DOS MEDALLAS QUE TIENEN UN VALOR INCOMPARABLE
Fueron dos medallas, una de plata y una de bronce, al final, pero no se puede menospreciarlas, pues los dos deportistas que las consiguieron en los XI Juegos Suramericanos lograron los galardones en base a esfuerzo, constancia y sacrificio. El ciclista anzaldeño Freddy Gonzáles y el boxeador paceño Ever Quisbert se subieron al podio luego de haber cumplido su preparación de manera solitaria y sin ningún apoyo económico.
La fuerza y el valor lo demostraron en los escenarios en los que les tocó competir. Freddy lo hizo en el circuito Bolivia, donde recorrió cada kilómetro buscando la primera medalla para Bolivia y así lo hizo. Cerca al mediodía del 27 de mayo, Gonzáles cruzó la meta y, mientras se confirmaban los tiempos, se daba la noticia de la medalla para el equipo local.
Con el logro, Freddy cuenta que cada momento fue complicado para él, pues vivió días en los que tuvo que continuar pese al cansancio que le dejaba el entrenamiento.
“Entrenar no es fácil, terminaba cansado y tenía que seguir, porque iba a trabajar”, asegura. Freddy trabajaba en una tienda de bicicletas, las vendía y con eso lograba subvencionar un poco de lo que necesitaba. El ciclista comenta que no tuvo apoyo y cada día era una historia diferente, porque debía seguir pese a no contar con un presupuesto para alimentarse de manera óptima y tener que prestarse dinero para comprar la bi- Entrenar no es nada fácil, terminaba cansado y tenía que seguir, porque iba a trabajar en las tardes en la tienda. FREDDY GONZÁLES SOTO
LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO: Anzaldo, 9 de noviembre de 1994
MADRE: Ángela Soto
EQUIPO ACTUAL: Equipo continental Stargust
CARRERA: Empezó a los 16 años en los Juegos Plurinacionales 2013. Ganó el campeonato nacional en ruta fondo (oro) y en contrarreloj (plata). ESPECIALIDAD: Contrarreloj cicleta que usó para competir en los Juegos.
El camino hacia el logro fue difícil, pero ahora van mejorando. Gonzáles forma parte del equipo Continental Start Gusto y actualmente está en Bélgica, donde ya compitió en más de seis carreras. Sueña con llegar al Mundial que se realizará en Holanda, pero recién tomó conocimiento de que su equipo no puede correr con los gastos de inscripción, puesto que si va al mismo representará a Bolivia. “Necesito cerca de 7 mil dólares para ir al Mundial, aún estoy viendo qué puedo hacer”, asegura.
Para acceder a la medalla de plata, el boxeador Ever Quisbert atravesó similares condiciones, porque no contó con apoyo económico para su preparación.
Según relata, el deportista tuvo que encontrarle más ho- ras al día, pues trabajaba, estudiaba y entrenaba a la vez. Meses antes de comenzar la competencia en los Juegos, dejó sus estudios y se trasladó a Cochabamba para encarar la última fase de su entrenamiento.
Al igual que el ciclista, Quisbert hizo cada día un esfuerzo digno de destacar y, aunque cayó en la final, no se puede menospreciar el logro, siendo que fue el fruto de muchas jornadas sacrificadas.
Los bolivianos demostraron en los Juegos que si bien no contaron con el mismo apoyo que otros deportistas, el valor lo sacaron de ellos mismos. La garra por la Tricolor permitió que Bolivia obtenga logros que no se habían previsto, es por eso y por muchas otras razones que esas dos medallas siempre tendrán un valor incalculable para los deportistas que las consiguieron.
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