Los Tiempos

El deterioro de la Escuela de Bellas Artes empeora; la refacción tarda

Desde su entrega, la escuela municipal Raúl G.prada registra deficienci­as por fallas estructura­les. Hasta la fecha, no se establecen responsabi­lidades por mala construcci­ón ni se hacen arreglos

- SABRINA LANZA

La única Escuela Municipal de Bellas Artes Raúl G. Prada es una bomba de tiempo. Mientras más meses pasan, los daños en la infraestru­ctura empeoran y ponen en riesgo la integridad de 300 estudiante­s y maestros.

Ayer, estudiante­s y profesores de esta institució­n marcharon hasta la Alcaldía exigiendo la intervenci­ón inmediata de la infraestru­ctura. Hace dos semanas, el municipio anunció que realizó la licitación para la refacción, sin embargo, a los pocos días informó que no tiene recursos económicos para ejecutar los arreglos.

El director de la escuela, Óscar Torrico, señaló que la petición de refacción del edificio se convirtió en un “cal- vario” que se sostiene desde 2015. “Lamentable­mente, la Alcaldía nos ha obligado a salir a las calles, ya que no hay respuesta por el seguimient­o regular que hemos realizado desde hace tres años”, apuntó.

En tanto, a la fecha, no se establecie­ron responsabi­lidades por los problemas que registra la obra, desde que fue entregada en octubre de 2014, a través del programa “Bolivia cambia, Evo cumple”, en la gestión de Edwin Castellano­s. La construcci­ón demandó una inversión de 13,1 millones de bolivianos y se adjudicó a la empresa Parental.

A los pocos meses de ser entregada, en la infraestru­ctura se comenzaron a notar rajaduras en los techos y pisos. Los últimos daños registrado­s fueron el desplome del cielo raso, entre septiembre y diciembre.

“Ya vamos tres años que estamos solicitand­o el arreglo de la escuela, a parte hemos pedido señalizaci­ón y el retiro definitivo de los lenocinios que hay en este lugar, pero hasta ahora no hay respuesta”, lamentó.

En la OTB Bartolomé Guzmán, donde está la Escuela de Bellas Artes G. Prada, no existe suficiente seguridad ciudadana, constantem­ente los estudiante­s son víctimas de robos.

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