LA PELíCULA
Si hay algo que plantea la película “Cuando los hombres quedan solos” es su exploración en los sentimientos masculinos, sentimientos heredados de la idiosincrasia de un país que sufrió la violencia de la dictadura, pero que en la actualidad no entran en diálogo con el presente. La cinta, del director fallecido Fernando Martínez y finalizada por la productora Viviana Saavedra, se estrena este 25 de julio.
La película narra la historia de un exparamilitar — de la dictadura de Luis García Meza Tejada ( 1980)— hoy abuelo, quien comparte su vida con sus dos hijos. cial nunca contó o mostró y eso creo que es uno de sus principales aciertos.
— ¿ Qué puede esperar el público cuando vaya a ver “Cuando los hombres quedan solos”?
— La historia de una familia de hombres solos, como el título indica, pero también la historia de un país, el nuestro, con un pasado reciente que repercute hasta nuestros días.
“Creo que el trabajo que se realizó es muy bueno, es importante poder terminar la película y que llegue al público”
— Imagino que ya viste la película, ¿ quedó como esperabas?
— Tomando en cuenta que tuvo una posproducción en la que no pudo intervenir el director. Nunca sabremos algunas cosas de como Fer, el director, quería hacer la posproducción, pero creo que el trabajo que se realizó es muy bueno, es importante poder terminar la película y que llegue al público. Hay una historia a ser mostrada y lo mejor era que llegue al público. Creo que el mejor homenaje para el director es poder terminar su película, que la gente pueda ver y vernos a través de su propuesta, aunque él ya no esté con nosotros.
— ¿ Qué piensas del cine nacional que se ha hecho en los últimos años?
— Creo que se pasa por un buen momento, aunque no logramos llegar al público de la forma que me gustaría, de una forma más masiva me refiero, estamos lejos de una industria cinematográfica, pero hay que seguir filmando y contando nuestras historias desde nuestros oficios.
— Háblame de tu trabajo como gestor, sobre Tía Ñola y el cargo que acabas de dejar.
— Tengo una sala de teatro y un snack, que se llama Tía Ñola, lo administramos con mi mamá y mi papá; siempre digo que es un centro cultural disfrazado de snack. Siento que desde ahí puedo hacer una propuesta como gestor y como artista. Un tiempo lo dejé para estar en la función pública; se aprende mucho siendo funcionario, pero también me sentía frustrado porque sentía que no podía hacer las cosas que realmente quería hacer, así que volví al snack. Ahí siento que puedo manejar mejor la gestión cultural y dar una propuesta cultural más amplia.
“Creo que el mejor homenaje para el director es poder terminar su película, que la gente pueda ver y vernos a través de su propuesta”
— ¿ Qué nuevos proyectos tienes?
— En agosto filmaré un nuevo proyecto cinematográfico producido por Alejandro Fuentes, director del Fenavid, y dirigida por Marcos Malavia, creador de la escuela de teatro donde me formé.