Iglesia pide mantener la fe
El arzobispo Óscar Aparicio lavó los pies a jóvenes misioneros e invitó a la población a “lavar los pies” a quienes se tiene como enemigos o con diferencias. Pidió a los afectados por desastres mantener la fe
Óscar Aparicio, arzobispo de Cochabamba, lava los pies a un misionero ayer en la Catedral como parte de las actividades de la Semana Santa que celebra el mundo católico.
Los damnificados por desastres naturales, víctimas de feminicidios y niños en situación de violencia fueron recordados por el arzobispo Óscar Aparicio en la misa de Jueves Santo. Les instó a tener presente que Dios jamás los abandonará.
“En todas estas situaciones que hemos vivido este año, el Señor viene a nuestro encuentro (…) Aunque vivimos en violencia, aunque en Cochabamba hay problemas. En medio de situaciones de tanta dificultad, de riadas, damnificados, Dios nunca nos ha abandonado. En situación de feminicidios y flagelo a la niñez, que es el peor pecado, Dios nos ha fortalecido”, manifestó Aparicio durante la Homilía.
La misa de Jueves Santo es el inicio del Triduo Pascual o la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Se recuerda la institución de la Eucaristía, pues se rememora la conversión del pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo que realizó Jesús en la Última Cena, antes de ser condenado a muerte.
Asimismo, se instituye el sacerdocio y se lava los pies a un grupo de 12 personas que representan a los 12 discípulos. Se trata de un gesto de la celebración.
En esta oportunidad, Aparicio le lavó los pies a jóvenes misioneros, miembros de diferentes grupos religiosos de la Iglesia. Esto también en alusión al lema de la Semana Santa, “Camino del Amor”, pues el misionero busca ese camino.
“Deben lavarse los pies los unos a los otros, como signo que es posible el amor entre todos. Es posible que eliminemos la violencia, que nos escuchemos y amemos entre hermanos. Aunque tenemos diferencias, debemos lavarnos los pies los unos a los otros”, agregó Aparicio.
Asimismo, invitó a los feligreses a reflexionar sobre a quiénes se les debe lavar los pies. Esto en referencia a aquellas personas con quienes se puede tener problemas, pero se deben tener signos de paz y amor.
“A quién tengo que lavarle yo los pies. A lo mejor es al hijo rebelde, al vecino que no soportas o quien nos ha hecho tanto daño que no qui- siéramos volver a ver. A quién debería servir, lavar, ungir y besar los pies, como Jesús lo hizo”, indicó el Arzobispo.
Una vez finalizada la ceremonia, se procedió a la exposición del Santísimo (Hostia Consagrada). En la Catedral Metropolitana se emuló el huerto de Getsemaní. Se trata del lugar donde Jesús oró ante su padre durante la noche del Jueves Santo antes de ser entregado a su muerte.
A partir de ese momento, los presentes procedieron a realizar la visita de los templos. A diferencia de otros años, las iglesias no estaban abarrotadas de gente y tampoco las calles. La afluencia se redujo, pero se observaba mayor presencia de familias.
“Hace años que no veníamos, porque nuestro hijo era muy pequeño y era peligroso. Ahora que tiene siete años lo traemos con nosotros para que conozca lo que Jesús pasó y lo sienta. Mi esposa y yo somos muy creyentes y pedimos a Dios para que mantenga nuestra familia siempre unida y sana, que es lo más importante”, manifestó un feligrés, Marcelo Rosales.
Por su parte, una devota, Adriana, contó: “Yo voy sólo a tres templos. Pero en cada uno hago mis oraciones bien hechas. Creo que lo importante de visitar templos es acompañar a Jesús en su suplicio antes de morir”.