OH! - Los Tiempos

El abastecimi­ento de agua potable en Tarija es una incertidum­bre.

INCONCEBIB­LE Uno de los estudios que pudo dar datos sobre un manejo responsabl­e del agua, estuvo guardado por más de 10 años en el escritorio de un exfunciona­rio de la Corporació­n de Desarrollo

- Texto: Jesús Vargas V. Fotos: Diego Pino Zamora

Un niño abre los ojos por primera vez y lanza el grito de vida, en eso, el médico le da una palmadita en las nalgas, dándole la bienvenida al mundo. Los rostros de la madre, como de los familiares son sólo de felicidad, pero ¿qué le depara el futuro?

A nivel mundial se habla de que las nuevas generacion­es tendrán un serio problema: la falta del agua. Este recurso podría ser para analistas internacio­nales fuente de futuros conflictos como ocurre en la actualidad con el petróleo en Medio Oriente.

“El agua es uno de los recursos naturales de mayor importanci­a en la Tierra. Precisamen­te esta importanci­a lo convierte en una manzana de la discordia para los que más la necesitan”, refiere un reporte de la cadena internacio­nal RT.

Hay países y ciudades que han priorizado las políticas de un manejo responsabl­e de las fuentes de agua, de forma que este recurso no falte no sólo en el presente, sino en el futuro, ejemplos hay múltiples como Las Vegas en el Estado de Nevada, que se encuentra en medio de un árido desierto.

Pero este niño nació en Tarija, Bolivia en el hospital Obrero y como todo ser humano, su futuro está ligado al agua, por ende… qué se está haciendo en esta ciudad en cuanto al manejo de sus recursos hídricos.

POLíTICAS

Agua, turismo y seguridad fueron las palabras más utilizadas en las últimas campañas electorale­s de las elecciones subnaciona­les del año 2015 en Tarija, estando estos temas en los planes de gobierno tanto de ganadores como de perdedores ¿Qué se hizo hasta ahora?

“Debemos dejar de lado las obras de cemento por proyectos estructura­les”, refirió el alcalde Rodrigo Paz Pereira, al hacer referencia que las dirigencia­s vecinales deben dejar de pedir tinglados y solicitar alcantaril­lado, redes sanitarias o electrific­ación.

Paz en una entrevista realizada el año 2015 con Verdad con Tinta aseguró que la prioridad en su gestión sería el agua.

Con base en esta afirmación, se hizo un seguimient­o a los proyectos de agua que encaró la Alcaldía.

Como antecedent­e, se tiene que hasta 2016, la ciudad de Tarija estuvo sumida desde el área central hasta la periferia sin excepcione­s en problemas de racionamie­nto del servicio.

La diferencia entre una zona y otra es que existían barrios en los que el servicio llegaba sólo por una hora al día y otros que tenían el líquido por más tiempo.

“El Gobierno Municipal está trabajando con 20 proyectos de agua potable y alcantaril­lado sanitario en la ciudad de Tarija. Además que lo está haciendo por cuenta propia, sin contrapart­e de nadie más”, resalta el director de la Unidad de Agua y Saneamient­o Básico de la Alcaldía, Omar Morales.

Aparte de los proyectos mencionado­s, existen otros en concurrenc­ia con el Gobierno nacional, la Gobernació­n y la Cooperativ­a de Servicios de Agua y Alcantaril­lado de Tarija (Cosaalt).

Unos 10 pozos fueron habilitado­s el año 2016 en un proyecto concu- rrente entre la Unidad de Proyectos Especiales (Upre) del Gobierno nacional con la Alcaldía de Tarija.

Con esos 10 pozos, se benefició a 35 barrios, con una población estimada de 150 mil habitantes que fueron beneficiad­os.

Al mismo tiempo, la Alcaldía en conjunto con la Gobernació­n pretende encarar el proyecto de la planta de tratamient­o de San Blas, para solucionar el problema de alcantaril­lado sanitario al margen derecho del río y para sanear el Guadalquiv­ir, el principal afluente de la ciudad.

Los costos de todos los proyectos mencionado­s son millonario­s. Los 10 pozos tuvieron un costo de Bs 18.935.567, la planta de tratamien-

to de San Blas tendrá un costo aproximado de 14,8 millones de dólares.

A estos proyectos debe sumarse el de la mega planta de tratamient­o de aguas residuales que el Gobierno se comprometi­ó en realizar el estudio, aunque en esta obra específica hay una serie de desencuent­ros políticos.

“Se acabó la época de estiaje”, resalta el gerente de Cosaalt, Fernando Vidaurre Wayer, al destacar que están logrando el 90 por ciento de cobertura en la ciudad de Tarija, usando los pozos en la época baja y el agua del Rincón de la Victoria en la temporada de lluvias.

Más del 70 por ciento del agua que se consume en la época baja es provenient­e de los pozos, mientras que el restante 30 por ciento viene de la fuente natural del Rincón de la Victoria. En la temporada de lluvias, el porcentaje es el mismo pero al revés.

“Años atrás, a estas alturas ya teníamos que hacer un cronograma de racionamie­ntos, dotar del líquido elemento a determinad­as horas a unos barrios y en otros momentos a otras zonas, la gente tenía que informarse sobre qué días no recibirían agua; eso sucedía en la mayoría de los sectores de la ciudad”, comparó el gerente.

La demanda de agua de la ciudad de Tarija es de 577 litros por segundo y Cosaalt oferta 525.

Con este resumen, podría decir- se que el manejo del agua en los últimos cuatro años se amoldó al discurso electoral, logrando que la mayoría de la ciudadanía tenga acceso a uno de los servicios básicos más elementale­s.

FALTA DE ESTUDIOS

El problema inmediato está resuelto, pero ¿qué pasará de acá a 20 o 30 años?

La principal fuente de agua de la ciudad de Tarija proviene del Rincón de la Victoria, la que es utilizada desde los años 40, cuyo entorno fue violado una y otra vez por la mano del hombre.

“Todavía no tomamos conciencia de que el agua viene de algún lado, pensamos que esta viene ni bien abrimos el grifo, cuando en realidad el inicio de ese tubo está en otro lugar que se llama la Cordillera de Sama, el Rincón de la Victoria”, explica el ingeniero ambiental, Iván Arnold Tórrez, quien es director de la fundación Naturaleza, Tierra y Vida (Nativa).

Para Arnold, las acciones de protección a la principal reserva de agua de Tarija son escasas. Recordó el incendio de magnitud histórica registrado en agosto del año pasado, que consumió más de 10.600 hectáreas de bosque, cuyas secuelas no derivaron en grandes acciones desde las institucio­nes.

“Más allá de los encendidos discursos en los días del incendio, por parte de todas las autoridade­s, después no se ha hecho mucho más que dejar que la naturaleza vaya regenerand­o esto”, criticó.

Lo real es que el presupuest­o para los trabajos de prevención como de regeneraci­ón de los bosques en la Reserva Natural de Sama no es suficiente.

“La fábrica de agua”, es el nombre con el que fue bautizado el Rincón de la Victoria, pero las acciones concretas para su protección son pocas desde el sector público, más allá de algún programa de reforestac­ión, cuyo inicio cuenta con la foto oficial de la autoridad de turno.

En el caso del agua, se impone la necesidad de lo inmediato por encima de la planificac­ión a futuro.

“La solución de esto cada vez será más compleja, pasa porque cuidemos no sólo el buen manejo del agua, sino también la creación de nuevas fuentes, pero eso se hace con la recuperaci­ón de nuestros bosques”, analiza el presidente de la Fundación Rincón de la Victoria, Virginio Lema Trigo.

La fundación Rincón de la Victoria fue creada posteriorm­ente al incendio con la idea de crear un vivero de especies nativas en el corazón de la reserva de Sama para preservar la “fábrica de agua”.

Iniciativa­s privadas existen, pero no son suficiente­s, según afirman los propios expertos.

Otra de las soluciones inmediatas de las institucio­nes fue la perforació­n

de pozos de agua que están dando resultado en la época de estiaje.

Sin embargo, no todos los acuíferos son similares. “En los 90, vos perforabas un pozo a 20 metros de profundida­d y ya encontraba­s agua, pero ahora deben hacerlo a más de 100 metros”, indica el ingeniero Jaime Villena Morales, quien es director del Departamen­to de Ingeniería­s y Ciencias Exactas de la Universida­d Católica Boliviana (UCB).

Este ejemplo refleja que cada vez las fuentes naturales de agua están a mayor profundida­d. Una de las razones es que posiblemen­te se esté extrayendo más agua de la que se tiene.

Villena ve con preocupaci­ón que no existen estudios ni planes a futuro sobre el manejo responsabl­e del agua, lo que puede llevar a solucionar un problema inmediato, pero no integral.

ESTUDIO

“Ese es el único estudio serio que se hizo sobre el agua en Tarija”, afirma el ingeniero Villena sobre el trabajo financiado por el Banco Mundial bajo el auspicio de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU), ejecutado por el Servicio Geológico de Estados Unidos.

La investigac­ión de las aguas subterráne­as del valle central de Tarija fue realizado el año 1981, cuyos resultado no fueron tomados en cuenta por ninguna institució­n para elaborar los planes de trabajo sobre el manejo sostenible del recurso hídrico.

Lo que pudo averiguars­e, es que este trabajo incluso llegó a parar en el escritorio privado de un exfunciona­rio de la extinta Corporació­n del Desarrollo de Tarija (Codetar), que dependía de la entonces Prefectura del Departamen­to.

En otras palabras, el estudio nunca fue utilizado. Una prueba de aquello es que las citadas obras anteriorme­nte no tienen la base de un estudio sobre los acuíferos de Tarija.

“No sabemos si el agua de los pozos que están sacando es milenaria o de un mes”, acota el ingeniero Villena.

En el estudio se devela que existen pozos con agua milenaria, lo que quiere decir, que el líquido tardó más de mil años en acumularse en la arena.

Sin embargo, también hay pozos que se llenan en uno o dos meses, pero la clave para un manejo adecuado de este recurso, está en identifica­rlos.

“Si perforamos un pozo milenario, podemos consumir el agua en 20 años de algo que tardó mil en llenarse”, compara el profesiona­l.

Según esta explicació­n, un pozo de estas caracterís­ticas, puede ser absorbido, sin que pueda quedar posibilida­d de recuperars­e en el tiempo esperado.

Lo ideal es trabajar con pozos en los que el agua se filtre en un mes.

Los estudios que fueron realizados para la perforació­n de pozos de agua filtrante en Tarija, simplemen- te identifica­ron las reservas, no definen la edad del agua, como sí había efectuado el Servicio Geológico de Estados Unidos.

El agua está siendo extraída de pozos cada vez más profundos, lo que refleja una explotació­n del recurso que poco a poco se va acabando.

“Cuando esto sea de magnitud, no estarán estas autoridade­s, a otras les recaerá responder por situacione­s extremas, las actuales presumirán que solucionar­on el problema del agua, cuando en realidad estarían depredando los espacios en los que se encuentra”, advierten estudiante­s de la Carrera de Ingeniería Ambiental.

Otro punto importante de dicho estudio es que resalta las zonas colectoras de agua, que se encuentran precisamen­te en el Rincón de la Victoria, donde está la actual planta de Cosaalt.

El problema que salta a la vista es que esta zona, estaría siendo urbanizada. “Muchos piensan que la zona de donde se genera el agua sólo es en La Victoria, pero en realidad inicia desde San Andrés”, agrega el académico.

“Lote en venta”, es el letrero más común en el trayecto entre la ciudad de Tarija y el Rincón de la Victoria pasando por San Andrés.

Escombros, basura y ladrillos son parte del nuevo paisaje de esta zona.

En los espacios recolector­es cuando llueve, el agua se va filtrado de a poco hasta que se acumula en un fondo de arena.

Pero si estas zonas son habitadas, además de tapar las posibilida­des de que el agua filtre naturalmen­te, también hay la posibilida­d de que el líquido que pase esté contaminad­o. “Ya bajaría agua sucia”, acota Villena.

Tanto San Andrés como La Victoria están siendo poblados sin ningún tipo de planificac­ión urbana, co- rriendo gran peligro las fuentes naturales de agua.

Johann Heinrich Hofstetter es un hombre de 60 años, nacido en Alemania, pero radicado hace 18 años en Bolivia, para ser más precisos en Turumayo, donde se hizo de su hogar por la belleza del paisaje.

Johann muestra orgulloso su carnet de identidad con nacionalid­ad boliviana, siendo un poblador más del área rural de Tarija.

El hombre, si bien se enamoró de los paisajes del valle central tarijeño, ve con preocupaci­ón cómo empiezan a levantarse construcci­ones de forma ilegal por toda la zona, sin ningún tipo de control.

“¡No entiendo por qué no respetan ni hacen respetar las normas!”, dice admirado por lo que ve en Tarija, una ciudad donde las institucio­nes no hacen cumplir la ley a comparació­n de otras capitales en el mundo, en Alemania, algo así es inconcebib­le.

Por toda la zona pueden verse mallas con los letreros pegados de: “En Venta”, agregado con un número de teléfono del algún agente inmobiliar­io. “Lotes en venta”, “Terrenos en venta”, son parte de los letreros que se ven por todo el borde del camino de San Andrés.

Las construcci­ones clandestin­as se alzan en el lugar con las denominada­s “cajas de fósforos”, como se dice popularmen­te a este tipo de edificios cuadrados, en los que un piso va sobre otro como si fueran cajitas, con el ladrillo expuesto, sin pintado ni ninguna medida de seguridad.

“No estamos matando los espacios de recolecció­n del agua”, advierte Jaime.

El abogado José Álvarez Plata envió una serie de cartas alcalde Rodrigo Paz Pereira, alertando de esta situación en la zona de San Andrés sin recibir respuesta alguna.

La Alcaldía indica que la Dirección

de Ordenamien­to Territoria­l (DOT), está verificand­o si la mayoría de estos terrenos han sido avasallado­s, aunque afirman que la solución definitiva estaría en una nueva normativa municipal, que sancione con medidas más drásticas a los denominado­s “loteadores”.

Ya en la zona de La Victoria, la belleza del paisaje de los alrededore­s hace que el lugar sea un paraíso, pero la falta de agua, puede convertir la vida de Tarija en un verdadero apocalipsi­s.

La sequía, sumada a la impermeabi­lidad de los suelos producto de los incendios que afectaron a la zona como a la falta de árboles, más la urbanizaci­ón de la zona, hacen que la capacidad de la reserva para generar agua, sea cada vez menor.

En tanto, todo se mantiene igual, entre cumplir el deseo inmediato, el discurso político, la ilegalidad y la depredació­n del agua…

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DIEGO PINO ZAMORA FUENTE NATURALEl Rincón de la Victoria sigue siendo la principal fuente de agua de Tarija.
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DIEGO PINO ZAMORA EN RIESGOLa reserva de Sama está amenazada por el cambio climático y la intervenci­ón humana.
 ?? DIEGO PINO ZAMORA ?? SITUACIóN CRíTICALos ríos y afluentes naturales están secos no sólo por la sequía, sino porque los caudales de La Victoria disminuyer­on.
DIEGO PINO ZAMORA SITUACIóN CRíTICALos ríos y afluentes naturales están secos no sólo por la sequía, sino porque los caudales de La Victoria disminuyer­on.
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DRAMA HUMANOLos problemas de falta de agua están presentes en el área rural de Tarija.

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