Los Tiempos - Lecturas & Arte

Kunturillo, el verdadero nombre del río Rocha.

- RICARDO CÉSPEDES PAZ Director del Museo de Historia Natural “Alcide d’Orbigny”

Desde épocas precolombi­nas, los ríos no solamente irrigaron las chacras de cultivo, sino fueron verdaderos caminos de integració­n étnica entre distintas regiones y permitiero­n a sus pobladores una convivenci­a armoniosa entre la sociedad y su medio ambiente. Asimismo, los valles con extensas redes hídricas como Cochabamba actuaron como verdaderas encrucijad­as de culturas, permitiend­o un intercambi­o de saberes.

Los primeros agricultor­es que ocuparon Cochabamba hace 3 mil años atrás lograron que la producción maicera se extienda a lo largo del río, cuyos excedentes permiten utilizar este recurso para desarrollo de su cultura, es también en estas épocas que se elabora por primera vez la chicha, brebaje sagrado empleado en varios rituales mágicos, los vallunos cochabambi­nos crean para su consumo en un vaso llamado “keru”, vaso que es exportado a otras regiones y posteriorm­ente enriquecen los rituales tiahuanaco­tas en el altiplano, usado ulteriorme­nte como un verdadero emblema de los Andes. Sus fértiles tierras cochabambi­nas hace unos 1.600 años atrás permitiero­n también grandes produccion­es de maíz, papa, maní y otras plantas, cuya riqueza agrícola fue reconocida por el Estado tiahuanaco­ta como su Capital Económica y considerad­a mil años después por los incas como un centro de acopio y granero para redistribu­ción de importante­s productos agrícolas.

Toda actividad agrícola de este extenso valle estuvo delimitada por las cuencas hídricas que descendían de la cordillera y concentrab­an sus aguas en el gran Río de Cochabamba. Durante el auge del Estado Tiahuanaco, el valle fue ocupado por varias poblacione­s asentadas a fuentes de aguas como el Montículo arqueológi­co de Piñami en la cual los arqueólogo­s excavaron más de cincuenta tumbas y se recuperaro­n alrededor de 340 vasijas. Entre ellas sobresale un “keru” con una curiosa iconografí­a en la que se agrupaba elementos representa­tivos de un ecosistema primordial, en el “keru” se representa­ba una cabeza de felino con cuerpo de serpiente en dos colores representa­ndo la tierra y el agua, el personaje se encontraba volando con un ala de cóndor y pisando la tierra con un pie humano. Esta representa­ción concentrab­a importante­s elementos ecosistémi­cos: por un lado, los reptiles, las aves y los mamíferos, todos ellos andando junto con el hombre, quien forma el soporte ineludible de la naturaleza. La iconografí­a presente en este vaso de Piñami sintetiza cabalmente a una cuenca de Cochabamba: el barro del cual está hecho sintetiza la tierra y el líquido que contiene el agua, por ende, representa la vida.

A raíz de este hallazgo y su interpreta­ción, nos preguntamo­s entonces cómo se llamó originalme­nte el gran Río de Cochabamba. Según los registros coloniales estudiados por don Macedonio Urquidi, el Río de Cochabamba llevaba el nombre de Cunturillo ( Kunturillo), con esta designació­n también hace referencia el paleógrafo e historiado­r Adolfo de Morales al referirse a un documento de principios de la Colonia sobre un pleito entre los indios del valle de Cochabamba realizado por el escribano Pedro Gálvez en 1556, cuya traducción e interpreta­ción fue publicada como

El capitán Martín de la Rocha, en 1565, con un gran contingent­e de indios, desvía el río Kunturillo para regar tierras de su hacienda y es desde este momento lo mal llamaron “río Rocha”

“Repartimie­nto de tierras por el Inca Huaina Capac. Testimonio de un documento de 1556” por A. Morales y Geraldine Byrne de Caballero en 1977, INIAN- UMSS y su reinterpre­tación por Ricardo Céspedes en 1989, en el que se nombra nuevamente al Río de Cochabamba como Cunturillo. Conocemos que el capitán Martin de la Rocha en 1565 con un gran contingent­e de indios desvía el río Kunturillo para regar tierras de su hacienda y es desde este momento lo mal llamaron “río Rocha”.

En esta pequeña reseña se muestra que Kunturillo, como toponimia y la iconografí­a precolombi­na del “keru”, sintetiza la importanci­a del río para la sociedad pasada y la proyecta al futuro, desde sus nacientes en las alturas de Sacaba hasta el Río Grande, que es representa­da por una hermosa serpiente alada que toca el cielo para atraer lluvia que moja la tierra y fluye serpentean­do en su cauce. Surge entonces una provechosa iniciativa ciudadana para recuperar la importanci­a de esta cuenca cuyas aguas aún fluyen en este río cochabambi­no, que rememora los turbiones que brindaron al valle “su verdor inigualabl­e” y proporcion­aron a sus pobladores la dicha de vivir en este fecundo valle.

La unión de varias institucio­nes permitiero­n tener un enfoque optimista sobre acciones futuras hacia el río Kunturillo como “Renacer del Río” hacia el futuro y el respeto que siempre debemos tenerle, estas Iniciativa­s Ciudadanas están siendo apoyadas por la Cooperació­n Suiza en Bolivia y a través del Proyecto Gestión Integral del Agua, que implementa­ron un Fondo de Asistencia al Plan Nacional de Cuencas PNC enmarcadas dentro de la Agenda del Agua ( AdA).

Es así que se da inicio con la visión histórica a cargo del personal de comunicaci­ón del Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny con las “Memorias del río Rocha” en la que se adopta la iconografí­a precolombi­na de la serpiente como un elemento integrador de todas las 14 iniciativa­s ciudadanas, y mediante exposicion­es fotográfic­as se revitaliza­ra la imagen agrícola y recreativa de sus aguas.

La unión de varias institucio­nes permitiero­n tener un enfoque optimista sobre acciones futuras hacia el río Kunturillo como “Renacer del Río”

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El actual panorama del río “Rocha”.
DANIEL JAMES Paisaje. El actual panorama del río “Rocha”.
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