La falta de dinero frustra los planes para recuperar lagunas urbanas
Alalay necesita al menos 200 millones de bolivianos. En tanto, Coña Coña requiere 2 millones para la implementación de obras de recuperación integral
Después de largas gestiones para la conclusión de los proyectos a diseño final, que ya están listos, la intervención de las lagunas Alalay y Coña Coña ahora no es posible por la falta de presupuesto. Alalay necesita al menos Bs 200 millones y Coña Coña, Bs 2 millones.
Los intentos por recuperar las lagunas urbanas que quedan en Cochabamba se ven truncados por la falta de recursos. A esto se suma la poca conciencia de la población que no duda al momento de botar sus residuos en estos espejos de agua.
Las lagunas Alalay y Coña Coña cuentan con proyectos a diseño final para su recuperación integral tanto de la parte hidráulica como del paisaje. Sin embargo, la asignación de recursos es mínima, lo que no permite ejecutar obras.
Alalay
La empresa consultora URS elaboró cinco proyectos a di- seño final para la recuperación de este espejo de agua. A esto se suman otras dos acciones adicionales que se deben implementar. Todo tiene un costo aproximado de 200 millones de bolivianos, informó el exsecretario de Desarrollo Sustentable, Marco Claure. El primer proyecto consiste en el mejoramiento de la toma de agua de la planta de tratamiento de aguas residuales de
El Abra en Sacaba. Para su ejecución es necesario un convenio interinstitucional o que lo ejecute el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, pues se encuentra en la jurisdicción de Sacaba. La segunda propuesta de trata de un humedal gigante. Éste estará ubicado en el sector este de la laguna y se encargará de mejorar la calidad del agua que ingresará desde la toma de El Abra. La tercera obra consiste en un blindaje al sur. Es decir, compuertas especiales que sólo se abran cuando el agua sea de buena calidad. El cuarto proyecto es la construcción de un sifón para que el agua extra rebalse hacia la serpiente negra.
El quinto busca la recuperación del paisaje. Es decir, plantar árboles, señalizar y mejorar para que las personas puedan hacer ejercicio o descansar. Finalmente, corresponde el dragado y la recuperación hidráulica. Todo ello requiere 200 millones de bolivianos.
Sin embargo, esta gestión sólo se presupuestaron 5 millones. Esto, debido a que se ejecutarán sólo dos de los siete proyectos con algunas modificaciones.
Debido a que es muy difícil mejorar El Abra, se planteó la posibilidad de construir una aducción que lleve agua desde el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) a la laguna, explicó Claure.
“Se busca que sea constante y agua cruda, no potabilizada. Esto para mejorar la calidad en la laguna”, indicó. El segundo proyecto, regis-
trado en el POA de este año, es la construcción del sifón, que servirá para desfogar el agua excedente. “Se va a dar una circulación al agua”, agregó Claure.
Sin embargo, para comenzar a ejecutar estas obras también es necesaria la ficha ambiental que debe otorgar la Gobernación. Pero, aún no lo hace.
El dragado, una medida considerada urgente, tendrá que esperar hasta que se reformule el proyecto para hacerlo en húmedo, ya que la laguna tiene mucha más agua. Mientras, la laguna Alalay está siendo mantenida por un grupo de 40 mujeres del Plane, quienes se encargan de su limpieza. Además, se forestó y colocó más basu- reros, parqueos para bicicletas y asientos. La disipación del mal olor ha vuelto a atraer a familias y deportistas, pero aún no tiene el aspecto de años pasados.
Coña Coña
La situación es peor en este caso. El presupuesto asignado es de sólo 500.000 bolivianos. Pese a que el proyecto a diseño final requiere 2 millones. De igual modo, una consultoría determinó que se debía construir un desarenador, dragar y construir compuertas especiales. Este año, sólo se hará la limpieza externa.
El lugar está completamente abandonado. La maleza creció y todavía hay residuos producto de la construcción del pati- nódromo que está a lado del espejo de agua. A esto se suma la gran cantidad de basura que ingresa por las torrenteras en la época de lluvias. “La idea es darle una mejor funcionalidad. Por ahora, aún sirve para lo que fue concebida. Es decir, para evitar las inundaciones en la zona suroeste, pero sería ideal que pueda estar llena todo el año”, agregó Claure.
Quenamari
Se trata de la laguna más olvidada por el municipio. No cuenta con personal que se atreva a permanecer en el lugar, debido a las amenazas de las personas que pretenden lotearla. Está siendo rellenada y nadie evita que esto continúe.