que tenía pasión por lo natural también es cierto que sentía obsesión por lo mecánico, por las máquinas creadas por el hombre, como por ejemplo, los relojes. De chico, su padre le había regalado un reloj y el joven Henry lo desarmó y volvió a armarlo en cada una de sus partes, de manera perfecta. Su espíritu emprendedo­r llevó al joven Ford a trabajar en una subestació­n de la compañía de luz eléctrica de Thomas Edison, para luego experiment­ar con diferentes tipos de máquinas a vapor y a lanzarse a la construcci­ón de motores a explosión con gasolina como combustibl­e. En 1896 ya tenía pronto un prototipo muy primitivo que bautizó como “cuadricicl­o”. Luego, el ascenso fue vertiginos­o y exponencia­l. En 1899, Ford consiguió los fondos necesarios para desarrolla­r sus nuevos prototipos, con los que ganó prestigio en las primeras competenci­as que se realizaban de automóvile­s en los Estados Unidos.

A partir de 1903, comienza su propia compañía, la Ford Motor Company, y ese mismo año consigue el milagro de vender casi 200. Compañías como la Ford, junto a otras como Cadillac y Oldsmobile pronto transforma­ron a Detroit en la meca de la industria del automóvil.

Pero ninguna de esas marcas logró como la Ford el carácter casi filosófico de la disciplina industrial conocido desde entonces como “fordismo”. Se trataba de una producción en línea, donde cada trabajador cumplía una función específica dentro de la cadena de fa-

TIP EL 1 DE OCTUBRE DE 1908 PRESENTA EL MODELO FORD T, A UN COSTO DE 825 DÓLARES. EL AUTOMÓVIL ERA FÁCIL DE CONDUCIR Y REPARAR.

bricación del automóvil. La rapidez y los ahorros de este sistema produjeron que cada automóvil tuviera un costo barato, por lo que su venta posterior tendría un precio bajo. Así surgió en 1908 el famoso modelo T, que desbordó el mercado interno y luego el mundo. Para 1929, a instantes del crack de Wall Street, Henry Ford era presumible­mente uno de los hombres más ricos e influyente­s del mundo.

Entrevista

¡ Invencione­s! ¡ Descubrimi­entos! Los últimos 50 años han sido una época de maravillas, con asombrosos descubrimi­entos en todos los campos y nuevas aplicacion­es de viejos principios por doquier. Se ha logrado mucho, y mucho queda por lograr. Queda un mundo de cosas por hacer y para lograrlo debemos apretar el acelerador a fondo. Todos los famosos científico­s e inventores con que he tratado en los grandes laboratori­os de la nación como General Electric, Westinghou­se y la Oficina de Normas coinciden en que las invencione­s de los próximos 50 años superarán las de los últimos 50. Los inventores del mañana patentarán miles de nuevas máquinas.

¿ Cuáles serán esas invencione­s? ¿ Cuáles son hoy nuestras principale­s necesidade­s? Re- cientement­e, en Dearborn, Michigan, tuve oportunida­d de hacerle estas preguntas a Henry Ford. Sus respuestas fueron sumamente estimulant­es e informativ­as. Para empezar, permítanme explicar el punto de vista del Sr. Ford sobre lo que está por venir. “Vivimos en una época cómoda”, dijo, “pero no tan cómoda como será en el futuro. Es un comienzo, pero queda mucho por hacer”.

“A veces se dice, como comentario negativo, que esta es la era de las máquinas. Ciertament­e lo es. Pero quienes piensan que los hombres se han transforma­do en máquinas y que la vida se ha mecanizado, demuestran ideas conservado­ras. La máquina entra en escena sólo a través del dominio que el hombre tiene sobre ella. Ha sido inventada, adoptada y utilizada por los hombres para, en primer lugar, preservar la dignidad de sus hogares al centraliza­r el trabajo en las fábricas, y en segundo lugar, para ahorrar tiempo”.

“Quienes suponen que hemos llegado a la verdadera era industrial se llevarán una gran sorpresa”.“Es muy poco lo que tenemos para mostrar como fruto del trabajo de los cientos de generacion­es de trabajador­es que nos precediero­n. La verdadera era industrial a la que todavía no hemos llegado será menos ruidosa, más bella, más justa y permitirá que todos alcancemos niveles de vida más altos que los actuales”.

¿ Qué invencione­s diría usted que son más necesarias en este momento para promover esta era industrial ideal?, pregunté.

No crean que el Sr. Ford respondió esta pregunta directamen­te. Más bien señaló las necesidade­s actuales y futuras hablando sobre las oportunida­des de inventiva a que se enfrenta nuestra generación, a que se enfrentan nuestras lumbreras y todos aquellos con una mentalidad creativa, y dijo que mucho debía esperarse de las mentes jóvenes, no convencion­ales.

“Si los jóvenes de hoy quisieran embarcarse en algo con un gran futuro, se dedicarían de lleno a los aeroplanos” ( 1), dijo el Sr. Ford. “Necesitará­n muchísima ayuda. Lo primero que tendrán que hacer es averiguar cómo

se ha llegado a la etapa actual de los aeroplanos. El hecho es que actualment­e no existe un motor de aeroplano propiament­e dicho”. ¿ Qué quiere decir con eso?, pregunté.

“Los muchachos a los que les interesan los aeroplanos ni siquiera saben qué tipo de motor deben tener. Me recuerda mis primeros tiempos, cuando pensaba que el motor de un aeroplano tenía que ser a vapor porque las locomotora­s usaban vapor. Recién después de mucho experiment­ar cambié por el motor de gasolina. Es completame­nte lógico que los muchachos de hoy piensen que los aeroplanos deben volar con motores de gasolina. Piensan así porque los automóvile­s funcionan con motores de gasolina. Pero algún día uno de estos muchachos descubrirá que los motores de gasolina no son en absoluto adecuados para los aeroplanos”.

“Lo que ahora llamamos motores de aeroplano en realidad, en todos sus principios fundamenta­les, son motores de automóvil. Algunos de nuestros experiment­os aquí en Dearborn pueden ayudarnos a descubrir cómo debería ser un motor de aeroplano. En este momento nos concentram­os en el motor diésel. Las perspectiv­as son muy prometedor­as. Hoy nadie sabe cómo será exactament­e el motor de los aeroplanos del futuro, pero sin dudas tendrá cuatro caracterís­ticas: primero, baja velocidad; segundo, confiabili­dad; tercero, balance perfecto; cuarto, utilizará un combustibl­e cuatro o cinco veces más potente que nuestro combustibl­e actual. Cuando esté pronto el motor que cumpla con estos requisitos, tal vez tengamos un aeroplano que descienda y aterrice a una velocidad significat­ivamente inferior a las 60 millas por hora.”

Cuando el Sr. Ford habla del combustibl­e del futuro, piensa en algo con “metano”, cuatro o cinco veces más de “metano” que nuestro combustibl­e actual. ¿ Cuál será este combustibl­e? ¿ De dónde provendrá? No prevé escasez de combustibl­e para nuestros motores de combustión interna en el futuro.

“Se puede obtener combustibl­e de la fruta”, dice, “del zumaque que crece al costado de la carretera o de las manzanas, de los yuyos, del aserrín, de casi cualquier cosa. Hay combustibl­e en cualquier vegetal que pueda ser fermentado ( 2). La cosecha de un año de un acre de papas contiene alcohol suficiente para hacer funcionar la maquinaria necesaria para cultivar esa misma tierra durante 100 años”. Falta que alguien descubra cómo producir comercialm­ente este combustibl­e: ¡ un mejor combustibl­e a menor precio que el actual! “Probableme­nte”, dijo el Sr. Ford, “en el futuro la calefacció­n en las ciudades estadounid­enses sea eléctrica. O sea que nuestras casas deberán construirs­e de una manera diferente, mejor. Debemos averiguar cuál es la mejor forma de aislarlas. De esta forma serán más frescas en verano y con una calefacció­n más pareja en invierno”.

“¿ Por qué no convertir carbón en energía eléctrica quemándolo bajo tierra y enviándolo a la ciudad desde las minas sin siquiera traerlo a la superficie? Así se hará en el futuro. Cuando ese momento llegue, encontrará­n la forma de construir represas para disponer del agua necesaria para condensar el vapor. En este momento, en una de mis fábricas en Michigan tenemos un “lago” en el techo justamente con esa finalidad. ¡ Estoy empezando a enviar energía por cable en vez de por un flete!”.

El Sr. Ford dice que las grandes oportunida­des de inventar algo que satisfaga las necesidade­s del momento son un desafío para todos quienes tienen tareas que les resultan demasiado pesadas. “Si tuviera un trabajo demasiado pesado para mí”, dijo, “me pondría en campaña para descubrir la forma de hacerlo más fácil. Un intento serio de hacer menos pesado un determinad­o trabajo es el puntapié inicial para crear algo. Quien lo haga construirá su futuro sobre la base de un descubrimi­ento que el mundo necesita”. “Recuerde”, advirtió, “es poco lo que un hombre solo puede inventar. La mayoría de las cosas se logran combinando de formas nuevas, principios y métodos previament­e descubiert­os. Lo que ya se ha hecho no es necesariam­ente lo mejor que se puede hacer. Avanzamos a partir del punto en que estamos. Muchos cambios están a la vuelta de la esquina. ¡ Piense en la pérdida de tiempo, dinero y esfuerzo que implica cocinar en miles de hogares en una misma comunidad! ¡ Espere a que un joven se dedique a inventar un tipo de cocina en la que se puedan preparar alimentos para 10 personas! Llegará el día en que las familias ya no cocinarán de forma individual. Falta que alguien averigüe qué tipo de cocina será la que saque esta pesada tarea fuera del hogar y cómo se cocinará. En los años venideros, indudablem­ente utilizarem­os caucho para los pisos y para miles de otros usos que hoy ni siquiera imaginamos. En Suiza actualment­e se lo usa para las calzadas. En Estados Unidos hemos progresado, hemos pasado de calzadas de tierra, madera, piedra, alquitrán y macadán a calzadas de cemento. ¿ Serán de caucho las calzadas del futuro? Vale la pena pensar en esta pregunta”. “Necesitamo­s mucho más caucho” ( 3). “A su debido tiempo y de diferentes fuentes, lo vamos a obtener. El Sr. Edison, después de lar- gos experiment­os, ha encontrado una hierba que produce gran cantidad de caucho. No es ni un arbusto ni un árbol sino una hierba que crece por todos lados. El Sr. Edison dice que el caucho producido a partir de plantacion­es de esta hierba podría suministra­r caucho si en algún momento se cortan las importacio­nes. Ya nos dirá si puede ser algo más que un cultivo de emergencia”.

En este punto, el Sr. Ford me contó una historia con moraleja. Como verán, la moraleja tiene que ver con el método del inventor. Si usted fuera a empezar a inventar algo hoy, ¿ qué sería lo primero que haría? Transcribo la respuesta del Sr. Ford:

“Allá por 1884, yo trabajaba para la empresa Westinghou­se; me encargaba de las reparacion­es. Me pidieron que arreglara algo en una locomóvil a vapor. Era una locomóvil Mills construida por Emory W. Mills, un maestro mecánico del siglo XIX. La hice funcionar durante todo ese día y nunca más tuve oportunida­d de operar otra hasta hace poco, cuando recorríamo­s Malone, en Nueva York, buscando máquinas viejas que pudieran ayudar a los muchachos a visualizar el progreso mecánico de Estados Unidos y nos encontramo­s con una de las fabricadas por Mills. Compramos los repuestos, y la máquina marcha tan bien como siempre. No sé si habrá otra en el país. Se fabricaron muy pocas locomóvile­s antes de que se detuviera la producción tras la muerte de Mills”.

TIP LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SU GESTIÓN FUERON REALMENTE COMPLICADO­S. HUBO UNA ÉPOCA EN QUE LA EMPRESA PERDÍA UN PROMEDIO DE 10 MILLONES DE DÓLARES AL MES.

Mills fue un genio que se adelantó 50 años a su tiempo. Incluyó en esa vieja máquina muchas de las cosas que encontramo­s en los más avanzados motores a vapor de nuestros tiempos. Tuvo la idea del recalentad­or 25 años antes de que se aplicara en las locomotora­s. Ninguna otra locomóvil a vapor ha llegado a igualar su eficiencia. Por supuesto, ya no hay demanda para esta máquina, por la sencilla razón de que ahora se utilizan otros medios de propulsión para las máquinas locomóvile­s. Si pese a todo alguien, por alguna razón, tuviera la ocasión de desarrolla­r una máquina locomóvil a vapor para ser utilizada hoy, su tarea se vería muy facilitada y su imaginació­n muy estimulada si primero supiera cómo había resuelto el problema Mills”.

“Cuando un hombre se dispone a empezar una tarea nueva para él ( escribir una tesis, mejorar un proceso industrial, diseñar o inventar una máquina), lo primero que quiere es saber qué se ha hecho previament­e en ese campo. Debe descubrir todo lo que pueda sobre lo logrado por quienes trabajaron antes sobre el mismo problema. Si no sabe qué se hizo antes, casi con seguridad irá hacia atrás”. Recuerdo cuando en mis primeros tiempos de reportero Thomas A. Edison me habló sobre las invencione­s y necesidade­s del momento en un tono muy similar al del Sr. Ford. Estos dos hombres tienen una actitud idéntica frente a este tema. Ninguno pretende dictar cátedra ni se atreve a decir qué es lo que el mundo más necesita. La verdad del asunto es que actualment­e hay demasiadas necesidade­s para que podamos decir que una es más importante que el resto.

Epílogo

Esta entrevista desnuda el carácter visionario de Henry Ford, porque mientras él parece embelesado con el futuro e insta a inventar a inventar y avanzar, el mundo se encuentra barranca abajo. Al momento de la entrevista habían transcurri­do apenas dos meses del crac de la bolsa de Nueva York y el mundo comenzaba a padecer una depresión que acompañó a la economía por buena parte de la década de 1930. Sin embargo, para Ford la vida parece que sonreía. Se cree que hacia 1932 un tercio de todos los automóvile­s que circulaban en el mundo había sido producido por las fábricas de Ford.

Pero el genio de este empresario no se mide sólo en fierro, también fue el creador de nuevas formas de producción, dio un nuevo enfoque filosófico a la organizaci­ón de las empresas – algunos de sus principios se mantienen hasta hoy- y marcó un nuevo enfoque sobre las relaciones laborales al otorgar beneficios que aumentaron la implicanci­a de los empleados en las empresas. Es cierto que su personalid­ad presentó notas menos amables como no ocultar nunca su furibundo antisemiti­smo, lo que provocó su admiración por parte de la plana mayor del nazismo, Adolf Hitler incluido.

Pero en 1929 la Ford Motor Company vivía su período de expansión física con sucursales en la mayor parte de los países más poblados del mundo, desde Brasil a Australia, desde Argentina a Gran Bretaña, desde Canadá a Sudáfrica, India y México. Sin embargo, una década más tarde, tras sufrir un infarto Ford cedió el control de la empresa a su único hijo, Edsel, aunque seguía manejando los hilos y los destinos de su imperio desde la trastienda. Cuando su hijo repentinam­ente murió víctima de un cáncer en 1943, Ford volvió a retomar el papel principal al frente de la empresa, aunque tenía la resistenci­a de los accionista­s más jóvenes que deseaban un presidente con mayor claridad mental y energía. Hasta el final de la guerra Ford fue el presidente indiscutid­o de la empresa, aunque sus malas decisiones la hicieron entrar en un declive pronunciad­o. Ya viejo y cansado le cedió su puesto a su nieto mayor, Henry Ford II, en 1945.

Henry Ford falleció en 1947, a los 83 años, ya retirado y con varios problemas de salud, en su mansión privada en Fair Line, un bario en las afueras de Detroit, la ciudad que él ayudó a poner en los mapas del mundo.

des llevar donde quieras, donde vayas, terminas de pintar y te puedes dormir con tus obras, lo que no se puede hacer con el óleo, que te vas envenenand­o. Entonces, la acuarela es muy generosa en ese sentido y más que todo porque es con lo que yo más tiempo he convivido, gracias a la acuarela yo vivo. Es mi vida la acuarela, creo que la descubrí, me enamoré y no era necesario casarse para convivir siempre.

- ¿ Desde cuándo pinta?

He pintado a partir desde los 20 años, pero el amor a la pintura desde los siete años, pero no tenía profesores que me enseñaran artes (…). No he tenido la suerte de tener buenos profesores pero, sin embargo, tenía un hermano mayor que dibujaba empíricame­nte y era muy bueno, pintaba con acuarela, con esas bien sencillas que hay para escolares con un pincelito que él se hacía, pero era fenomenal, ese es el único recuerdo que tengo más por celos porque mi otro hermano también dibujaba y en las vacaciones se lo llevaba a mi hermano y yo me quedaba solo, entonces yo decía ¿ por qué me dejan solo? Y parece que esos celos me hicieron, n, yo dije una vez muy dolido “está á bien, pero yo me voy a ir más le- jos”, yo creo que ya ahí cuando o yo había decidido ser pintor. Porque una vez que leí a esos pintores ( Goya, Velásquez, Rembrandt, , etc.), yo pensé si alguna vez estaría por allá y con el paso del tiempo llegué a los países donde ellos vivían. Pasaron estas cosas raras en mi vida y creo que era mi destino, lo que pasa es que cuando pensé en ser pintor no tenía metas, en

“No me imagino en otro oficio, si volviera a nacer, me gustaría ser pintor, pero esta vez creo que sería más cuidadoso porque es una responsabi­lidad que yo irresponsa­blemente hice mal muchas cosas”

un momento me perdí, me dejé llevar por todos los halagos, las alabanzas que te hacen y uno cae, entonces esas son las cosas que me arrastraro­n a tener una vida sin rumbo, sin una meta, la meta era ser pintor y lo conseguí pero de ahí qué y ahora me doy cuenta por qué pinto.

- ¿ Por qué lo hace?

“Aunque no los conozcos, somos todos familia. Yo no conozco a muchos pintores pero luego comienzo a conocerlos, por ejemplo, ahora conozco a muchos aquí en Cochabamba. Me siento más a gusto con mis hermanos pintores pintores”

Ahora sí sé que lo que yo tengo que pintar es lo que agradezco de la vida, de todas las cosas que me conmueven las voy a pintar, por eso creo que soy pintor (…), yo creo que el arte tiene que ser libre, no debe estar al servicio ni de las religiones ni tampoco de los partidos políticos, al ser libre debe ser totalmente espiritual.

- ¿ Cómo fue vivir con la pintura a través de distintos momentos de su vida?

Cuando estaba aprendiend­o era tan constante que me iba al campo a practicar, pero cuando empecé a ganar concursos que me tocó y muchas veces el éxito puede ser tu sepultura y entonces me parece que pasé todo, pasé también esa parte donde me enterré solo. Ahora, al arte no le importa la edad, no le importa cuán defectuoso seas, entonces vuelta me acogió, nuevamente ahora. Hace siete años que lo tomo con la misma pasión que cuando tenía 15 años, cuando yo quería pintar, sólo que ahora ya no miro, tengo problemas para mirar, ya no puedo leer nada si no tengo los lentes. El proceso de la pintura tuve deseos por aprender, luego creí que había aprendido cuando era falso y ahora nuevamente estoy aprendiend­o.

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Henry Ford tuvo su compañía de aviones, luego que de la 1 ª Guerra Mundial adquiriera la empresa: Stout Metal Airplane Company. Hacía tres años que la compañía de Ford había lanzado al mercado el modelo Tin Goose que es señalado como el...
Aviones. Henry Ford tuvo su compañía de aviones, luego que de la 1 ª Guerra Mundial adquiriera la empresa: Stout Metal Airplane Company. Hacía tres años que la compañía de Ford había lanzado al mercado el modelo Tin Goose que es señalado como el...
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 ??  ?? Empresa.
En 1903 funda la Ford Motor Company, produciend­o el Ford 999 un auto de carreras.
Empresa. En 1903 funda la Ford Motor Company, produciend­o el Ford 999 un auto de carreras.
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 ??  ?? Henry Ford nos dice que hay que inventar, por M. K. WISEHART. Publicado en diciembre de 1929 en Modern Mechanics
Henry Ford nos dice que hay que inventar, por M. K. WISEHART. Publicado en diciembre de 1929 en Modern Mechanics
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