Sufrimiento extremo en fieles de Filipinas
Algunos fieles se hacen crucificar, otros se flagelan la espalda hasta que les brota la sangre durante las tradicionales celebraciones del Viernes Santo en Filipinas, que ilustran el fervor religioso de este país mayoritariamente católico.
Estas representaciones, que no tienen el respaldo de la Iglesia católica local, atraen a numerosos fieles y turistas en un ambiente casi carnavalesco y propicio para los negocios. Al menos tres personas se clavaron en cruces de madera en pueblos al norte de Manila.
Los penitentes se fijan las manos y los pies con clavos de ocho centímetros. Estos no pasan sin embargo más que algunos minutos crucificados y apoyados en un pequeño escalón que les aguanta el peso del cuerpo, antes de ser bajados y atendidos. Otro momento álgido de l día es la procesión de penitentes que flagelan sus espaldas desnudas hasta dejarlas en carne viva ante el público que se hace selfis.