Bolivia en el Día de Internet
Hoy, 17 de mayo, es una jornada que en todo el mundo se dedica a la evaluación, análisis y reflexión sobre el enorme impacto que Internet y las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) están teniendo en todas las actividades de la sociedad humana. Oficialmente es el “Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información” pero, y no por casualidad, es más conocido como “Día de Internet”.
Como ya es habitual, pues es uno de los pocos asuntos en los que los días conmemorativos se plasman en algo más que declaraciones líricas, casi en todos los países se realizan las más diversas actividades entre representantes de los sectores público y privado para hacer una evaluación de lo hecho, identificar los nuevos desafíos y fijar las metas que se proponen alcanzar.
En nuestro país, este año, como todos los años, el tema central alrededor del que giran las intervenciones es el relativo a lo mucho que nos estamos rezagando en la carrera tecnológica.
Lamentablemente, una vez más, los más recientes informes sobre el tema confirman que estamos muy mal encaminados. Es que independientemente de cuál sea el parámetro que se tome como punto de referencia, y cualquiera sea el punto de vista, todos los datos coinciden al señalar a Bolivia como uno de los países cuya relación con Internet no hace más que empeorar si se la compara con parámetros internacionales.
Para revertir tal panorama, los esfuerzos, iniciativas e inversiones del sector privado no son suficientes, pues éste es uno de los sectores en los que la activa participación del Estado es imprescindible. Sin una decidida política estatal encaminada a promover, facilitar, abaratar e incentivar, recurriendo a todos los medios a su alcance, la asimilación y uso de las nuevas tecnologías, resultará imposible evitar que la brecha tecnológica que nos separa del resto del mundo continúe ampliándose.
Lamentablemente, lo poco que se ha hecho en esa dirección es, además de insuficiente, demasiado caro y muy poco efectivo. Es el caso, por ejemplo de la puesta en órbita del satélite Tupac Katari o de las enormes inversiones hechas infructuosamente en una planta ensambladora de computadoras.
Para empeorar el panorama, hasta las más encomiables iniciativas, como las propugnadas por la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic), resultan ensombrecidas por la falta de confianza que inspiran los actos gubernamentales.
Así pues, una vez más, el Día de Internet encuentra a nuestro país muy lejos de lo que sería de desear.