Brian Fernández
El b boxeador dedicará a su padres la m medalla que logre en los juegos.
Brian Fernández (20 años), boxeador nocido entre cochabambino, sus amigos más co-cercanos como el “Demonio de Tasmania” o “Ch’ila”, espera sorprender en los XI Juegos Sur americanos cocha bamba 2018 y subirse al podio, tal como ya lo hizo en los Juegos Bolivarianos Santa Marta 2017, su primera prueba internacional, y enlaque logró una medalla de bronce en la categoría 49 kg.
Como la mayoría de los deportistas nacionales, Brian tuvo que sufrir mucho por la falta de apoyo para prepararse en el deporte de sus amores, incluso tuvo que luchar contra la oposición inicial de su padre, quien al final se convirtió en el bastión que lo impulsa para ser mejor cada día y a quien le dedica todos sus triunfos.
Su sueño es llegar a los Juegos Olímpicos y está seguro de que si clasifica, logrará medalla.
A pocos días de los Juegos Su- ramericanos, ¿cómo encara su preparación?
La asociación de Cochabamba habló porque durante los juegos,seguir con que ahí la nos se Alcaldía disputará dieran sepudocon- de alimenta- Punata, boxeo ción en el y coliseo un espacio de esa para población. entrenar Aunque fueron muy amables, no teníamos las condiciones para entrenar, no teníamos pesas ni máquinas. Entonces el profesor Quilla, que está en la Escuela de Sargentos, habló con el comandante y nos dijo para ir allá a una concentración. En Tarata tenemos más comodidad, porque hay comida, más espacios para entrenar, tienen gimnasio, lugares para correr. Ahí estamos entrenando ahora la mitad de la selección de boxeo, están pugilistas de Santa Cruz, Beni, La Paz y Cocha bamba. Estos días llegará el resto, que son de Sucre.
¿Ésta es la primera vez que les dan este tipo de apoyo para prepararse?
Sí, ésta es la primera vez que se
hace en Bolivia este tipo de concentración, porque antes nunca hubo. Ahora incluso tenemos doblecomida, porque la alcaldía de Punata nos hace llegar hasta Tarata, tenemos doble ración (entre risas). Desde Punata, por ejemplo, nos mandan una caja de manzanas o plátanos, mandarinas o naranjas.
Aunque es súper contar con una alimentación para todo el grupo, yo tengo que guar- darme o medir lo que como, porque mi categoría es 49 kilogramos y ahorita estoy pesando 51 kilogramos. Para mí es difícil bajar de peso, porque no tengo grasa de donde bajar esos dos kilos. Gracias a que también soy parte del programa de Tierra de Campeones, a quienes agradezco mucho, tengo el apoyo de una nutricionista que me dio una dieta.
¿Cómo es el entrenamiento en la concentración?
Nos levantamos tipo 6:30 para estar listos, porque el primer entrenamiento inicia a las 7:00 y termina a las 9:00. El segundo ensayo es desde las 11:00 a 13:00. Es el mismo que hacíamos en República Dominicana (donde fui de entrenamiento para los preolímpicos de Río 2016), porque el entrenador con el que fui allá, que es de Santa Cruz, vino a Cochabamba e hizo la rutina con el instructor cubano Álex Rodríguez y el profesor Quilla, técnico de la selección.
Después de su participación en los Juegos Bolivarianos, ¿cuál es su perspectiva para los Juegos Suramericanos?
Al ver el nivel en el que están los otros países en un campeonato internacional, ahora ya sabemos de qué somos capaces cada uno. En mi caso, sé que puedo obtener una medalla en los Juegos Suramericanos, y ésa es la idea. No estoy a nivel bajo, estoy ahí junto con ellos, sólo faltaba esa experiencia detener un roce internacional para ver cómo estamos con respecto a los de afuera.
Mi primer campeonato internacional fueron los Juegos Bolivarianos. Los Suramericanos será mi segundo torneo y sé que puedo lograr una medalla.
¿A quién le dedicará esa medalla si la obtiene?
Todos mis logros son para mi papá y mi familia. Aunque de inicio a mi papá no le gustó que hiciera el Kick Boxing, que es en el deporte con el que inicié. Mi padre tenía problemas del corazón y se enfermó, estuvo hospitalizado. Yo para ese entonces ya estaba en el boxeo y ahí organizamos peleas para ayudarlo. Desde ahí que la situación cambió y me apoyó todo el tiempo, incluso cuando empecé a descuidar mi entrenamiento y bajé mi rendimiento porque ya estaba estudiando y salía con amigos, era él quien me llamaba la atención. Lastimosamente, en marzo del año pasado, falleció. Yo estaba destrozado, no quería seguir, quería dejar todo, pero en el velorio sus amigos me comentaron que mi papá siempre hablaba con mucho orgullo de mí, de que peleaba y eso me animó a volver al boxeo y darle esa alegría que no pude en vida.