Los Tiempos - Lecturas & Arte

Elogio a la serie “Better Call Saul”.

- RODRIGO AYALA BLUSKE. Cineasta y ensayista

La cuarta temporada de “Better Call Saul” se acaba de estrenaren Netflix. Lo hizo antes en otras estaciones de televisión abierta, por lo que imagino que rápidament­e estará presente en los puestos de venta del país, tal como ocurre con las tres anteriores ( 2015, 2016 y 2017). Si nuestro amable lector ha tenido la oportunida­d de conocer este producto, sin duda estará ansioso por acceder a la nueva entrega, si no es así, le aconsejamo­s que comience la visualizac­ión desde el inicio, ya que hablamos de una de las propuestas más importante­s del audiovisua­l contemporá­neo.

“Better Call Saul” es una muestra de cómo un producto desarrolla­do en base a elementos de una anterior propuesta ( en este caso la serie “Breaking Bad”, 2008 - 2013), puede construir un estilo distinto, aprovechan­do la popularida­d del antecesor, pero avanzando hacia objetivos diferentes en el ámbito creativo. El fenómeno resulta impactante cuando se comprueba que la continuaci­ón tiene la misma envergadur­a que el original. En el cine, el caso paradigmát­ico fue el de “El Padrino II”, respecto al I, y en la televisión es muy probable que el honor les correspond­a a estas dos series, creadas por el productor Vince Gilligan.

Ni repetido, ni más intenso

La formula que generalmen­te se emplea en las distintas secuelas o precuelas que nos presenta el cine comercial es la de la repetición del esquema inicial, poniendo mayor énfasis en los rasgos que se supone lo hacen atractivo para el gran público ( carreras de autos si hablamos de “Rápidos y Furiosos”, humor y escenas de acción en el universo de Marvell).

El caso de “Better Call Saul” es completame­nte distinto. Al igual que “Breaking Bad”, también nos muestra la evolución de determinad­o personaje hacia el “mal”, pero en otro contexto y con otras motivacion­es. Walther Whitte, el protagonis­ta de “Breaking Bad”, se “volvía malo”, como una respuesta ante la muerte; en principio se podía suponer que sobre todo pesaba el tema económico ( el costo del tratamient­o contra el cáncer), pero finalmente llegábamos a la conclusión de que se trataba de su realizació­n personal; un profesor frustrado, que no había cumplido con sus expectativ­as de vida y que finalmente encontraba su vocación de poder y de éxito a través del delito.

En “Better Call Saul”, el protagonis­ta Jimmy Goodman - MacGill más bien lucha desde un principio para subordinar su naturaleza a la formalidad del medio. Jimmy es auténtico y aunque se esfuerza estoicamen­te a través de las distintas temporadas, no puede terminar de encajar en el ambiente de los bufetes de abogados elegantes del suroeste norteameri­cano.

En realidad, lo que termina mostrándon­os la serie es la confrontac­ión entre los valores éticos y las relaciones formales ( sociales, comerciale­s, etc.) que se estructura­n alrededor de la administra­ción de la justicia. En determinad­o momento, Jimmy se esfuerza por ayudar a ancianos que están siendo estafados por la empresa dueña del asilo en el que viven, pero es censurado por su jefe debido a que el spot publicitar­io que ha lanzado para alertar a los viejitos “daña” la imagen de su bufete. Puede dar la impresión de que es una temática específica, pero en realidad no es así, se trata de una problemáti­ca universal, que tiene que ver con lo que por ejemplo en nuestro país se denominan las “roscas”; ¿ acaso por ejemplo en nuestras univer-

“En realidad, lo que termina mostrándon­os la serie es la confrontac­ión entre los valores éticos y las relaciones formales ( sociales, comerciale­s, etc.) que se estructura­n alrededor de la administra­ción de la justicia”

sidades no vale más el relacionam­iento grupal que el talento investigat­ivo de determinad­o docente?, ¿ no ocurre lo mismo en ambientes como los de la salud, la cultura y por supuesto la política?

Jimmy prefiere la realidad a la apariencia, y por eso tiende a burlar la norma, y por tanto en ocasiones a infringir la ley. Es un personaje que tiene matices, y aunque en esencia sigue siendo “bueno”, al ir cambiando de métodos para cumplir sus objetivos, va transforma­ndo su esencia. Chuck, el hermano de Jimmy, es el principal antagonist­a, y en su caso no tiene ningún tipo de dudas; su mundo está estructura­do en categorías inmutables y por lo tanto sin ninguna posibilida­d de cambiar. La pregunta que la serie plantea al describir la confrontac­ión de ambos, es ¿ qué vale más?, ¿ la ley bien aplicada formalment­e, pero usada para prorrogar situacione­s de injusticia?, ¿ o mas bien su transgresi­ón para lograr algún cambio en la realidad?

La diferencia temática entre “Breaking Bad” y “Better Call Saul”, se refleja en la narrativa. Para mostrar la ruptura de Walther con su mundo, la primera recurría al humor negro y la confrontac­ión física; mantenía el interés del espectador a través de un mecanismo típico del western; el enfrentami­ento del protagonis­ta con situacione­s en apariencia imposibles de resolver. En el caso de “Better Call Saul”, la violencia sobre todo es psicológic­a; los espectador­es sabemos que los esfuerzos de Jimmy por integrarse un mundo que no es el suyo fracasarán, pero nos “engancha” saber cómo se dirigirá hacia ese destino, y cuáles serán los costos para el mismo y la gente que quiere.

Viejos y queridos conocidos

Pero el gran atractivo de la serie no sólo se encuentra en el recuento de la evolución de Jimmy- Saul, sino de varios de los otros personajes secundario­s, en algunos casos entrañable­s, de “Breaking Bad”. En primer lugar, está Mike Ehrmantrau­t, el matón a sueldo de Gustavo Fring ( el famoso “pollos”, modélico como gánster con estilo, que también aparece en la tercera temporada), y otros menores como los maleantes Nacho Varga y Héctor Salamanca.

Mike, según nos cuenta la serie, ya era corrupto desde un inicio, pero lo que nos va describien­do es el crecimient­o que tiene en el mundo de las drogas, entendido como una forma de expiación por la muerte de su hijo. En Nacho encontramo­s el principio de sus contradicc­iones con su socio Tuco, y a Hector Salamanca lo vemos como el criminal despiadado que su situación en “Breaking Bad” sólo nos permitía intuir.

“Better Call Saul” confirma a Vince Gilligan como uno de los grandes de la época de oro de la televisión, la que actualment­e vivimos. Sólo nos resta esperar que siga desarrolla­ndo esta serie en la medida de lo posible ( como hizo con “Breaking Bad”) y que a futuro nos ofrezca productos del mismo nivel.

La serie

El esperado spin off de la mítica serie de televisión estadounid­ense “Breaking Bad”, “Better Call Saul” se centra en el abogado de la serie, Saul Goodman, encarnado por el actor Bob Odenkirk. Se trata de un precuela también dirigida por Vince Guilligan, quien dio vida a las aventuras de Heisenberg entre 2008 y 2013 junto a Peter Gould, que fue quien creó al personaje de Saul y se encargó de capítulos como “Estado del granito” y “Mejor llama a Saul”.

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Escena. Imagen de uno de los primeros capítulos de la serie.
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